Una tormenta política enturbia la vuelta del Festival de las Naciones a Santander

Conviene poner orden. Por un lado se ha hablado de si habrá o no comida internacional: «La jaima gastronómica va a estar», aclara Sergio Frenkel, director del festival. Como siempre más de 25 naciones estarán representadas en puestos de comida donde, además, habrá marcas «como Regma o Siderit» con el objetivo de unir la gastronomía internacional «con lo mejor de lo local». Eso resuelve una de las dudas. Los visitantes podrán probar platos tradicionales de otros países y aclara que el recinto contará con la presencia de una veintena de regiones.

Por otro lado, las asociaciones también estarán presentes. El acuerdo con los colectivos y las ONG incluye las 15 casetas gratuitas en las que las plataformas se turnarán para vender su artesanía local. Eso ya está organizado y es un punto más del programa. Además están pactadas las diferentes actuaciones que las asociaciones trasladan a la dirección y se organizan de lunes a jueves. Ahora, lo único que todavía se está negociando y sobre lo que hay dudas es entorno a la jaima de gastronomía que se cede a estos colectivos para que también tengan su espacio donde vender platos tradicionales. «Todas tienen la puerta abierta a participar», añade Frenkel. En las pasadas ediciones los colectivos representadas en la Federación de Asociaciones de Extranjeros Residentes en Cantabria han contado con un puesto de comida. Este sería, en todo caso, una jaima que se sumaría al resto que siguen presentes en la cita. No es excluyente ni el único punto de venta de comida.

No obstante, este año las condiciones para poder atender ese puesto han cambiado. El paso del covid ha endurecido los requisitos para participar y ahora tener estand donde se manipulan alimentos y se sirve comida requiere cumplir un reglamento concreto. «Solo les pedimos que cumplan la legalidad vigente, ese es el motivo del litigio», señala Frenkel. Y en este punto es donde se concentran los esfuerzos a falta de una semana para el arranque del encuentro que empezará este sábado 13 de agosto y se alargará hasta el 4 de septiembre. Así que durante los próximos días la dirección del festival y los representantes de los colectivos «estamos viendo cómo hacerlo. Les vamos ayudar en la parte legal» y en todo lo posible, subraya Frenkel que, insiste, tiende la mano a las asociaciones para buscar alternativas que les permitan formar parte de la cita al completo al igual que han hecho en pasadas ediciones. «Lo que pedimos es que las asociaciones que vengan sean profesionales para atender el estand de gastronomía», resume. Un punto que no rompe la estructura del festival.

Entre todo el debate, la presidenta de la Federación, Marleen Licona, reconoce que los colectivos se sienten «relegados» en la organización del Festival de este año y, según explicó ayer a El Diario Montañés, las asociaciones se plantean «retirarnos del festival si el acuerdo sobre la jaima gastronómica no sale adelante». No obstante, también admite la voluntad de la dirección del festival para encontrar el camino del acuerdo. Los requisitos como ser profesionales «nos limitan» y por eso, actualmente, estudian sus opciones tras las diferentes reuniones. «Queremos formar parte de todo por lo que representa para nosotros», añade Licona.