Tres máquinas se encargarán del desescombro en Nueva Montaña desde la próxima semana

La fecha concreta del inicio del desescombro depende del papeleo. «El día exacto dependerá de los permisos», explica el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa. En su departamento están agilizando al máximo los trámites junto a la empresa que se encargará de la tarea -Rucecán-. El Plan de Seguridad y el Plan de Obra y, con eso, los permisos del Ayuntamiento. «Estarían en disposición de empezar el lunes mismo si los permisos estuviesen listos», explica Gochicoa, que entiende que, en todo caso, el arranque no debería demorarse más allá de la próxima semana. De hecho, se han fijado ya cómo serán las jornadas de trabajo, que arrancarán a diario a las ocho de la mañana y que culminarán entre las seis y media y las ocho de la tarde en función de las condiciones de luz. «Pero no más tarde de las ocho».

¿Cómo se va a hacer? «Lo primero es actuar en la zona no accesible, en la del muro de los bloques, que hay que mantener porque sigue haciendo la función de sujeción». La parte a la que no se ha podido llegar hasta el momento por la acumulación de escombros y que es necesario apuntalar para seguir avanzando. Para eso, se meterá una máquina que irá quitando material, apartándolo para abrir un camino y poder llegar hasta ese punto. Allí, en esa «zona no accesible» hasta el momento se colocarán «puntales de alta resistencia». Esa será una primera fase de la tarea, una labor previa antes del desescombro propiamente dicho.

De eso, del siguiente paso, se ocuparán tres máquinas que accederán por los garajes y se colocarán en distintos puntos del interior. Dos estarán equipadas con grandes cizallas para cortar y desmenuzar el material y una tercera es la que se ocupará de cargar todo lo recogido en dos tipos de camiones. Los primeros, con el hormigón y los distintos materiales de construcción, se dirigirán a las instalaciones de la empresa Valoria en Camargo. La idea es reciclar todo ese material para su aprovechamiento. Valorizarlo. Los otros camiones trasladarán la tierra que se vino abajo sobre el aparcamiento. Su destino, en este caso, según explicaban ayer, podría ser las instalaciones de Candesa, aunque se barajaban distintas opciones.

Esa es la obra principal en esta fase, pero no la única. Con los últimos datos en la mano, el viernes se comunicó que iba a retirarse parte de la capa de tierra que hay sobre los garajes 1 y 4. «No resulta peligrosa pero sí podría ser excesiva si se produce una sobrecarga adicional de algún tipo», se explicó. En concreto, la idea es retirar unos veinte centímetros de los 85 que actualmente tiene la capa. Como esta decisión se tomó con posterioridad, la obra no se adjudicó junto con la de desescombro. Aunque todavía no está confirmado, todo parece indicar que será la propia Rucecán la que se encargue también de esta tarea, que también está pendiente de su tramitación para empezar. En este caso, las previsiones más optimistas sitúan el inicio de los trabajos «el viernes», aunque lo más probable es que sea «a principios de la semana que viene». Así que lo normal es que, en unos días, coincidan los trabajos de desescombro en la parte hundida con los de rebaja de la capa de tierra que hay sobre el área que se mantuvo en su sitio.

Esta segunda labor tiene una consecuencia inmediata en una de las preocupaciones más recurrentes de los vecinos. Cuándo podrán entrar a sus garajes. En «un par de semanas» -una vez concluida la rebaja de tierra- se calcula que podrá abrirse finalmente el garaje 1. Peor lo tendrán en el caso del número 2. Inicialmente se estimó que ambos se abrirían a la vez, aunque una parte de ese segundo espacio quedaría inutilizada al quedar apuntalada. Era la zona del muro contiguo a la parte derrumbada. Por seguridad. Pero, al no poder acceder aún a esa zona por el otro lado, la decisión ha sido ampliar la superficie que queda asegurada con puntales. «Se ha apuntalado no sólo el espacio correspondiente a la fila de vehículos pegada al muro, también la parte del viario perimetral, por lo que no se puede circular y, por tanto, el garaje estará cerrado hasta finalizar la obra». Un mes y medio, se calcula, aunque las fechas, en este caso, son más orientativas que otra cosa.

En ese sentido, al igual que se hizo la semana pasada, se han organizado turnos para que los vecinos puedan bajar de forma ordenada -y acompañados- a sus trasteros para recoger lo que necesiten. Por bocas y por portales. Habrá citas hoy mismo y también mañana, miércoles (en horario de mañana y tarde, tal como se detalla en la ficha que acompaña este reportaje, con datos facilitados a este periódico desde la Consejería de Obras Públicas).

«Por aquí recuperando la normalidad poco a poco. Con la gente organizándose», comentaba ayer un vecino que recorría la zona. Volviendo a la rutina a la vez que los directamente afectados gestionan su propio papeleo (reclamaciones, seguros...). «La parte más lenta». La que no se ve y la que más quebraderos de cabeza conlleva. «Aviso. Ante la petición de Gesvicán para presentar una relación de defectos constructivos existentes actualmente en el edificio rogamos a los vecinos afectados por alguna deficiencia nos la comuniquen para poder crear el informe de daños de la comunidad», podía leerse en un cartel pegado sobre el cristal de un portal.