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El túnel del dinero
Leyendas de aquí ·
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Un subterráneo une las antiguas sedes del Banco de España y el Santander. Lo sabe toda la ciudad. Y es mentiraUn túnel conecta la antigua sede del Banco Santander en el Paseo Pereda y el edificio del Banco de España en la Plaza de Farolas. Ahora ninguno de los dos son ya sedes bancarias -serán centros expositivos- pero durante mucho, pero que mucho tiempo, constituyeron dos símbolos de poder y soberanía económica. De uno de los bancos más importantes de Europa, en un caso. De organismo emisor, en el otro, hasta que España perdió la soberanía en la emisión de moneda, en el otro. Un Banco de España que llegó a emitir en 1937 dinero acuñado en Santander.
Los dos orgullosos edificios continúan conectados por un túnel secreto reminiscencia de los flujos de dinero que en otros tiempos se producían entre uno y otro organismo. Antes de que se adaptaran para albergar colecciones gráficas y de arte, la oficina principal del Banco Santander y la del Banco de España estaban conectadas, para poder hacer así trasvases de efectivo de forma más operativa y, sobre todo, más segura.
Entre esos trasiegos del túnel estuvieron los fardos de billetes que durante la Guerra Civil se imprimieron en aquella sede de papel moneda republicano, aislada como estaba Cantabria de la sede central de Madrid y necesitada como estaba de disponer de moneda para mantener en lo posible la normalidad.
Ahora la Unión Europea emite euros y el Banco de España ha pasado a ser un regulador y órgano consultivo sin sede en Cantabria. En cuanto al Banco Santander, la sede operativa del banco está en Madrid y la oficial y fiscal sigue en Santander, pero en otro edificio: el del antiguo Banco Mercantil junto al Palacio Macho.
El Banco de España servía, como todo el mundo sabe, para acuñar e imprimir dinero. Dinero que se custodiaba y guardaba después en los diferentes bancos, cajas de ahorros y montes de piedad. Y, en el caso de Cantabria y su capital, en el banco más importante de la zona: el Santander, que tenía desde el siglo XIX su sede en la calle del Martillo (oficialmente Marcelino Sanz de Sautuola), con su característico arco. En especial en el más importante de la zona; y en especial en su sede principal; y en especial en sus sótanos acorazados.
Así que, para garantizar la seguridad, se decidió construir un túnel blindado y con grandes medidas de seguridad, invulnerable a cualquier intento de atraco, para trasladar el papel moneda con seguridad, evitando que saliera en ningún momento al exterior.
La situación y utilidad del túnel se transmitieron de boca a oído por toda la ciudad durante varias generaciones y, aunque en ninguna de las dos entidades consta su construcción, ni se reconoce su propia existencia es un secreto a voces en Santander. ¿Por qué nadie lo había visto? Por motivos de seguridad: nadie podía entrar ahí.
Puede incluso que se ampliara para conectar la vieja sede con el Centro de Procesamiento de Datos de Solares. Ese gran cluster desde el que una torre como la de Miras Tirith, con su ojo rojo como el de Sauron, vigila toda Cantabria y, desde en frente de la bahía, Santander, su Centro Botín y su Fundación del Paseo Pereda. Lo que nadie ha aclarado es si, ya metidos en faena, se ha habilitado otra entrada a la nueva sede del Santander, por aquello de aprovechar las infraestructuras.
Tampoco nadie puede precisar con exactitud es por dónde transcurre, cuáles son sus medidas y características y quién lo diseñó o descubrió. Probablemente se deba a que ese túnel nunca existió ni llegó siquiera a proyectarse, aunque siempre hubo quien aseguró conocerlo o haberlo recorrido. Probablemente sean los mismos que transitaron el que enlazaba el Hospital Valdecilla y la Residencia Cantabria. O sus primos. O tal vez solo unos pocos, herederos quizá de la masonería del alcalde Lino de Villa, conozcan la verdadera ubicación y guarden celosamente el secreto, aunque en ese caso a alguien en la logia se le fue en algún momento la boca.
Oficialmente tanto los dos edificios que sirvieron hasta 2021 de sede al Banco de Santander, unidos por su emblemático arco en el siglo XIX, como el del Banco de España, de principios del XX, son dos infraestructuras completamente independientes. Y no estaría nada mal que ahora aquel fabulado túnel uniera dos centros expositivos, pero eso entra dentro del terreno de lo imposible.
Como la mayor parte de leyendas urbanas, esta también tiene un poso de realidad, porque si bien es cierto que no hay ningún túnel que comunique ambos edificios, sí que existe uno que enlaza el aparcamiento del edificio Macho, erigido sobre el solar que ocupaba el palacio homónimo, con los sótanos de la antigua sede del Santander. Apenas unos metros separan ambas construcciones y la comunicación sería técnicamente posible a través de esa planta sótano.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
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