Secciones
Servicios
Destacamos
Estaba previsto que se inaugurase el 1 de junio, pero aún faltaban por ultimar detalles. El Club de Regatas, que reabrirá como hotel y reservará varias salas a la emblemática entidad santanderina, espera estrenar sus renovadas instalaciones en las próximas semanas, aunque no marca una ... nueva fecha en el calendario. Mientras tanto, la Fundación Santa María de Toraya trabaja en la rehabilitación de sus variadas piezas, como las terracotas que adornan las fachadas. Algunas de ellas, localizadas en la parte inferior del inmueble, no se han podido intervenir hasta que no se han retirado los últimos andamios, lo que ha ralentizado estas intervenciones.
Ahora, con la fachada libre de andamios, ya puede admirarse la nueva imagen del también conocido como Palacio de Pombo. Más que nueva, rehabilitada, ya que la idea de estas intervenciones era recuperar la estética original del inmueble. Aunque no ha gustado a todo el mundo. «Hay personas que nos increpan mientras trabajamos y nos dicen que quién es el hortera que ha elegido el color; lo que no saben es que ese es el color original de las piezas, que son de terracota», explica la restauradora Lydia Quevedo, de la Fundación Santa María de Toraya. Como apunta, estas piezas, a lo largo de la historia del edificio –construido en 1854–, han vivido múltiples restauraciones y se han repintado en más de una ocasión. «Y ha sido cuando nos hemos puesto a quitar esas capas añadidas cuando hemos descubierto cómo eran originalmente y hemos podido recuperarlas. No somos decoradores, somos restauradores», defiende Quevedo.
Entre otros elementos, la asociación también ha rehabilitado la escalera del Club de Regatas. «Y ahí nos hemos dado cuenta de que sus frisos son flores de papel y no de cuero, como se creía. Es preciosa», apunta.
El Club de Regatas es un edificio protegido, por lo que parte de las estancias se han respetado y sólo se ha realizado en ellas 'un lavado de cara'. Es el caso de las escaleras, los salones de la primera planta, la biblioteca, la fachada y los torreones, entre otros. Esta protección ha supuesto más de un quebradero de cabeza y retrasó el inicio de las obras. Esto se debe a que en el Plan General (PGOU) de 2012 se incluyó la posibilidad de actuar en el inmueble y, con su anulación en 2016, se tuvieron que suspender las intervenciones planeadas.
Para contrarrestarlo y poder retomar los trabajos, desde el Ayuntamiento aprobaron una modificación puntual en el plan vigente –el de 1997–. Así, la primera planta y la mitad de la segunda seguirán perteneciendo al Club de Regatas mientras el hotel ocupará parte de la segunda, la tercera y la cuarta, para un total de 64 habitaciones.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.