Vecinos de la calle Duque de Ahumada: «Tenemos suciedad, inseguridad y botellones»

El último incidente ocurrió la madrugada del sábado al domingo cuando «uno o varios individuos» se han liado a golpes con los retrovisores de los coches de los vecinos. Reventaban uno y dejaban libre de golpes el siguiente. Y así hasta once. Uno sí, uno no.

Esa misma madrugada también aparecieron dos contenedores calcinados en la calle Concepción Arenal, dentro del mismo barrio. «No es la primera vez. Incendios de este tipo se vienen repitiendo desde hace un año y creemos que siempre es la misma persona o grupo. La única forma de dar con el responsable es instalando cámaras de vigilancia en la zona o con agentes de paisano», cuentan fuentes de la Policía Local.

Los bomberos de Santander, que recibieron el aviso cerca de las cuatro y media de la madrugada, se desplazaron a la calle Concepción Arenal para extinguir el fuego.

Pero es que además de gamberradas, algo imprevisible y que no siempre se puede controlar, los residente en estas calles tienen que convivir con «suciedad por todos los lados» y con infraestructuras más propias de los años 90 que del siglo actual: «La acera que da a los cuatro portales de la calle no se ha modificado desde hace años. Si tienes que llevar una silla de ruedas te las ves y te las deseas. Hay muchos locales y la acera está a varios niveles y encima con pendiente», señala Clemente de la Fuente, residente en la zona.

Al presidente de la asociación de vecinos, Ignacio Rey Riego, le falta espacio en esta página para enumerar la cantidad de puntos en los que «el consistorio debería intervenir» para mejorar la calidad de vida de los residentes. «La falta de luz de alumbrado público, mucha inseguridad, suciedad, coches en dirección contraria, aceras irregulares...». Lo peor, según Rey Riego, es la «alta velocidad con la que circulan algunos vehículos que pasan por aquí. Hemos solicitado en dos ocasiones un badén, pero nada».

Otra de las reivindicaciones del barrio es acabar con los botellones en la pista de Carabaza. «Desde Iñigo de la Serna se ha pedido actuar de raíz para evitar el problema, pero tampoco hemos recibido respuesta. Se solucionaría cerrando de lado a lado una parte de la pista, justo la que da al colegio Los Viveros», explica un tercer vecino que prefiere no revelar su identidad. Mira al cielo y añade: «También hemos tenido temporadas con muchas ratas, vienen sobre todo con el buen tiempo. Ese es otro de nuestros temores, que vuelva la plaga».