Los vecinos de Isaac Peral creen que el salón de juegos «es un peligro para los niños»
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Han logrado paralizar la licencia de una casa de apuestas que iba a abrir en el bajo de su edificio y que creaba «alarma social»Secciones
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Santander ·
Han logrado paralizar la licencia de una casa de apuestas que iba a abrir en el bajo de su edificio y que creaba «alarma social»«No hemos hecho ningún tipo de protesta, hemos ido directamente por la vía legal». Ángel, vecino de Isaac Peral 32, tenía claro que la apertura de un salón de juegos bajo el edificio en el que vive no tenía cabida. Sobre todo, porque ... a menos de 500 metros hay más de un centro escolar. En concreto, cuatro: Ramón Pelayo, Simón Cabarga, Purísima Concepción y Magallanes. Ahora, una sentencia les ha dado la razón y ha paralizado la licencia de apertura, aunque la batalla legal comenzó hace casi dos años.
La comunidad de vecinos ya consiguió detener el avance de las obras a principios de 2019, cuando su abogada, María Luz Ruiz, solicitó una suspensión cautelar al Ayuntamiento. No recibió respuesta. «Algo habitual, pero la ley contempla que si no hay una contestación por parte del Consistorio, la suspensión sigue adelante», explica la letrada. Tras más de un año sin movimiento, todo hacía indicar que, efectivamente, el proceso se había detenido y la casa de apuestas no se abriría. Pero hace un mes, los vecinos presenciaron cómo se retomaban las actuaciones en el local. No había lugar a dudas, el cartel era claro: Merkur, salón de juegos. Decidieron volver a reclamar los servicios de Ruiz, quien en esta ocasión acudió al juzgado de lo Contencioso-Administrativo para tomar medidas cautelares y continuar con la suspensión.
Los vecinos lo tienen claro. «No lo queremos porque no nos gusta el ambiente que se genera en torno a ese tipo de locales. Hay más en otras calles cercanas y no nos parece necesario que sigan abriéndose otros nuevos, así que nos alegramos de que lo hayan parado», comenta un matrimonio residente en el edificio. «Mis hijos ya son mayores y no me preocupa por ellos, porque no van a salones de juego, pero es un peligro para los niños y jóvenes. Hay más de un colegio cerca», añade Ángel, mientras señala en varias direcciones a su alrededor. «Recurrimos a nuestra gestora, que es quien tiene conocimientos jurídicos, y ella ha sido la que ha llevado todo el proceso», expone el vecino, y apunta que no han protestado ni se han comunicado con ninguna asociación para sacar adelante su queja. «Todo lo hemos hecho por la vía legal».
El Ayuntamiento dio licencia de obra y actividad en enero de 2019. «Fue entonces cuando la comunidad de propietarios me contrató para interponer recurso de reposición y solicitar la suspensión cautelar del expediente», rememora Ruiz. Cuando hace un mes se retomaron las obras a pesar de esa suspensión, la abogada ya lo llevó a juicio. ¿Por qué el Ayuntamiento lo permitió si ya se había pedido su parálisis? «Probablemente no eran conscientes de la solicitud, no siempre atienden todos los recursos vecinales», afirma la letrada.
Tras la suspensión cautelar en el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Santander, hay que esperar a que haya una sentencia firme para saber si finalmente el salón de juegos abrirá o no. El Ayuntamiento no ha presentado ninguna alegación contra la parálisis, pero la empresa sí, por lo que el juez tendrá que analizarlas antes de la resolución final. «Creo que es difícil que siga adelante y abra, principalmente por la distancia con los colegios. Este tipo de establecimientos despierta mucha alarma social», añade Ruiz.
Pero no sólo la oposición de los vecinos es un impedimento para que el salón de juegos abra. Durante este largo proceso desde que la empresa comenzó a pedir licencias en 2019 hasta que se ha suspendido cautelarmente la semana pasada, el Gobierno de Cantabria ha modificado la Ley del Juego para hacerla más restrictiva a la hora de permitir la apertura de este tipo de locales cerca de centros educativos. Actualmente, el Ejecutivo se encuentra en medio de la redacción de una norma aún más exigente y, mientras el proceso no termine, no podrán abrirse nuevas casas de apuestas. Esto lo anunciaron en abril, cuando se tomó la decisión de redactar una nueva ley de cero en lugar de seguir actuando en base a la normativa de 2006 que, aunque se modificó parcialmente a principios de 2020, los cambios fueron calificados de «insuficientes» por varios ayuntamientos y colectivos.
Uno de los apartados con más peso de la nueva norma será, justamente, la cercanía de las casas de apuestas con centros educativos u otros espacios a los que acudan predominantemente jóvenes. La ley contemplará que todo nuevo local de este tipo deberá estar a más de medio kilómetro de lugares con alta presencia de menores, por lo que Merkur lo tiene complicado para continuar ya que, a falta de uno, tiene cuatro colegios e institutos a menos distancia de la marcada.
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