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Santander se mueve en la fina línea de lo considerado «concentración excesiva» de casas de apuestas y lo que no, en cuanto a la ratio se refiere. Por ser una ciudad de más de 150.000 habitantes, el máximo de este tipo de establecimientos que ... puede tener abiertos según la ratio es de uno por cada 7.000 habitantes, lo que se traduciría en 25 en el caso de la capital cántabra. Actualmente hay 27, pero desde el Gobierno regional afirman que dos de ellos están actualmente cerrados (la semana pasada dijeron que estaban «a punto» de cerrar) y que probablemente no vuelvan a abrir, lo que dejaría a la ciudad al límite. Aunque, como explican desde el Ejecutivo regional, la norma no impide que haya más, sino que a partir de los 25 sería una «concentración excesiva» y el Ayuntamiento podría solicitar más distancia entre los establecimientos de este tipo que se abran a futuro. La consejera de Presidencia, Isabel Urrutia, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, se reunieron ayer para tratar el asunto y acordaron crear un mapa de situación que permita controlar cuántos locales hay, los que pidan licencia en el futuro y a qué distancia están entre ellos. Lo que no aclararon desde el Ejecutivo al ser preguntados por este periódico es si el local que se pretende abrir en la calle Hermanos Calderón de Peñacastillo está incluido en esas 25 autorizaciones ya otorgadas o sería el número 26.
Y eso es algo que preocupa a los vecinos y padres de la zona, que celebraron ayer una asamblea informativa en el Centro Cívico de Nueva Montaña que se prolongó durante más de dos horas. La apertura de una casa de apuestas en Hermanos Calderón no solo afectaría a Peñacastillo, sino también a Nueva Montaña, ya que esta ubicación esta junto al puente que une ambos barrios y por el que cada día pasan miles de adolescentes que van al instituto (hay seis centros educativos en el entorno). Aunque desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria (FAPA) y la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (Fecav) invitaron a la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, a la alcaldesa de Santander, Gema Igual y a la consejera de Presidencia, Isabel Urrutia, a la cita, ninguna de las tres acudió, aunque las dos últimas se reunieron por la mañana para tratar el asunto.
La intención de los vecinos, tras el largo debate que mantuvieron por la tarde, es reunirse con Buruaga e Igual para tratar el asunto cara a cara y, si no llegan a entendimientos, movilizarse. «Si nos citan para septiembre, no esperaremos tanto, nos movilizaremos antes aunque no sean buenas fechas», asegura el presidente de la FAPA, Chema Torre. En cuanto a la anunciada elaboración de un mapa, le sorprende porque le da la impresión «de que no se ha controlado la situación y se van a poner ahora». Más allá de las distancias que marque la ley –no pueden abrir casas de apuestas a menos de 500 metros de un centro educativo–, Torre pide que analicen el barrio en su conjunto y cuántos jóvenes pasan cada día por allí «y que van a normalizar las apuestas». Desde la Fecav, Ricardo Sáinz no ve soluciones más allá de las protestas. «Una concentración, una manifestación o cortar la calle, porque ya dan por hecho que va a abrir. ¿El bienestar de la gente no es lo primero? ¿Está la empresa por delante de los vecinos?».
La consejera de Presidencia, Isabel Urrutia, y la alcaldesa, Gema Igual, acordaron en su reunión elaborar un mapa de situación y distancias de los establecimientos de juego con el fin de evitar que haya más aperturas que puedan incumplir en el futuro la Ley del Juego de Cantabria. El objetivo es hacer un seguimiento de la situación y determinar, si se solicitan más licencias, la necesidad de la medida extraordinaria prevista en el artículo 25 de la norma autonómica para la ampliación de las distancias entre este tipo de locales, en el caso de que se superara la ratio. Sin embargo, no comentaron la posibilidad de dejar de dar licencias.
Según datos del Ejecutivo cántabro, en la ciudad mantienen su actividad 25 establecimientos de juego, dado que hay dos que tienen autorización pero está suspendida su actividad por petición de sus dueños, por lo que se mantienen cerrados al público. Los dos que actualmente no tienen actividad son un salón de juego y un bingo que permanecen cerrados «y lo más probable es que no reinicien la actividad», señala Urrutia. Al término del encuentro, la consejera recalcó que «Santander cumple con la Ley de Juego, tanto por el número de establecimientos como por la distancia entre ellos y con los establecimientos educativos».
Por su parte, la alcaldesa recalcó que «es un tema sensible para los ciudadanos, pero hoy en día las medidas de seguridad y las distancias que estos establecimientos cumplen hacen convivir el interés general de los ciudadanos y el desarrollo de una actividad empresarial que el Ayuntamiento no tiene capacidad de limitar más allá de la Ley». También subrayó que el Consistorio permanecerá «vigilante» ante esta cuestión para que «se cumpla la ley y se proteja a los colectivos vulnerables».
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