Vecinos del Pesquero respaldan a los pescadores aunque la procesión peligre
En el barrio culpan a las Administraciones de que no hayan reparado el puente a tiempo y se alinean con el sector, que no trabaja en condiciones
La Virgen del Carmen es aquella a la que acuden los pescadores en sus momentos más bajos; cuando pierden a un compañero en el mar ... o necesitan fuerza en medio de una tormenta. Por eso, vecinos del Barrio Pesquero coinciden en que, si la Cofradía de Pescadores ha tomado la decisión de suspender la procesión marítima, han de tener una buena razón para ello. El sector ya ha expuesto que lo hacen por la avería del puente levadizo, que les impide trabajar con normalidad. Además, existe el riesgo de que se rompa del todo si se abre para sacar a la Virgen. «Si no se puede abrir para trabajar, tampoco para fiestas», expuso la semana pasada el secretario de la Cofradía, Agustín Trueba.
En el barrio, el sentimiento generalizado es de apoyo a los pescadores, aunque ese respaldo no impide que los vecinos lamenten que no se celebre uno de los actos más emotivos del día del Carmen; la procesión que, una vez recorre las calles del barrio, se sube a un barco y sale al mar. El trayecto por tierra está garantizado –el 16 de julio a las 12.00 horas–, y el que no se celebrará será el marítimo. Al menos, esa es la postura de la Cofradía, aunque la alcaldesa, Gema Igual, está tratando de cerrar una reunión con el sector y el Puerto para intentar que cambien de idea.
Marián Amor, vecina del Pesquero, paseaba ayer por la mañana por las calles del barrio y recordó una conversación sobre el tema que tuvo antes de ayer con varios miembros de su familia: «Si resulta que para trabajar no se puede abrir el puente, es comprensible que para esto tampoco». Pero también se le ocurre una alternativa: «Se puede hacer por el puerto deportivo, sin atravesar el puente, por la zona más cercana al barrio. Puede ser una solución que se haga con barquitos por aquí, solo faltan ganas». Otra vecina, Victoria, fue contundente ante la perspectiva de perder una parte fundamental de las fiestas al asegurar que «si nos quitan la procesión, nos hacen una faena. Lo que tienen que hacer es quitar ese puente. Este puerto no es el que era desde que lo instalaron». La visión no es más positiva entre otros vecinos y José Manuel Fernández ve en este posicionamiento de los pescadores una reivindicación que teme que no dé frutos. «Me parece bien que los pescadores hagan fuerza para que se arregle el puente, pero no van a ganar nada. Los afectados van a ser el propio barrio porque parece que las autoridades quieren que el barrio deje de ser lo que es, pero entiendo que reivindiquen sus derechos».
Aunque Raúl y Begoña no son del Barrio Pesquero, sí trabajan allí y ayer comentaban la suspensión de la procesión. «Si los pescadores protestan, es por una razón de peso, porque son muy devotos de la Virgen del Carmen». Dolores Pérez, de 78 años, no es nada optimista con el estado actual del barrio y, mientras volvía a casa con su carro de la compra, tenía claro que «esto se acabó, solo se preocupan de fiestas pero no pueden abrir el puente y arriesgarse a que se rompa». Asegura que el abandono de la zona es generalizado: «He nacido y vivido siempre aquí y la rampa del puerto nunca ha estado tan sucia. No tienen interés en el que el Barrio Pesquero esté bien». En la misma línea que el resto del barrio, Fernando defendió que «apoyamos a los pescadores y no entendemos que el Puerto no sea capaz de arreglar el puente en tantos meses, parece que quieren que el barrio muera».
Los pescadores, firmes
El puente levadizo de Raos se instaló hace 15 años y las averías han sido habituales desde entonces. Ahora, las hojas están averiadas, una desde el año pasado y otra desde este febrero, lo que impide a los barcos pesqueros más grandes (los que no pueden pasar por debajo) acceder al puerto y los obliga a descargar en la Margen Norte, lejos de la lonja y en unas instalaciones que no son las idóneas para su trabajo. Aunque el Puerto ha adecentado la zona para que realicen su trabajo, no es suficiente y muchos pescadores descargan en otras lonjas, como la de Santoña. El Puerto trabaja en la reparación, más compleja de lo que previó en un primer momento, con la intención de resolverlo para septiembre. A la par, estudiarán sustituir el puente por uno fijo, más alto, que no pueda dar fallos.
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