Los vecinos proponen más radares y presencia policial para reducir el ruido

La Avenida de Parayas es el vial más ruidoso del municipio. A su lado pasa la S-10, una de las principales carreteras de entrada y salida a la ciudad, y por las que pasan miles de vehículos a gran velocidad cada día. Al estar rodeada de polígonos industriales, no molesta a ningún vecino, a diferencia de lo que ocurre en las otras dos zonas más ruidosas: la Avenida de la Constitución y Jerónimo Sainz de la Maza.

El entorno de la S-20 está cada vez más habitado. De hecho, la 'fachada' que da a la carretera ya apenas tiene fincas vacías. Y las que hay, tienen un gran cartel delante que anuncia la próxima construcción de una promoción de viviendas. Es una zona de la ciudad que ha crecido mucho en los últimos años y también es la entrada de vehículos a El Sardinero, por donde acceden a gran velocidad al llegar desde la autovía. Al otro lado de los edificios está el Parque de las Llamas, frecuentado por peatones, deportistas y familias a los que el bullicio del vial les saca de ese momento tranquilo. «No es muy agradable pasear por la acera, al lado de la carretera, porque los coches pasan rapidísimo y hacen mucho ruido», explica Verónica Palomera, madre que camina habitualmente por esa zona con su bebé. «Me suelo meter al parque para alejarme un poco más y que no se oiga tanto». Aunque vive por los edificios de la S-20, su casa no está «en primera línea y por eso no oigo tanto a los coches». Tiene clara qué solución pondría ella para reducir el ruido: radares de velocidad. «El ruido se genera porque pasan rapidísimo, si hubiera controles y multas, los conductores respetarían la velocidad máxima».

Comparte la misma idea Juanjo Díaz, jubilado que vive en El Sardinero y que no perdona ninguna mañana su paseo kilométrico por las playas y Las Llamas. «La S-20 es, sin duda, la zona más ruidosa de la ruta que hago todos los días. Es una pena porque está cerca de playas y parques, a los que vas buscando tranquilidad».

Aunque la causa del ruido también es el tráfico en Jerónimo Sainz de la Maza, se da de otro modo. Como apuntan los vecinos, la turborrotonda que está junto al Hospital Valdecilla genera unos atascos que dan lugar a pitadas, acelerones y gritos. «En esta calle, además, las aceras son estrechas y los pisos están pegados a la carretera, así que no se puede abrir la ventana por el día. Hace falta más policía para regular el tráfico y multar a los que se pasan de listos», lamenta un vecino de esta calle, Luis Gancedo. «No ayudan las ambulancias que entran y salen del hospital. Es totalmente comprensible que pongan las sirenas para que las dejen pasar, pero es muy molesto. No pasaría si hubiera más fluidez de tráfico», añade otra vecina, Rosa.