Los veintisiete alumnos del Torres Quevedo de Santander ya están en casa

La aventura de estos jóvenes de 13 años comenzó el sábado en la cola de facturación de Ryanair, compañía aérea con la que viajaban. Según el relato de los afectados, el grupo de alumnos llegó con tiempo suficiente. «Les cambiaron de fila a la de equipajes más voluminosos. Una vez el personal de Ryanair se da cuenta de que la situación se les ha ido de las manos les dicen que les iban a dar prioridad en otra fila. Finalmente no se les dio no saben por qué y tuvieron que esperar en medio de un jaleo de gente. Cuando llegaron a la puerta de embarque, que estaba muy lejos de la facturación, el avión se acababa de marchar». Desde ese momento, pasaron ocho horas en el aeropuerto con la «incertidumbre» de no saber ni cuándo ni cómo volver a Santander. Todo esto, entre las quejas de muchos de sus padres y madres por la falta de comunicación de la agencia que organizó la inmersión lingüística, que el lunes se reunió por videollamada con los padres para explicarles los pasos que siguieron.

Finalmente, la decisión adoptada fue quedarse en un hotel ubicado en las inmediaciones del aeropuerto hasta este martes y regresar en avión a Bilbao. Una estancia por la que las familias deberán abonar 400 euros adicionales con los que no contaban. Según informaron fuentes de Educación a este periódico, el instituto pretende reclamar ese dinero al aeropuerto de Stansted al entender que perdieron el vuelo por un error ajeno al grupo.

A primera hora de la mañana de hoy, el consejero de Educación, Sergio Silva, ha mostrado su satisfacción por la llegada a casa del grupo del Torres Quevedo y ha querido dejar constancia de que «siempre han estado atendidos y no ha habido desamparo ni nada que se le parezca (...) Los docentes han estado pendientes de los alumnos en todo momento y siempre se priorizó su bienestar antes de que tuvieran que volver lo antes posible, por eso se tomó la decisión de realojarlos y volver en avión a Bilbao. Era lo más razonable. Los docentes supieron adaptarse». También ha señalado que estos días extra han generado unos gastos de alojamiento y traslados y, para el consejero, «lo razonable es afrontarlo y luego reclamarlo a las compañías, que lleva un tiempo y hay que tramitarlo». Por último, reflexiona que en este tipo de viajes extraescolares «pueden surgir imprevistos y lo más importante es saber reaccionar y adaptarse a la situación. Más allá de la preocupación de las familias, la situación se ha resuelto (...)».