La vieja sede de bomberos de Cajo: la joya para hacer vivienda social en Santander
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La parcela, de propiedad municipal, lleva más de una década sin uso después de que Cenavi y Emilio Bolado quebraranMientras el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander buscan terrenos a la desesperada para muscular el parque público de viviendas, existe una parcela de propiedad municipal que lleva dormida casi 15 años, después de que la crisis del ladrillo diera al traste con ... su desarrollo, y que, sin duda, tiene una de las ubicaciones más estratégicas de la capital: la antigua sede de los bomberos y autobuses de Cajo, situada junto a la rotonda del hospital Valdecilla y el parque del Doctor Morales, frente a la Facultad de Enfermería.
Los bomberos se instalaron allí en 1959, tras dejar la vieja estación del Río de la Pila. Desde Cajo salieron a apagar el incendio del Palacio Macho de 1971, el de los depósitos de Campsa en 1989 y el de la nueva lonja de 2005, así como los derrumbes del Hotel Bahía de 1992 y Valdecilla de 1999. Pero su traslado a Ojaiz en 2011, y la mudanza de los autobuses municipales a Peñacastillo en 2017, dejaron sin uso y cerrados los 16.8000 metros cuadrados de suelo, que siguen a la espera de que el Ayuntamiento decida qué hacer con ellos. El Plan General en vigor etiqueta esta finca como residencial y limita la altura de los posibles edificios a siete plantas. En total, allí podrían construirse cerca de 200 viviendas con 400 plazas de aparcamiento. También permite instalar un centro comercial y un hotel.
Íñigo de la Serna (En el año 2015)
Exalcalde de Santander
Tras el anuncio de la construcción de 40 inmuebles de alquiler asequible en el Cabildo, y teniendo en cuenta que el Consistorio y el Gobierno regional son ahora mismo los mayores impulsores de viviendas de la región, con 607 inmuebles en cartera entre ambos, esta parcela de Cajo supone un valioso activo para aumentar ese parque público de viviendas.
El pinchazo de la burbuja del ladrillo tuvo buena culpa de que esta parcela no se haya desarrollado aún pese a su excelente ubicación. Las constructoras Cenavi y Emilio Bolado tenían en este suelo un diamante urbanístico en bruto después de que el Ayuntamiento les adjudicara el concurso para desarrollarlo. A cambio de su propiedad, las dos empresas tenían que construir gratuitamente la estación de bomberos de Ojaiz y el parking de autobuses de Peñacastillo. Pero esto nunca llegó a suceder.
200 Viviendas
prevé el Plan General que se pueden construir en ese suelo municipal
16.800 Metros cuadrados
mide la parcela ubicada junto a la rotonda del Hospital Valdecilla
Las 200 viviendas y 400 aparcamientos previstos eran una golosina en los buenos tiempos del bum de la construcción, pero una cadena de acontecimientos dio al traste con todo. El mercado del ladrillo empezó a desinflarse y la venta de viviendas cayó sin freno, mientras que Cenavi y Emilio Bolado se enfrentaban a unos plazos de ejecución de las obras muy largos por el traslado de los bomberos y autobuses, pero también por el recurso de Ascan, que impugnó el contrato por discrepancias con los criterios de valoración del Ayuntamiento para adjudicar el proyecto. Esto provocó que los costes con el Banco Santander, que financiaba la operación, se volvieran más gravosos, lo que dificultó aún más todavía el desarrollo urbanístico de la zona.
Cenavi acabó declarándose en concurso de acreedores y la otra empresa de la UTE, Emilio Bolado –que también quebraría más tarde–, alegó que no podía hacerse cargo en solitario de los trabajos, lo que supuso la paralización de las obras.
La parcela de Cajo volvió a manos del Ayuntamiento, que se hizo cargo con su propio dinero de construir los nuevos espacios para bomberos y autobuses, con un coste aproximado de 12 millones de euros en total. Una parte del suelo de Cajo se aprovechó en 2010 como parte del distribuidor de La Marga. El resto quedó libre, y así continúa casi 15 años después.
Algún tiempo después, en 2015, el debate sobre el uso de esta parcela volvió a ponerse sobre la mesa y el entonces alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, explicó que el coste de construir las nuevas sedes de Ojaiz y Peñacastillo se recuperaría a través del aprovechamiento urbanístico de la propia parcela de Cajo «cuando el momento económico sea más oportuno». Se trata, apuntó, de un lugar «extraordinario», con una «fantástica accesibilidad». Pero aunque la situación económica «está mejorando», dijo en aquel entonces, todavía no es momento de actuar sobre la misma: «No podemos malvender este espacio que pertenece a todos los santanderinos».
La parcela volvió a la agenda política municipal hace cuatro años, en 2020, cuando el PSOE de Santander propuso habilitarla como aparcamiento provisional y gratuito. Según dijeron los socialistas en aquel momento, la iniciativa contaba con apoyo social y vecinal, incluso con el posicionamiento público expreso, entre otros, de la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (Fecav). Pero aquello nunca llegó a materializarse. De hecho, en esa misma zona se construyó otro aparcamiento, el de La Marga, de concesión privada, con menos movimiento de lo esperado pese a las ofertas que lanza por estacionamiento diario, y pese a su buena ubicación, a muy poca distancia del distribuidor de autobuses de Valdecilla.
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