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Hace poco más de una semana que la empresa propietaria del Hotel Central, Onisan, colocó una red alrededor de todo el edificio para evitar la caída de cascotes, ya que su estado está cada vez más degradado. Pero esa medida de seguridad no ha ... evitado que las fuertes rachas de viento hayan levantado este jueves parte del tejado, de uralita, que han acabado en el suelo de la calle Lepanto, el callejón localizado entre este edificio y el Mercado del Este.
Los trozos del tejado han caído sobre algunas motos: allí se ubica un aparcamiento para estos vehículos, y casi impactan contra un hombre que lo atravesaba en el momento del desprendimiento, poco antes del mediodía. «Le gritamos para que se apartase, si no llega a acelerar, le cae encima», explica una testigo.
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Hasta el lugar se han trasladado los Bomberos de Santander y la Policía Local, que confirmaron que los cascotes se habían desprendido del tejado de este edificio y no de la fachada o del inmueble vecino. Su intención al mediodía era volver más tarde, tras hablar con la propiedad. Mientras tanto, han acordonado la zona para que los viandantes no pasen por allí. Alrededor se ha formado un corrillo de gente para comentar lo sucedido.
Los cascotes quedaron dispersos por todo el callejón y algunos trozos han caído por encima de las motos. Incluso, algún vehículo había quedado rayado por el roce de los cascotes al caer del tejado al suelo. Al ser de propiedad privada, será la empresa quien tenga que garantizar la seguridad del edificio, un inmueble que lleva nueve años cerrado y que Onisan trata de reformar desde 2021, aunque aún está esperando la licencia de obra del Ayuntamiento para empezar las obras.
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