Los vigilantes del tiempo

Los propios trabajadores explicaron al público la estructura de sus centros, el papel de la observación y de la predicción, y guiaron una visita al jardín meteorológico y a la estación de radiosondeos. «Nuestro objetivo es que la gente conozca quiénes somos, a qué nos dedicamos y cuál es nuestra función dentro de la administración general del Estado», explica Arcadio Blasco, el delegado de la Aemet en Cantabria.

Cerca de treinta personas trabajan en esta entidad en Santander, entre la sede de Cueto y la Oficina Meteorológica del Aeropuerto Seve Ballesteros. Desde allí dan servicio a diez aeropuertos del norte de España, los de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra. «Hacemos predicción aeronáutica y apoyo a la navegación aérea. Damos servicio en mantenimiento de la red de observación, en climatología, estudios y desarrollo a Asturias y hacemos predicción aeronáutica para los aeropuertos del norte»; concreta Arcadio Blasco.

En la sala de observación trabaja Marta Gutiérrez. Pertenece al grupo de predicción y vigilancia. Ella controla los datos que va recogiendo el jardín meteorológico: la temperatura, la velocidad y la dirección del viento, la humedad, la lluvia,... «cada diez minutos la estación ofrece todos estos datos que se recogen en una base de datos y los transmitimos a todo el mundo», explica. Relata que la observación de la naturaleza es también muy importante en su trabajo, «tenemos que mirar el estado del suelo, si está seco o húmedo; la visibilidad, la evaporación, la temperatura máxima y mínima,...»

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Adrián Naray es predictor aeronáutico. Realiza predicciones para los aeropuertos cada 6 horas, a 24 horas vista; aunque algunos pueden pedir esta información a más corto plazo.«Analizamos lo que nos cuentan los modelos numéricos y realizamos esas predicciones fijándonos también en los satélites, en el radar para intentar hacer previsiones lo más cercanas posibles a la realidad», explica a grandes rasgos. Su labor es fundamental para la navegación aeronáutica «igual te llama un controlador que tiene un vuelo esperando con 200 pasajeros para salir para preguntarte por el viento, por la niebla o por las tormentas, dado que hay que intentar evitarlas».

Es una labor compleja y de mucha responsabilidad.Pero Adrián, que empezó en el mes de septiembre lo afronta con entusiasmo, «nuestra labor afecta a actividades que llevan una gran inversión de dinero y afecta a la seguridad de a muchas personas pero a mí me gusta este trabajo. Me encanta», concluye.

Por lo tanto en este centro no sólo informan de si va a hacer buen o mal tiempo. Explica Sergio Fernández, jefe del grupo de Predicción y Vigilancia que «en aeronáutica hacemos pronóstico a 24 horas. En los modelos actuales es muy complicado precisar más allá de una o dos semanas». Pero como no podemos evitar la curiosidad responde que, «esta semana viene fresca para ser junio, la próxima también pero a partir del domingo parece que ya empiezan a normalizarse un poco las temperaturas».