Villa Iris, una histórica isla del arte
Del taller a la Colección ·
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Del taller a la Colección ·
La salida a información pública de la modificación del Plan de Protección para su uso residencial abre otra etapa del que fue embrión de la política artística de la Fundación BotínHace exactamente dos años la Fundación Botín desvelaba la venta de uno de sus lugares emblemáticos e identitarios de su concepción artística y, por ende, de la cultura de la ciudad: Villa Iris. Este edificio, con más de un siglo de historia, construido en 1913 ... por el arquitecto Eloy Martínez del Valle y reformado en 1944 por su colega Javier González de Riancho, se convirtió durante más de un cuarto de siglo en epicentro de una activa labor artística con proyección internacional que, a la postre, ha sido en buena medida el embrión de la cadena del arte de la institución: su actividad formativa, el contacto entre artistas consagrados y las nuevas generaciones reflejadas en sus 'Itinerarios' y, finalmente, en su Colección.
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Esta semana el Ayuntamiento de Santander abría «el periodo de información pública de la aprobación inicial para la modificación del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico-Artístico del Sardinero, en lo que concierne al edificio Villa Iris. Según el concejal de Urbanismo, Javier Ceruti, «la modificación no conlleva alteración del nivel estructural de protección del edificio», que fue propiedad de la Fundación Botín, «pero sí de las obras admitidas en el mismo para adaptarlo a ese uso residencial». Tras este periodo, la modificación se llevará al Pleno para su aprobación provisional. Y, posteriormente, «se derivará al Servicio de Patrimonio del Gobierno de Cantabria para su informe y debe volver al Pleno para la aprobación definitiva».
Ubicado en el santanderino paseo Pérez Galdós, el proyecto en perspectiva tiene como objetivo su «uso residencial». No obstante, al margen de reformas y obras ad hoc, deberá respetarse la protección del inmueble. La intención de la firma que ha solicitado el nuevo uso es construir un parking subterráneo de 500 metros cuadrados.
La puesta de largo de la Memoria de la Fundación sirvió en 2018 para conocer el anuncio de la venta de Villa Iris, operación paralela a la de la sala de exposiciones de la calle Martillo (una parte, el resto de la superficie era de alquiler) aunque los gestores de la entidad nunca desvelaron la cantidad en ambos casos. El presupuesto de la Fundación crecía entonces un 20%, y cerca de 3,5 millones se destinaron a sufragar la construcción del edificio del Centro Botín, inaugurado el 23 de junio de 2017. La Fundación anunciaba la venta de su emblemático edificio y finca Villa Iris de El Sardinero, donde habitualmente se celebraban los talleres de arte. La cantidad económica obtenida con las ventas se destinó al área artística del Centro Botín.
Villa Iris, antigua villa de veraneo, albergó durante cerca de tres décadas actividades relacionadas con la formación, la investigación y la experimentación. Cuenta con una superficie de 360 metros cuadrados útiles de exposición en tres plantas y, sucesivamente, programó talleres de artes plásticas y exposiciones. Sus instalaciones también fueron sometidas a diversas reformas para mejorar espacios y facilitar las actividades.
En 1994 la Fundación Botín iniciaba dentro de su programa de formación los talleres invitando a un artista de reconocido prestigio a desplazarse a Santander y compartir su trabajo y sus experiencias al frente de quince jóvenes artistas procedentes de distintos lugares del mundo. El primer taller, no obstante, se celebró en la antigua sala de exposiciones de la calle Pedrueca bajo la dirección de Juan Genovés, histórico del arte español recientemente fallecido. Desde 1995 hasta 2017 se celebraron en Villa Iris.
El objetivo ha radicado en «ampliar las posibilidades de la formación, para que los jóvenes artistas convivan entre sí y con otro artista con más experiencia fuera de las clases de escuelas y universidades, en un ambiente de trabajo en común y de transferencia de conocimientos, experiencias y sensibilidades». La experiencia llevó paralela una exposición individual del director del taller, producida desde la propia Fundación, la realización de su correspondiente catálogo y la adquisición de obra para la Colección.
Desde 2004 los talleres fueron adquiriendo gran proyección internacional tanto por los directores que los impartieron como por los artistas participantes que acudían desde muy distintas procedencias. «Unos y otros, en su diferencia generacional y de posiciones», que suponen en conjunto «un testimonio del arte de nuestros días».
La nómina de artistas que dio vida a Villa Iris la integraron: Joan Hernández Pijuan, Mitsuo Miura, Juan Navarro Baldeweg, Guillermo Pérez Villalta, Martín Chirino, Eduardo Urculo, Santiago Serrano, Miquel Navarro, Juan Uslé, Gabriel Orozco, Juliâo Sarmento, Miroslaw Balka, Antoni Muntadas, Jannis Kounellis, Mona Hatoum, Tacita Dean, Carlos Garaicoa, Julie Mehretu, Joan Jonas y Carsten Höller. Los talleres de Cristina Iglesias y Martin Creed, consumada la venta de la villa, se celebraron en la calle Pedrueca.
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