Vistas panorámicas con pincho de tortilla

El acceso se hace a través de la propia puerta del museo, pero no hace falta pagar la entrada para dirigirse al nuevo espacio de restauración. Una vez arriba, llama la atención por su amplitud, con 300 plazas para comensales, y por sus increíbles vistas panorámicas a la bahía de Santander a través de unos grandes ventanales y un moderno acabado en madera con notas marineras, como las lámparas inspiradas en las velas de un barco. Con la obra se han cambiado las antiguas ventanas y se ha ganado una terraza perimetral transitable y una amplia zona exterior -justo encima de la playa conocida como La Fenómeno-, donde se ha colocado un graderío para la recepción de espectáculos y conciertos.

La nueva cafetería estará atendida por la empresa Bodi Mataleñas SL, popular, entre otros ámbitos, por sus tortillas. Este servicio se ofrece a través de un contrato de esta empresa con la Sociedad de Cultura y Deporte del Gobierno para la gestión de todas sus cafeterías, como sucede también con las del Palacio de Festivales.

El horario del nuevo establecimiento gastronómico está sujeto al horario del Museo Marítimo, que es el siguiente: de octubre a abril, abre de martes a domingo de 10.00 a 18.00 horas; y del 1 de mayo al 30 de septiembre, de martes a domingo de 10.00 a 19.30 horas.

Por lo tanto, la cafetería-restaurante no dará servicio los lunes y tampoco dará cenas; al menos, de momento, porque según explicó el vicepresidente Pablo Zuloaga, «se está tramitando la licencia con el Ayuntamiento para poder abrir hasta más tarde y dar cenas y así sacar más partido a las nuevas instalaciones».

El también consejero de Cultura anunció la idea de «programar eventos culturales y veladas de canción marinera para aprovechar el marco incomparable y la nueva instalación».

El establecimiento hostelero cerró sus puertas con el covid y, desde el cambio de titularidad, ha estado inmerso en obras para su reforma integral. «El local estaba obsoleto y con un grave problema de filtraciones que afectaron a la sala expositiva», añadió Zuloaga. Los trabajos comenzaron con licencia de emergencia y, después, se ha logrado actualizar la situación del edificio tras cuarenta años fuera de la ordenación de la capital.