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La Dirección general de Vivienda impulsará en la capital la mejora de barrios obreros y colonias levantadas para alojar a los afectados por el incendio de 1941.El proyecto forma parte de la estrategia de regeneración urbana en Cantabria, un documento elaborado por el ... Observatorio de la Vivienda y Suelo que efectúa un diagnóstico de la calidad de la vivienda en la región y apunta las necesidades en esta área de los principales núcleos de población.
La directora general de Vivienda, Eugenia Gómez de Diego, iniciará a comienzos del próximo año la ronda de contactos con los principales ayuntamientos de Cantabria para dar a conocer el informe, las carencias detectadas y las posibles actuaciones a desarrollar, teniendo en cuenta que el Observatorio es un órgano consultivo y que es la Administración local la que debe decidir sobre los proyectos a acometer en cada municipio.
Entre las asignaturas pendientes del urbanismo en Santander, el informe del Observatorio de la Vivienda destaca «la reformulación de la zona más densamente edificada: la delimitación de áreas de regeneración urbana que libere espacios de uso público y equipamientos, o la mejora de la calidad edificatoria de algunos barrios obreros, deben estar presentes en las políticas prioritarias de vivienda y urbanismo».
¿Qué se entiende por regeneración urbana? Según explica Gómez de Diego, es un concepto que va más allá de cambiar unas aceras y plantar unos cuantos árboles. «Supone una actuación integral, que no se limita a rehabilitar la fachada de un edificio o una acera: en las ciudades, como motores económicos y sociales, debe perseguirse el objetivo de hacer barrios inclusivos, no discriminatorios, responsables con el medio ambiente, que incluyan los objetivos que tenemos de actuar contra el cambio climático, que potencien la integración social y económica y el acceso a servicios culturales y sociales».
La intención de la Dirección General de Vivienda es «mantener encuentros con ayuntamientos de Cantabria, sobre todo con Santander, Torrelavega y Castro Urdiales, para presentarles un informe de diagnóstico que les pueda servir de cara a próximas actuaciones».
En Cantabria, según el Censo de población y vivienda elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2011, los municipios con población superior a 2.000 habitantes contabilizan un total de 90.000 edificios destinados exclusivamente a vivienda. En la última década se construyó el 20% del total de los edificios, mientras un 47% corresponde a los que cuentan con más de cincuenta años.
Según los datos del INE, el estado general de las viviendas de Cantabria puede considerarse muy bueno. El 90% de los edificios se encuentra en un estado de conservación calificado como «bueno», y tan solo el 9% podría encontrarse en estado deficiente o malo. El 1% puede considerarse ruinoso. La mayor parte de las edificaciones en estado malo o ruinoso son anteriores a 1900.
El INE indica también que en Santander hay 11.263 edificios destinados principalmente a viviendas y 96.257 inmuebles. Dice también que la calidad de los edificios de viviendas es bueno en un 90,9%, y que un 56,2% corresponde a los levantados hace más de medio siglo. Las décadas de los años 50, 60 y 70 fueron las de mayor expansión urbanística en la capital, y aunque el número de nuevos edificios es bastante similar al de los construidos durante la época de la burbuja inmobiliaria, el de viviendas construidas durante estas décadas es mucho mayor.
El Observatorio de la Vivienda considera prioritaria la actuación en las colonias y barrios obreros construidos tras la posguerra. Considera que estos grupos de viviendas, a menudo situados en las periferias urbanas, creados para alojar a los empleados de las instalaciones industriales o a los afectados por el incendio de Santander, «suelen tener grandes carencias como consecuencia de la mala calidad de las edificaciones. La alta densidad edificatoria que suele acompañar a estos barrios o colonias provoca problemas de deficiencia de equipamientos y servicios en el vecindario».
Las intervenciones propuestas contemplan la mejora de la eficiencia energética de las viviendas, la supresión de barreras arquitectónicas y la mejora de la accesibilidad y la convivencia de la movilidad motorizada con la ciclista y la peatonal. También incluyen la localización de espacios libres de uso público y equipamientos suficientes para dotar al área de los servicios necesarios.
«Desde el Gobierno de Cantabria consideramos esencial que los ayuntamientos realicen estas actuaciones. Queremos que se actúe en toda esa serie de barrios y colonias construidos a partir de la posguerra, dando prioridad a la rehabilitación frente a la sustitución, con proyectos que permitan mantener la población residente», indica Gómez de Diego. «Y todo debe hacerse a través de la participación ciudadana, con transparencia y atendiendo a las perspectivas de género y edad».
«Hasta ahora, todas las actuaciones de regeneración urbana siempre han estado amparadas en ayudas de los Gobiernos de España y Cantabria, y creemos que hay que seguir trabajando en esa línea. Es verdad que se trata de actuaciones complejas: en Santander no ha podido completarse la del Cabildo de Arriba, por ausencia de acuerdos entre los propietarios y de un impulso decidido por parte de la Administración. Tampoco la del Barrio Pesquero, donde los vecinos no podían afrontar el coste económico de la regeneración», repasa la responsable de Vivienda.
En otras partes de la ciudad hubo proyectos que sí salieron adelante, amparados en la figura del Área de Rehabilitación Integral (ARI), con financiación del Plan de Vivienda, como los que se acometieron en la zona del Río de la Pila y su entorno (San Celedonio-María Cristina y San Simón). En Torrelavega también se ejecutaron, con el mismo tipo de ayudas, los planes previstos en los barrios de La Inmobiliaria y La Quebrantada.
También fue un ARI el que se llevó a cabo en la Puebla Vieja de Laredo, del que se beneficiaron 699 viviendas, distribuidas en 153 portales; y en Reinosa, en dos actuaciones consecutivas, se realizaron trabajos de mejora que afectaron a más de 2.000 viviendas, la mayor parte de ellas localizadas en el eje central de la localidad.
La última convocatoria del programa Edusi, que cuenta con fondos europeos, seleccionó dos proyectos, en Santander y Torrelavega. El proyecto seleccionado en Santander es el denominado Domus, que tenía como objetivo el fomento de la movilidad sostenible y de medidas de eficiencia energética en General Dávila, todo ello dentro de la estrategia de regeneración urbana del área. Incluía, entre otros aspectos, la dotación de las rampas mecánicas y de un ascensor para conectar el Paseo Pereda con General Dávila, renovación de las redes de abastecimiento y saneamiento, renovación de aceras en las calles Lope de Vega y Santa Teresa y la pavimentación del nuevo itinerario entre la calle del Carmen y Santa Teresa.
En Torrelavega, el proyecto Edusi tiene como objetivo realizar inversiones en proyectos sociales, medioambientales y de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), hasta 2023. Para ello, se tiene previsto construir un nuevo Hogar del Transeúnte; incluye asimismo una nueva piscina municipal al aire libre y una red de espacios naturales de deporte, así como un programa de dinamización del comercio. Forman también parte del mismo el plan de movilidad sostenible y otro de empleo y formación para colectivos vulnerables de más de 45 años. La semipeatonalización de la Avenida de España y de la calle Alonso Astúlez, con el trazado de un carril bici, un parking de autocaravanas y la rehabilitación de zonas degradadas son otras actuaciones recogidas.
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