Vuelven las largas filas para entrar al vacunódromo de Santander

El trabajador de seguridad encargado de que todo discurra correctamente divide su tarea entre responder a las continuas dudas de aquellos asombrados por las aglomeraciones y controlar la cola. Son varios los que acuden a él en busca de respuestas, preguntando si se respeta el tiempo de citación, ya que algunos acuden a su hora y se encuentran con una larga cola que discurre de forma paralela al parking del Sardinero.

Primero fueron las colas de hasta dos horas tras un fallo informático que solapó la citación de las primeras dosis con las segundas. Y el pasado jueves, las filas se volvían a repetir, esta vez mucho menores, ante la impaciencia de aquellos que llegaban demasiado pronto a su cita. La gerente del SCS, Celia Gómez, ya explicaba entonces la importancia de acudir con «puntualidad» a la cita y no antes. Recordaba que esta era la única manera para evitar que se reúnan tantas personas al mismo tiempo, como ya ocurrió cuando arrancaron los 'coroautos', donde se tomas las muestras para la PCR.

Y parece que la situación repete por el mismo motivo. «Llevo media hora esperando. Porque tengo cita a las 13.00 y calculando he venido antes. Cuando somos tantos hay que organizarse«cuenta Ana Vega, que entre risas comenta que es un comportamiento generalizado: »Somos muchos y está todo el mundo haciendo lo mismo, eso sí, estoy deseando vacunarme y quitármelo de en medio«.

Gema y Jesús también han tenido que esperar esta mañana. Han llegado a las 12.15 horas y han accedido al Palacio alrededor de las 12.50 horas, aunque dentro también tendrán que esperar turno. A Jesús le han llamado sobre las 11.00 horas de la mañana para decirle que fuera «pronto« porque » había poca gente». Y al final, les ha tocado esperar.

Muchos llegan acompañados, lo que aumenta el número de personas en el entorno. Es el caso de Isabel Santiago, que espera en las inmediaciones del Palacio a que su marido salga tras recibir el pinchazo: «Hemos estado un cuarto de hora esperando. Al bajar del coche ves esto y asusto, pero luego no es para tanto, va deprisa», cuenta.