La Zona de Bajas Emisiones no cerrará el tráfico y el Ayuntamiento se decanta por limitar la velocidad

Con fondos europeos, Santander desplegó con un presupuesto de 2,3 millones una red de sensores a mediados de año para recopilar datos de tráfico y contaminación en la ciudad. En total, se han puesto en marcha diez estaciones para medir la calidad del aire, cuarenta sensores de ruido (sonómetros), 455 de aparcamiento, dieciséis paneles led de mensajería variable y diez más, también led, de aparcamiento.

Tras un periodo de calibración, empezó a acumular información en verano pero, como la ciudad soporta mucho más tráfico en julio y agosto que el resto del año, el Ayuntamiento sigue recabando datos para analizar el comportamiento medio de los vehículos. «Para febrero o así tendremos ya el diagnóstico. Por lo que nos están diciendo, ratificamos que Santander no es una ciudad contaminada, aunque puede haber algunas zonas que tengan algún pico», asegura la alcaldesa. «No podíamos medir solamente cuando hay más gente en Santander, que es la época de verano, por lo que cogimos un plazo más amplio para hacer la media y efectivamente el comportamiento de los sensores nos dice que no tenemos por qué alarmarnos».

Igual enumera varias razones por las que considera que Santander no necesita cerrar el tráfico: «Es una ciudad abierta al mar, las retenciones se producen de forma ocasional y nadie tarda en cruzar Santander media hora». Todo eso, acompañado de los datos que se den a conocer en febrero, repercutirá en las medidas que se anuncien y que irán acompañadas de una ordenanza «con un plano donde se señale si hay alguna actuación». Añade que cortar el tráfico «no es la única solución». «En una ciudad como Santander no hay que cortar el tráfico en ninguna zona, lo que sí habrá que tomar alguna medida. ¿En dónde? En zonas concretas que serán las que nos diga ese estudio de interpretación de datos tras el resultado de los sensores».

Deja claro que el «ánimo» del Ayuntamiento «no es restringir a nadie, sino regular». Se decanta por limitar la velocidad en las calles que registren picos de contaminación o actuar en los semáforos para evitar que los coches «estén tanto tiempo parados», ya sea cambiando los ciclos de frecuencia o poniendo alguno nuevo. «Lo que nos digan, no me adelanto cuando hay un estudio que va a determinar qué hacer».

Y aunque Igual insiste en esperar a los datos para determinar las acciones, también recalca que cortar el tráfico no será la opción por la que se decanten. «¿Cortar el tráfico? No. ¿Hacer una almendra central a Santander desde la rotonda de Puertochico hasta la plaza de Toros? No». Respecto a esto último, señala que es una pregunta que le trasladan de forma recurrente los vecinos y quiere dejar claro que «para nada» será así. Tras rechazar ese cierre y decantarse por limitar la velocidad o modificar las frecuencias de los semáforos, vuelve a insistir en que «vamos a esperar a los datos, que es lo nos lo va a decir».

El Defensor del Pueblo considera «injustificados» los argumentos aportados por los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes que aún no han implantado las Zonas de Bajas Emisiones. La institución ha enviado once recomendaciones a 33 ayuntamientos e insta a todos aquellos municipios obligados a establecer las ZBE «a hacerlo cuanto antes y a evitar más retrasos y dilaciones», con el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono, causantes del cambio climático y las emisiones de gases contaminantes perjudiciales para la salud.

Así, traslada un listado de recomendaciones a los ayuntamientos que aún no han puesto en marcha la ZBE, como que aborden «de manera decidida» los trámites restantes para su aprobación, «sin más dilaciones ni retrasos y la pongan en funcionamiento a la mayor brevedad».

También pide que estas ZBE «delimiten un área de carácter continuo y permanente», algo que en Santander ya han adelantado que no harán. El Defensor del Pueblo exige, además, que la delimitación incluya «restricciones a la entrada, circulación y estacionamiento de vehículos, en función de su distintivo ambiental, sin que puedan establecerse excepciones que no haya contemplado el Ministerio». Otro punto que, en principio, Igual no tiene previsto cumplir, ya que no quiere prohibir el paso a ningún vehículo. Esta institución añade que, una vez establecida la ZBE en un territorio, el ayuntamiento «se abstenga de adoptar cualquier medida que suponga una regresión de la zona ya existente», como ha pasado en ciudades como Gijón, Valladolid, Badalona o Valencia.