Una mujer pierde un ojo tras recibir el impacto de un objeto mientras se bañaba en Torremolinos

Sucedió a la una de la tarde en la playa situada a la altura del Castillo de Santa Clara, justo enfrente del chiringuito La Coquina. Su hijo, que ha utilizado un foro de Internet para dar a conocer el caso y buscar algún testigo, describió así la escena: «Estábamos riéndonos en una zona alejada de la orilla y de repente empezó a chillar como nunca he escuchado a nadie. Lo primero que pensé fue que era un tiburón o algo muy grave. No era normal. Me eché inmediatamente a sus pies por si tenía algo pues que me mordiera a mí, pero nada; la cojo desde la otra punta y ya empieza a decir: Mi ojo, mi ojo. Me decía que había sentido algo muy fuerte en el ojo». El joven sacó a su madre del agua como pudo y la llevó hasta la orilla, donde fue atendida por un socorrista. Critica el tiempo que tardó en llegar la ambulancia y también que algunos bañistas se dedicaran a grabar con sus teléfonos móviles en lugar de ayudarles.

La mujer fue trasladada al Hospital Clínico Universitario. «La doctora nos ha dicho que su vida no corre peligro», relató su hijo en un post escrito tras la intervención quirúrgica a la que ha sido sometida. «Lo ha perdido, ha perdido un ojo, con lo guapa que es mi madre...», se lamentaba el joven, quien añadió: «El médico nos dijo que unos milímetros más arriba y no estaría ahora con nosotros».

Toñi Oballe se recupera en el Hospital Clínico de una larga operación en la que se confirmó el peor de los diagnósticos. Lo que sea que impactara en su ojo izquierdo le ha privado para siempre de la visión. «Ahora hay que tener cuidado con las infecciones para evitar que me pongan una prótesis», explica la mujer, cuyo único consuelo es que no alcanzara a uno de sus hijos: «La suerte es que me dio a mí y no a ellos».

La comisaría de la Policía Nacional en Torremolinos-Benalmádena ha abierto una investigación para averiguar qué objeto fue el que impactó en el ojo de la mujer y descubrir quién lo lanzó. «Nadie vio tirar una piedra ni nada desde la orilla, pese a que la playa estaba llena de gente el sábado a esa hora. Es muy raro», explica una trabajadora del chiringuito, que tiene a la familia de la víctima entre su clientela habitual. También se especula con la posibilidad de que alguien utilizara un arma de aire comprimido, aunque por el momento todas las hipótesis están abiertas.