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Miércoles, 20 de julio 2016, 20:44
El Ecce Homo de Borja ya tiene sucesor. Un vecino de la localidad salmantina de Peñaranda de Bracamonte ha decidido seguir los pasos de la octogenaria Cecilia Giménez, que alcanzó fama mundial al convertir en poco más que un garabato una pintura de Cristo con ... la corona de espinas, situado en un mural del Santuario de Misericordia de la localidad zaragozana.
En concreto, se trata de una talla del siglo XVII del patrón del pueblo, San Miguel Arcángel, que se encuentra en la ermita del Humilladero. En vez de restaurarla, este conservador aficionado ha provocado, según los expertos que han visto su obra, «un auténtico atentado contra el patrimonio», ya que la figura «ha quedado destrozada» debido a los llamativos colores con los que se la ha recubierto.
Pese a las demoledoras palabras de la Asociación de Conservadores y Restauradores de Castilla y León, que ha denunciando el intrusismo en su profesión, el caso de Peñaranda de Bracamonte no ha sido denunciado ni ante la Junta de esa comunidad ni ante el Obispado. Eso sí, el párroco de la localidad salmantina ha prohibido al restaurador aficionado, del que no ha trascendido su identidad, que vuelva a acercarse a la figura, al que le hubiera venido bien tener un ángel de la guarda.
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