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Detalle del tatuador robótico.
El tatuador del siglo XXI

El tatuador del siglo XXI

Dos diseñadores franceses crean a través de impresoras 3D el primer robot industrial capaz de decorar la piel con absoluta fidelidad

álvaro romero

Jueves, 18 de agosto 2016, 15:11

Los tatuajes llevan mucho tiempo de moda. Inmortalizar en la propia piel un nombre, un pensamiento más o menos profundo o cualquier imagen significativa es algo común entre jóvenes y no tan jóvenes. Los grandes tatuadores están muy cotizados y no les falta trabajo, pero, como en tantas otras actividades, su futuro se ve amenazado por el progreso tecnológico. Los diseñadores franceses Pierre EMM y Johan da Silveira, estudiantes de la escuela de diseño ENSCI Les Ateliers de París, han creado un robot capaz de tatuar sobre la piel con la máxima precisión. Uno de sus mayores logros es que el brazo robótico sea capaz de trabajar en superficies que no son planas.

Tatoué, así se llama la máquina que los dos jóvenes han desarrollado a través de su sociedad Appropriate Audiences. Fue construida mediante impresoras 3D y posteriormente se le añadió un software de la empresa californiana Autodesck, paso clave para hacer posible su correcto funcionamiento y dar un salto de calidad relevante al producto. El resultado obtenido es el primer robot industrial del mundo capaz de tatuar. El aparato, basado en un brazo robótico usado para fabricar coches, promete revolucionar el mundo del tatuaje, ya que actúa sin dar opción a ningún tipo de error.

El primer paso es realizar un estudio en tres dimensiones sobre la parte del cuerpo que la persona se quiere tatuar; de esta manera se crea una imagen en 3D de la zona. Más tarde se carga en el ordenador el dibujo o imagen que el cliente desea inmortalizar en su piel. A continuación se sitúa la parte del cuerpo escogida bajo la aguja del robot. Por último el software procesa el dibujo y la acción, mandando las órdenes al brazo robótico, que incorpora una aguja clásica de tatuaje.

Una foto en el cuerpo

La máquina ya ha sido probada con éxito. Eso sí, de momento las pruebas han consistido en tatuajes sencillos y rápidos. Son los primeros pasos de exploración por los nuevos territorios del tatuaje, que a buen seguro evolucionará en rapidez y precisión. Muy pronto se podrá reproducir con tinta y aguja sobre el cuerpo humano cualquier dibujo imaginable, por muy difícil que sea, como un retrato o cualquier tipo de fotografía. El robot es capaz de detectar cambios de volumen en la piel adaptándose a las condiciones corporales de cada persona, que detecta mediante sensores, realizando más de 150 inserciones de tinta por segundo.

Los robots toman día a día mayor relevancia en nuestro mundo, facilitando desde las tareas cotidianas más anodinas hasta otras de vital importancia en campos de la investigación, la cirugía, la conquista del espacio... Dispositivos que son capaces de desarrollar su trabajo las 24 horas al día sin descanso, que sustituyen con plenas garantías a la mano del hombre a un coste cada vez más reducido. No se cansan, no se quejan, no suponen un gran desembolso para las empresas y, si bien es cierto que destruyen puestos de trabajo por un lado, los generan por otro: el sector de las nuevas tecnologías y la robótica están de enhorabuena y en pleno auge. ¿Se puede competir contra el futuro? ¿Sobrevivirán los tatuadores a este desafío?

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