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"En occidente no podríamos sobrevivir a los dramas del tercer mundo"

"En occidente no podríamos sobrevivir a los dramas del tercer mundo"

Eduardo Noriega colabora con la campaña #CierraUnicef para lograr que se respeten los derechos de los niños

Pilar González Ruiz

Jueves, 9 de marzo 2017, 15:01

Para Eduardo Noriega la solidaridad es una cuestión casi familiar. Algo con lo que creció. Quizá esa naturalidad con la que ve el compromiso le ha llevado a apoyar diversas causas. Desde hace unos meses es Amigo de UNICEF y este jueves ha sido una de las caras visibles en la presentación de la campaña #CierraUNICEF. 'Hoy, un sueño: algún día, una realidad', cuenta también con el apoyo de Pau Gasol, David Bisbal, Nieves Álvarez, Eva González, Miguel Ángel Muñoz, José Sacristán o Marc Márquez, entre otros.

Una iniciativa que ha generado curiosidad en las redes durantes los últimos días y que plantea el objetivo utópico de la organización: quedarse sin trabajo. Eso significaría que todos sus proyectos habrían tenido éxito. Se habría terminado el hambre, la mortalidad infantil, la falta de sanidad mínima o de acceso a la educación. El mundo sería un lugar mejor. Una causa que Noriega considera "muy complicada, pero real"

-¿Qué le llevó a unirse a esta iniciativa?

Soy Amigo de UNICEF. Me pidieron colaborar con esta campaña y desde el primer momento me gustó mucho la idea. Es muy original. Suena a utopía.

-¿Ese lema de #CierraUNICEF es la utopía?

- Es por lo que toda la gente de UNICEF y sus colaboradores trabajamos, para que no fuera necesario trabajar. Hay pequeños grandes logros que se van consiguiendo poco a poco.

-Irónicamente, su meta es quedarse sin trabajo

- Desde luego. El de toda la gente que trabaja en este proyecto es quedarse sin trabajo. Buscarse otro sería maravilloso.

- ¿Cree que es posible llegar a cumplir ese objetivo y erradicar todos los problemas contra los que luchan?

- Creo que sí. Es un objetivo muy complicado, pero real, alcanzable a largo plazo. Con mucho esfuerzo y mucha complicidad de todos. Ya se han conseguido grandes cosas y ese objetivo no es solo un sueño.

-Con su propio hashtag y a través de las redes, UNICEF ha conseguido despertar curiosidad. ¿La solidaridad también tiene que adaptarse a los nuevos tiempos?

- Sí, por supuesto. Hoy en día no hay una campaña que no piense en lo digital, en las redes sociales, la comunicación virtual. Es fundamental. Es muy rápida, inmediata con cualquier noticia. Yo estoy muy pendiente y leo la prensa a partir de las redes sociales. Y somos muy conscientes de su importancia, la implicación de todos, donando y propagando el mensaje a través de las redes es una forma de colaborar.

-También corre el riesgo de convertirse en viral, masificarse y perder parte de su valor, ¿no cree?

- En esta fase de comunicación prefiero pensar cómo puede extenderse a través de esa masificación y no en lo que sucede cuando todo está extendido o manoseado. Ahora mismo el objetivo es comunicar y concienciar.

-La vacunación está entre las áreas de trabajo de UNICEF, algo que en el primer mundo parece darse por supuesto. ¿Olvidamos rápido las epidemias o las muertes relativamente cercanas por falta de estos recursos?

- No sé si olvidamos rápido, pero es bueno hacer memoria para empatizar y recordar que hace poco en España se vivían situaciones similares a las actuales de países del tercer mundo o subdesarrollados. Desde que colaboro con UNICEF me doy cuenta de que son importantísimas las donaciones y que cosas como una vacuna o una mochila para ellos tienen un gran valor.

-Cuando se acercó al trabajo diario de la organización, ¿qué fue lo que más le sorprendió?

- Los datos son abrumadores. Por mucho que lo sigo leyendo, no dejan de espantarme. Las cifras de los niños que mencionamos, víctimas de hambruna, de mortalidad infantil, podrían ser fríos pero resultan impresionantes. Hay 16.000 niños que mueren cada día por problemas que se podrían evitar muy fácilmente. 159 millones de niños con desnutrición. Y 60 millones que no van al colegio. La labor es ingente pero, insisto, los pequeños logros hacen que miremos con esperanza

-Sobrevivimos comiendo nenúfares dice una de las víctimas ¿Alguien de nuestra sociedad podría sobrevivir afrontando los dramas de las personas a las que atienden?

Nosotros no. No seríamos capaces de sobrevivir en medio de esos dramas. Cuando venimos de tener todo cubierto, no nos damos cuenta. Gente como esa que es capaz de sobrevivir con hojas, tiene necesidades tales que sacan alimentos de cualquier cosa de la naturaleza. Supongo que algunos podrían conseguirlo, los menos, pero el mundo occidental no se adaptaría a esa realidad.

-Sin embargo, se supone que somos los fuertes de esta historia

- Eso por supuesto. La obligación del que se cree fuerte es justo esa, ayudar al débil

- Solicitan eliminar las tasas escolares como forma de acceso al derecho universal que es la Educación. ¿La implicación de los gobiernos es suficiente?

- Habría que analizar país por país, pero los gobiernos deberían hacer mayor esfuerzo aún. Hablamos de algo fundamental que son los derechos de los niños; educación, sanidad, agua potable... Cosas básicas para que cualquier sociedad mire al futuro. Los niños son el presente, el futuro y el alma de cualquier sociedad.

- Cuando uno es padre, ¿tiene una mayor sensibilidad hacia estas realidades?

- Yo he tenido un compromiso desde hace muchos años. Me lo inculcaron mis padres. Tenían esa vocación solidaria. Cuando tienes un niño eres capaz de empatizar más fácilmente con cualquier asunto de la infancia.

- Otro de los datos llamativos: 171 millones de personas podrían salir de la pobreza solo con la lectura

- El hecho de leer, algo fundamental que pasamos por alto. Es más, habría que empezar grandes campañas para animar a la juventud a que lea, a que analice, a que reflexione. Todo va a otra velocidad. Pasamos por alto cosas que son básicas y no tan costosas. Que haya un maestro y una escuela digna no debería ser tan difícil.

-¿Su perfil público es un valor al alza para lograr mayor compromiso social?

- Es verdad que al tener cierta fama o repercusión pública, tienes una herramienta que puede ser muy útil para diferentes causas. Cada uno es de una forma y utiliza ese altavoz para poner el énfasis donde quiere. A mí me gusta colaborar pero no puedes estar en 500 causas porque pierde valor. Tu voz se perdería. También hay que dosificars. Cada uno debe saber cuando utilizarlo.

- Usted colabora también con otras causas. ¿Cómo selecciona dónde poner su voz?

- Cada una ha venido por diferentes vías, pero el elemento común es tener algún tipo de contacto o conocido que poco a poco me va informando. Eso despierta mi interés y acabo colaborando.

-¿Y también intenta convencer a otros?

- Sí, no soy muy pesado con el proselitismo, pero en mis redes y siempre que surge el tema, insisto en que colaboro, que cuesta un pequeño esfuerzo pero merece la pena.

-Entre esas otras causas está la campaña de Actays contra las enfermedades raras con una comunicación centrada en lo positivo más que en el drama

- Sí, efectivamente, todo el mundo tiene que reinventarse. Estas campañas de solidaridad también. La campaña de Actays dice algo así como: fíjate si es rara la enfermedad que de donde había dolor ha conseguido fuerza y esperanza para ayudar a otras familias. Además es el caso real de la directora de la asociación. Su hija murió, pero la madre se dedica en cuerpo y alma a dar a conocer esta enfermedad y mejorar la investigación.

- Ojalá esa fuerza transformadora no surgiera siempre del dolor

- Sí, personalmente, cuando conocí a Beatriz, me impresionó su caso. Nunca la vi triste, siempre esperanzada y asumía que para su hija no llegaría una solución, pero para otros sí y ese es su objetivo en la vida. La cura con un tratamiento genético. Es digno de elogio. Personas que en lugar de hundirse, de caer en el duelo, de no entender el mundo, lo transforman.

-También colabora a través del cine

- Formo parte del jurado permanente del Festival Solidario de Cine Español de Cáceres, junto a Julián López o José Coronado. El lunes ha empezado su 24ª edición. Estarán 15 días proyectando cine español y todo el dinero recaudado es para Cruz Roja y Ayuda en Acción. Me parecía muy original mezclar cine y solidaridad. Ver cine español ayuda, es su lema. Por otra parte, el día 20 presentamos en Málaga la película 'Llueven vacas', para denunciar los malos tratos a las mujeres dentro de la pareja. Una propuesta surrealista para denunciar una realidad.

-¿Se plantea dirigir algún proyecto propio que tenga un componente solidario?

- Sí, por qué no. El cine puede ser una plataforma maravillosa para denunciar según que causas. Tiene que hablar de nosotros, de la vida, de lo que nos preocupa, nuestros fracasos y nuestros anhelos.

-¿Cómo trataría de convencer, cara a cara, a alguien de que colabore con Unicef?

- Insistiría en que durante los 70 años que lleva Unicef en 170 países se han conseguido pequeños grandes logros y hay que valorar mucho el trabajo realizado. Es una causa que merece la pena y tiene consecuencias reales.

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