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fernando miñana
Domingo, 12 de marzo 2017, 16:57
El spice, una droga joven pero en constante mutación, está causando estragos en Gran Bretaña entre los sin techo como antes lo hizo en Estados Unidos. Los medios más sensacionalistas se han apresurado a bautizarla como la droga de los zombis después de que ... circularan unos vídeos donde se ve a unos indigentes en la calle en estado catatónico, inmóviles, ausentes, apoyados en escorzo en una pared y en el suelo tras haber fumado este estupefaciente sustitutivo de la marihuana.
Esta droga y sus mil caras (se comercializa en sobrecitos de colores bajo el nombre de Spice Gold, Spice Diamond, K2, Yucatan Fire, Black Mamba...) comenzó a comercializarse en 2004 como incienso e indicando en su etiqueta que no era apta para el consumo humano. Su apariencia de producto natural, falsa, se debe a que está compuesta por varias hierbas pero también por cannaboides sintéticos que pretenden reproducir los efectos psicoactivos del THC, uno de los componentes del cannabis endógeno.
Uno de los primeros en imitar el THC fue John W. Huffman, un químico orgánico que estudió en la Universidad de Clemson (Carolina del Sur) diferentes fórmulas para crear un análogo del cannabis. Las primeras versiones del spice llevaban su herencia el JWH-018 y el JWH-073 y comenzaron a hacerse muy populares a partir de 2006 por su comercialización en internet.
El spice prosperó en aquellos países donde está muy perseguido el consumo de la marihuana. Este nuevo producto tenía un precio asequible, era legal (o, más bien, no era ilegal) y, encima, resultaba indetectable en un control de orina rutinario. «El problema es que sus cannabinoides son mucho más potentes que el THC y, además, tienen unos efectos secundarios más graves: son más tóxicos y perjudiciales para la salud», advierte Iván Fornés, un biólogo de Energy Control, el curioso programa desarrollado dentro de la ONG ABD para realizar una «prevención secundaria» del consumo de drogas. Y esto, como aclara el propio Fornés, consiste en «proporcionar a los usuarios conocimientos y consejos para un consumo de menor riesgo».
En España el spice apenas ha penetrado y su presencia es residual, muy por detrás de alcohol, tabaco, cocaína y cannabis, las drogas más consumidas. Y como en este país es relativamente sencillo hacerse con suministro de maría y no hay ningún problema en consumirla en casa, los usuarios no han tenido que buscar una alternativa como sí ha ocurrido en Estados Unidos en 2015 hubo 17 muertos solo en el estado de Mississippi o Gran Bretaña, donde se viralizan los vídeos sobre víctimas totalmente idas.
Subterfugios legales
En Alemania, donde hubo seis muertos en 2014, o Austria el spice está mucho más fiscalizado, aunque es una batalla perdida por un motivo muy simple: cuando se prohíbe un producto, el fabricante modifica mínimamente su composición, éste vuelve a estar fuera de la lista de sustancias prohibidas e inmediatamente las bolsitas regresan al mercado online.
Fornés cree que estos fallecimientos o las múltiples hospitalizaciones que ha provocado se producen a causa de «un problema de dosificación». No hay información sobre esta droga y, como imita la textura de la marihuana, se fuma en similares cantidades, cuando su efecto es mucho más duro. «Eso provoca una reducción del nivel de consciencia bastante bajo y signos de estar muy colocado. El efecto, además, dura más tiempo que la marihuana natural, que la gente, al conocerla más, la dosifica mejor».
El responsable del laboratorio de análisis de ABD esta ONG se ofrece a estudiar la composición de cualquier droga que le envíen también lamenta que, al conocerse tan poco estas nuevas sustancias, «no se hacen políticas de salud pública o estrategias de concienciación».
Residual en España
En España solo se fiscaliza el consumo de spice a través de directivas de la Unión Europea, que dispone de un sistema de alerta temprana para clasificar las nuevas sustancias estupefacientes y hacer un estudio y un seguimiento de su uso. Su penetración en este país es practicamente residual porque es muy fácil conseguir y consumir marihuana.
Estados Unidos
Chandler Jones, uno de los mejores jugadores defensivos de la NFL, apareció en abril de 2015 medio desnudo y desorientado después de haber fumado spice. Aquel incidente le costó el puesto en los New England Patriots, el equipo que ganó la Super Bowl en febrero.
Se tiró por la ventana
Otro jugador de fútbol americano, Robert Nkemdiche, se precipitó desde la ventana del cuarto piso de un hotel de Atlanta en diciembre de 2015. Sobrevivió a la caída. Según informó la prensa, Nkemdiche estaba paranoico después de fumar spice, una droga que no da positivo en los controles. A su hermano Denzel lo encontraron otro día en el tejado de su casa huyendo de un perseguidor imaginario.
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