Secciones
Servicios
Destacamos
Jon Munarriz y Dani Soriazu
San Sebastián
Miércoles, 22 de noviembre 2023, 12:56
«A mi hija le incluyeron en este chat el viernes. Me dijo que lo borró pero vio imágenes pornográficas y pedófilas muy fuertes. Había de todo», cuenta con preocupación la madre de una alumna de 11 años, que cursa 6º de Primaria en Donostia.
La noticia ha generado una gran inquietud entre los padres y madres a raíz de conocerse públicamente la existencia de dos chats de Whatsapp en los que están incluidos más de mil menores y donde se comparte contenido pornográfico y comentarios vejatorios. «Algunos padres de la ESO han ido a la Ertzaintza ya para ponerlo en conocimiento y para ver qué podían hacer».
Noticia relacionada
Cuando la madre de esta menor tuvo conocimiento ayer de este chat a través de la circular del colegio que enviaron para alertar de esta situación, inmediatamente le pidió el móvil a su hija. «Empecé a revisarlo y ya no tenía nada, lo borró antes pero me contó que había de todo, hasta vídeos de adultos con niños... Qué horror que viera todo eso. También me dijo que cuando les incluyeron en el grupo les animaban a añadir a más amigos, que cuantos más fueran mejor. Le pregunté si estaban más amigas metidas y me dijo que sí, casi todas, pero que al ver ese tipo de contenidos se habían salido», explica esta madre, que afirma que «estos chavales, con estas edades, son un blanco muy fácil porque a la mínima caen. De hecho a mi hija le contactaron después por privado porque vieron su foto de perfil, le dijeron que qué mona era y estuvo hablando con tres desconocidos, había gente hasta de Madrid. Podían ser chicos de su edad, sí, pero a saber... Es algo peligroso», se lamenta
A la puerta del colegio Aldapeta Maria Ikastetxea no se hablaba de otro tema esta mañana. «Creía que estas cosas no podían pasar aquí. Escuchas que en otros lugares hay episodios así, pero nunca imaginas que te pueda tocar de cerca», indicaba una madre. Algunos comentaban el temor que genera el alcance de las redes sociales y la necesidad, ahora más que nunca, de estar encima de lo que hacen los más pequeños con los teléfonos. «Era exagerado», comentaba Olga Mendizabal, una madre que había tenido acceso al material que se difundía en uno de los chats. «Se difundía porno y un contenido que no creo que tengan que ver niños de 11-12 años».
Esta madre se enteró de la existencia de ese chat después de que el colegio lanzase una circular entre las familias de los estudiantes de 5º de Primaria en adelante. «Nada más recibirla le avisé a mi hija de 12 años. Me reconoció que en su clase ha habido casos. No me ha gustado nada», indica. Su hija no ha sido una de las más de mil alumnas de diferentes centros de Donostia que formaban parte del grupo, pero sí ha estado dentro de uno «similar» que circula en la zona de Noja, Cantabria. «Lo que hemos hecho ha sido ponernos en contactos con nuestros conocidos de allí para que bloqueen y denuncien. Nosotros ya lo hemos hecho», asegura. El miedo de Olga trasciende al tipo de contenido que circulaba por el grupo y teme por el tipo de gente que podía haber dentro de él. «He oído que alguno de los que miembros del chat se presentaban, decían de dónde eran y hablaban con otros para quedar. No me quiero poner en lo peor, pero de ser así, sería una manera de actuar muy poco propia de un niño de 12 años».
Maider Santamaría no duda en señalar a los administrados de los grupos y a los intereses que podían esconder con la creación de los mismos. «Entiendo a los jóvenes que han entrado. Me imagino que los chavales, cuando les envían una invitación así, se podrán sentir hasta halagados porque dirán: 'Me quieren incluir en un grupo' o algo por el estilo y eso les subirá la moral. Pero es muy peligroso. Detrás habrá intereses para obtener material de menores con los que luego no harán nada bueno», teoriza. En su caso, su profesión ha sido una ayuda para que su hijo no haya formado parte de estos grupos. Ella se dedica a tratar las adicciones y «siempre» ha hablado mucho con sus hijos para que no caigan en estas cosas. «Creo que es importante que haya más educación en los centros escolares sobre estos riesgos y los padres puedan hablar abiertamente sobre los riesgos de Internet».
La rápida intervención del colegio ha sido aplaudida por los padres que comentaban el tema a las puertas del centro en la mañana de este miércoles. «No me gusta que haya pasado este tipo de cosas pero me quedo tranquilo sabiendo cómo ha actuado el colegio. Creo que lo han hecho muy bien», apuntaba Simon Wainwright. Sus hijos, de 7 y 9 años, aún son pequeños para tener acceso a los móviles, pero en su casa tienen clara la necesidad de intervenir en el control que hacen de las tecnologías para su desarrollo. «Yo no uso mucho las redes sociales y el internet es un mundo que no conozco, pero entiendo que es un peligro en los tiempos en los que estamos. Tenemos que limitar el acceso a los niños. Ya hemos visto qué es lo que puede pasar».
El director del centro, José Eizmendi, ha tratado de calmar las aguas y ha aclarado que los niños no siempre son consciente de los riesgos que se esconden detrás de las pantallas de sus teléfonos. «Creo que ellos lo hacen con la mayor de las inocencias. Luego se dan cuenta de que el contenido puede ser de lo más inapropiado, pero creo que ellos entran llamados por el título del grupo de WhatsApp que invita a hacerse famoso. Se lo toman como un reto cuando en realidad dentro hay un peligro evidente para su formación», indica.
Asimismo, ha apuntado que «es una oportunidad de oro para sentarse con los niños y hablar de los riesgos de las redes» y ha remarcado la importancia de «que las familias estén al tanto para trabajar juntos, desde el centro y desde el hogar, y atajar el problema».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.