Un circuito en el patio de casa
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Un millonario se quedó sin carnet y se construyó su propio Nürburgring para usar sus superdeportivos sin tener que dar explicaciones a nadieSecciones
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Un millonario se quedó sin carnet y se construyó su propio Nürburgring para usar sus superdeportivos sin tener que dar explicaciones a nadieNo tiene el glamour de Mónaco, la historia de Silverstone (Reino Unido) ni siquiera la velocidad del trazado italiano de Monza, pero tiene la particularidad de estar ubicado en un jardín.
Su nombre es The Farm y se encuentra en Nueva Gales del Sur, Australia. ... Aunque no posee el renombre de Montmeló, Le Mans o Interlagos, nada tiene que envidiar a los circuitos de Fórmula 1, MotoGP o resistencia. Con 5,1 kilómetros de longitud y 22 curvas, The Farm es único y, según un piloto de F1 citado por medios australianos, «uno de los mejores circuitos».
A esta pista solo acceden unos pocos privilegiados. La lista apenas llega a la decena: Casey Stoner, Sir Jackie Stewart y el legendario Jack Brabham son algunos de los pilotos que han trazado sus 22 curvas y puesto a prueba los motores de sus bólidos en sus dos rectas de 550 metros cada una. A estos nombres se suman la policía del estado australiano y algunas marcas de automóviles que han presentado modelos en esta pista. Pero, por encima de todos ellos, destaca un nombre: Dean Wills.
Este exejecutivo de Coca-Cola en Australia es el creador del circuito. Él lo definió como una carretera rural en el patio trasero de su casa, pero desde el aire es todo lo contrario: un auténtico circuito de carreras que nada tiene que envidiar a los de las grandes competiciones de automovilismo.
Tras tres años de obras y una inversión de cerca de 10 millones de euros, Wills consiguió a finales de los 90 «su carretera» para disfrutar de su colección de vehículos de lujo sin temor a perder nuevamente todos los puntos de su carné de conducir como le pasó antes de tener su carretera privada.
Esta pista no cuenta con salidas de grava, barreras ni pianos en las curvas. De hecho, incluye señales que indican la velocidad recomendada en cada curva para respetar la normativa de una pista rural, aunque en realidad está cerrada al tráfico y solo se puede acceder con una invitación exclusiva de la familia.
Los visitantes deben cumplir estrictas normas de tránsito, incluida la prohibición de carreras. «Nunca se nos pasó por la cabeza crear una pista de carreras; solo queríamos una carretera rural por la que circular», explicó Mark Wills, hijo del exdirectivo de Coca-Cola en Australia, en una entrevista con medios del país oceánico.
A pesar de que Wills padre ya no puede disfrutar de las curvas de su trazado, falleció en 2021, su legado sigue intacto y los motores siguen rugiendo tras una venta por 7,5 millones de euros a un fan de Porsche, que continúa organizando competiciones exclusivas sobre este asfalto australiano.
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