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José Antonio García, junto al coche fúnebre en el cementerio y en el surtidor de gasolina. A. FERRERAS
Un coche incómodo

Un coche incómodo

A su paso, los peatones se santiguan o desvían la mirada y los demás automóviles marcan distancias. Los conductores de coches fúnebres saben que con ellos viaja un temor reverencial

ALBERTO FERRERAS

Miércoles, 1 de noviembre 2017, 08:39

Existen muchas manifestaciones gestuales para soslayar el mal fario. Persignaciones exprés, índices y meñiques de ambas manos llevados a la cabeza, tocar madera... Una panoplia de conjuros que se despliega al paso del precioso modelo 'Stylo VF-223' de color negro rojizo u obsidiana equipado ... con todos los lujos imaginables. O, dicho de otro modo, un coche fúnebre.

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