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'Coffee break', esa pausa que aguardan los asistentes a cualquier sesudo congreso para charlar sobre lo que realmente les interesa, es como se llama ... la que posiblemente sea la tertulia de conocimiento científico más popular de este país. El 'coffee break' abre un paréntesis de intercambio de información en corrillos en que los congresistas comentan de modo distendido sus avances e investigaciones. Y eso es lo que puntualmente cada semana tratan de hacer los responsables de 'Coffee break: señal y ruido', un encuentro radiofónico que también tiene su difusión en podcast (está en varias plataformas y en redes sociales) y que es seguido por 50.000 fieles oyentes interesados en el poliédrico mundo de la Ciencia: desde el fenómeno OVNI a las vacunas de la covid, pasando por el uso de la física de partículas contra el cáncer, las auroras boreales o la criptografía postcuántica para evitar futuros ciberataques, uno de los temas, por cierto, de la última tertulia.
La velada, donde prima el entretenimiento y el sentido del humor, navega entre la charla y el debate sosegado para repasar las últimas noticias de la actualidad científica, pero siempre separando la paja del trigo y con el rigor profesional de los participantes, que suelen ser investigadores, profesores y doctores universitarios. 'Coffee break' nació en 2015 de la inquieta mente del astrofísico Héctor Socas-Navarro, exdirector del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife (desde donde se emite el programa) y con un extenso currículum como investigador a nivel internacional que incluye participación en misiones de la NASA.
«Nuestra tertulia pretendía ser una conversación informal entre científicos hablando de sus frikadas. Era un pequeño experimento podcastero que seguirían cuatro gatos. El objetivo nunca fue llegar a un gran público, pensábamos que tendría interés para un pequeño grupo de aficionados 'duros', lo que nosotros llamamos 'cientófilos'. Este sector estaba un poco abandonado porque casi toda la divulgación que se hacía era de muy bajo nivel pero no había casi nada para aficionados más avanzados», apunta Héctor.
Su sorpresa fue mayúscula cuando vieron que la fórmula empezó a abrirse paso también entre el gran público. La tertulia, de algo más de dos horas de duración, se emite en radios locales de España y Argentina, donde es complicado medir su audiencia, pero el eco de sus podcast la ha catapultado en el cerrado mundillo de la Ciencia derribando sus gruesos muros. «Muchos divulgadores consideran que 'Coffee break' es un experimento sociológico interesante que revela que ciertos paradigmas bien establecidos sobre la divulgación científica no eran correctos. Por ejemplo, eso de explicar todo como si fuera para niños para que todo el mundo lo entienda... pues mucha gente prefiere que les cuenten las cosas a un nivel más alto, aunque no lleguen a entender todos los detalles», ilustra el astrofísico, que dispone de colaboradores asiduos (como el matemático y divulgador Francis Villatoro, autor del blog 'La Ciencia de la Mula Francis') y otros más ocasionales en función de los asuntos que se aborden.
A pesar de los medios limitados y que nadie cobra un euro, por esa radiofónica 'pausa para el café' han pasado premios Nobel de Física como Gerardus 't Hooft o Adam Riess, investigadores de renombre como Alan Stern, director de la misión espacial New Horizons, o Tabetha Boyajian, la astrofísica por la que se bautizó la misteriosa 'Estrella Boyajian' o 'Estrella de Tabby'. Incluso han entrevistado a Jill Tarter, que inspiró el personaje de la película 'Contact' (1997), protagonizada por Jodie Foster.
En las más de 500 entregas que llevan desde 2015 no han dejado de ganar seguidores, sobre todo en los últimos años con temas estrella como la llegada del Perseverance a Marte; la polémica sobre la posible detección de fosfano en Venus, lo que se ha interpretado como un indicio de microbiología y por lo tanto de vida, o el enigmático Oumuamua (el primer objeto interestelar conocido que visita nuestro Sistema Solar), al que le han dedicado varios capítulos con debates, esta vez algo más acalorados, a raíz del libro del catedrático de Harvard Avi Loeb en el que desarrolla la teoría de que se trata de un vestigio alienígena. Y más recientemente han abordado las vacunas de la covid, la erupción del volcán de La Palma, el telescopio espacial James Webb o la misión Artemis de la Nasa.
La buena acogida se traduce en una cascada semanal de felicitaciones de oyentes encantados de que alguien les ayude a comprender los entresijos científicos con un lenguaje asequible y sin perder el nivel requerido. Algunas les han emocionado, por ejemplo la de un oyente con una rara enfermedad degenerativa que les agradecía su compañía en las ondas, o un enfermero que les escribió durante el confinamiento para darles las gracias por seguir haciendo el programa. «Era cuando nos asomábamos a las ventanas para aplaudir al personal sanitario, y que alguien al que estábamos tan agradecidos nos diera las gracias a nosotros nos puso los pelos de punta», recuerda Héctor.
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Ana del Castillo
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