Consiguen recomponer una médula espinal rota con espuma de grafeno

El trabajo, que se ha publicado en la revista científica << Bioactive Materials >>, demuestra el potencial de este material para el tratamiento de las lesiones medulares y abre nuevas vías de investigación para la futura cura de pacientes parapléjicos en diferentes estados de la enfermedad.

Según este trabajo, cuando se produce una lesión en la médula espinal, normalmente ésta no se rompe por completo sino que las lesiones suelen afectar a una parte concreta, en uno o varios niveles de la extensión de la médula. Esta investigación ha demostrado que la espuma de grafeno puede potenciar la reconexión del tejido neural también cuando la lesión es completa. Según Conchi Serrano, investigadora del CSIC y una de las autoras principales del trabajo, << nuestro equipo había demostrado ya que estas espumas generan un ambiente prorreparativo en la médula espinal de rata, pero queríamos hacerlo también ampliando el tamaño de lesión y cambiando el nivel espinal, y hemos conseguido replicar los resultados >>.

En concreto, el equipo preparó una espuma con óxido de grafeno reducido a un tratamiento térmico de 220 grados centígrados para eliminar el exceso de grupos de oxígeno y aumentar los enlaces químicos entre láminas, con lo que se consiguió una mayor estabilidad mecánica.

Al colocar este material en una rata con la médula espinal completamente seccionada a nivel torácico se comprobó que aparecieron gran cantidad de vasos sanguíneos, que son fundamentales para nutrir el nuevo tejido, y neuritas, que son los filamentos que unen unas neuronas con otras.

Según la doctora Serrano, << hemos observado que las neuronas que han sobrevivido en la zona alrededor de la lesión proyectan sus prolongaciones a través de la espuma de grafeno y lo invaden en toda su extensión >>.

Los resultados son incipientes tras 10 días de implante pero son mucho más evidentes a los cuatro meses >>, explica esta investigadora que subraya cómo << el óxido de grafeno reducido favorece el crecimiento de vasos sanguíneos más abundantes y más grandes, y neuritas más abundantes, más largas y, además, distribuidas de manera más homogénea en el espacio de la lesión >>.

Otro descubrimiento de este equipo científico es la respuesta del cerebro cuando se estimula la médula por debajo de la zona dañada: << Registramos respuesta en el cerebro, por lo que confirmamos no sólo que hay tejido neural atravesando el grafeno sino que vuelve a reconectarse con el cerebro >>.

En concreto, la respuesta se apreció en la formación reticular del cerebro, una zona de gran relevancia funcional para la función motora, indica el proyecto investigador.