Valeria Palmeiro (Madrid, 1989) dice que vive «un drama» con su trabajo. Y cuesta creerla porque la ilustradora, una de las promesas del arte contemporáneo ... español que en 2019 apareció en la lista 'Under30' de artistas menores de 30 años más influyentes de la revista Forbes, cuenta por éxitos sus proyectos. ¿Qué le preocupa entonces? «No sé diferenciar la pasión de la adicción, y es un problema», lamenta, sin dejar de reinventarse bajo un seudónimo que ya se ha convertido en marca: Coco Dávez.
Iba para fotógrafa, pero pintar era su verdadera pasión. Se puso a ello, abrió la ventana de las redes sociales y triunfó. Luego quiso recoger en un podcast las reflexiones de la gente que admira, y hasta rendir homenaje a su abuela con una colección de botijos, «uno de los mejores objetos que ha dado España». Y tras colaborar con algunas firmas de ropa y casi sin pretenderlo ha alcanzado la categoría de 'influencer' de la moda. Su vida, como su obra, luce con todos los colores del arcoiris.
Lunes
10:00 horas. Los lunes son días de organización. Mi proyecto tiene tantas ramas que tengo que organizarme. Me reúno con mi equipo y vemos lo que tenemos; le doy las directrices y mucha libertad. Ninguna semana es igual. Hay algunas en las que solamente se pinta porque hay que sacar cuadros de encargo. Eso, si no estamos preparando exposición.
12:00 horas. Mi podcast -'Participantes para un delirio'- es un proyecto muy activo. Siempre estoy preparando entrevistas y buscando a mi nueva o nuevo invitado. Empecé haciéndolo semanal, pero me di cuenta de que me llevaba dos días enteros y tenía que coger el fin de semana para hacerlo. Es un proyecto romántico, con el que no gano dinero, y no quería asociar algo que disfruto tanto a una cosa que me quita todo mi tiempo libre. Por eso ahora hago dos al mes, y eso me da un poquito de calma y tranquilidad. Me apetecía darle una vida más digna a cada episodio.
Martes
11:00 horas. Llego al estudio. Tengo que tener contacto con mis clientes, y los clientes funcionan de mañana. Me he impuesto cierto horario, como de oficina, porque hay que desromantizar un poco la idea del artista, de que es caótico y trabaja cuando quiere y sólo cuando le viene la inspiración. Yo creo que la creatividad es un músculo como cualquier otro y hay que entrenarlo. Sí es cierto que a veces te llega la inspiración y dices '¡Dios mío voy a hacer esto!' Pero yo ahora soy más de apuntar la idea y ejecutarla luego en horario de trabajo.
13:00 horas. Me funciona muy bien comer pronto. Antes comía en horario español, dos y media o tres, y luego era horrible ponerse a trabajar. No podía aguantar el sueño.
14:30 horas. Me dedico de lleno al diseño, a la creación. Incluso si tengo que hacer una entrevista prefiero la tarde, porque estoy mucho más despierta. Mi momento álgido en el estudio es hasta las seis y media o siete.
Miércoles
12:00 horas. Voy a hacer un cambio bastante radical en el estudio. Coco Dávez empezó siendo un seudónimo pero, después de 13 años y con todo lo que he empezado a hacer, se ha ido perfilando como marca, y como artista nunca me planteé hacer una marca. Para mí ya es más un proyecto que una identidad, y necesito identificarme más como Valeria, como persona. Quiero definir a Valeria.
19:00 horas. Desconecto paseando con Helio, mi perro. Me sirve para despejarme y meditar un poco caminado. Aconsejo no llevar cascos ni el móvil en la mano, porque estar todo el rato intentando ser productivos es terrible. Hubo un momento que acabé saturada. Fue en 2019, tuve un pico de trabajo muy grande, y el año pasado sufrí una depresión. Estoy segura de que fue por exceso de trabajo. Hay un punto en el que si no paras te para el cuerpo.
Jueves
10:00 horas. Soy coqueta, me gusta la ropa, y la moda me divierte muchísimo. Es un lenguaje absoluto, es disfrazarte un poco según el día, porque todos los días no son iguales. Es un mensaje de quién eres tú y cómo te presentas a la vida. Mi relación con la moda ha cambiado. Ahora estoy haciendo un poco terapia en negro, porque el negro, leí, nos da poder de invisibilidad, de no llamar la atención, y a mí me gusta ir muy colorida. He trabajo mucho con el rojo y el amarillo, pero ahora, con 34 años, me acabo de enterar de que es el azul y no el amarillo el que me da calma.
17:30 horas. El retrato siempre me ha apasionado. Después de 12 años sin coger el acrílico y los pinceles, lo retomé en 2015. Había leído el libro 'Éramos unos niños', de Patti Smith, me encantó, y decidí retratarla. Fue un desastre, le borré la cara porque había quedado fatal. Pero al borrarla vi que el personaje seguía vivo, y me pareció hasta divertido hacer un retrato sin cara y descubrir quién es . Es como hacer un poema sin palabras. Me propuse pintar uno cada día. Vendí el primero, y me arrepiento un montón. He querido comprarlo, recuperar a mi primer hijo, pero no me lo venden.
21:00 horas. Me gusta ir al cine. Soy horrible para ver pelis y series y allí no puedo estar todo el rato yendo a por un vasito de agua, ni parar la película para mandar un mensaje. Me cuesta muchísimo mantener la atención.
Viernes
19:00horas. Después de mucha terapia me he dado cuenta de que soy una persona muy social. Por mi trabajo voy a muchos eventos y tengo mis herramientas para relacionarme, pero luego me agoto. Tengo que encerrarme tres días en casa y no ver a nadie.
01:00 horas. Me acuesto tarde. Antes leo. Estoy fascinada con Emmanuel Carrère. Cuando descubro a alguien es como esta sección, 'La semana de...'. Tengo que conocer todo sobre esa persona.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.