«Habría que cuidarse desde niños para envejecer bien, pero nunca es tarde»

-¿Siempre quiso especializarse en envejecimiento?

-Yo creo que la vida te va llevando, yo soy enfermera y trabajé siempre en atención primaria y a la par en residencias de mayores. Me especialicé como enfermera psicóloga y doctora en Psicología con especialidad en envejecimiento y demencias. Tengo la esperanza de que si formo bien a las futuras enfermeras para que tengan cariño a los ancianos y sean conscientes de que es el mayor colectivo de pacientes del sistema de Salud cuando yo llegue me cuiden a mi también (risas).

-¿Su charla es sólo para mayores?

-Es para todo el mundo, expongo los motivos de por qué envejecemos biológicamente; los trucos de aquellos que lo hacen de forma muy tardía y, entre otras cuestiones, señalo las zonas azules, es decir, puntos del planeta donde la gente supera los cien años.

-¿Cuáles son esas zonas azules?

-Okinawa, una zona de California, dos en Italia, otra en Grecia. Si los habitantes de esos lugares llegan a los cien es, probablemente, porque hacen mucha actividad física, por su dieta basada en verdura y en pescado y en comer muy poco, con cero grasa y fritos. Todo combinado con mucha vida social. También se está estudiando si hay un componente genético exclusivo.

-¿Y en España...?

-Si nada cambia se convertirá en el país más envejecido del mundo en el 2050. En concreto Cantabria ahora mismo estamos en la posición quinta o sexta más envejecida del país. Nos lleva la delantera Galicia, Castilla La Mancha, Castilla y León, y Asturias, pero no lo hacemos mal...

-¿Pero es un dato positivo?

-Positivo porque vivimos más años, negativo porque significa que hay menor número de nacimientos. El envejecimiento se debe a la suma de esos dos factores por igual.

-¿Respecto a Ribamontán al Mar?

-Las zonas envejecidas de Cantabria están en el interior, con Reinosa a la cabeza y la más joven es el Valle de Piélagos y Santander. La zona de Ribamontán al Mar sigue la línea de lo que se ve en las zonas costeras; es muy positiva la cercanía al mar, uno de los grandes protectores para el envejecimiento. Lo que va en contra es el aumento de la construcción, que hace que los vecinos tengan menos contacto. Respecto a la humedad es mala para algunas enfermedades, pero buenas para la protección y cuidado de la piel, de todas formas si has nacido aquí tu organismo está acostumbrado.

-¿La esperanza de vida es mayor para generaciones más jóvenes?

-En España para una mujer está entorno a los 87 y en el varón 84. Sin embargo, probablemente alguien entre 25 y 35 años tenga una esperanza de vida de siete años mayor de lo que es actualmente. Eso se debe a que el Sistema Sanitario está más desarrollado y hay mejores condiciones de salud pública, aunque hoy tenemos más contaminación. Por otro lado, nuestros mayores tenían más actividad en el sentido físico, pero la alimentación de los jóvenes, aunque parezca menos sana, es más variada que la que de antiguamente en los pueblos. Además, hay mayor oferta de ocio, eso sí, veremos cómo acaba nuestro cerebro después de Netflix y las redes sociales (risas).

-¿Nos obsesiona vivir mucho?

-Estamos muy obsesionados con la inmortalidad, algo que es probable que llegue de aquí a cien años pero no desde el punto de vista biológico sino cibernético. La gran mayoría de las personas te dicen que no se quieren morir, pero sobre todo que no quieren sufrir. Así que lo que muchos quieren en realidad es ser eternamente jóvenes, que el algo distinto. Eso no sabemos si se va a alcanzar algún día, porque desconocemos por qué envejecemos.

-¿Qué hacemos bien y mal?

-A partir de los 30 años es cuando empieza el declive y hay que hacer actividad física y evitar el sedentarismo para lo que hay que moverse cada dos horas. También hay que mantener activa la mente y aprender cosas nuevas: ganchillo, idiomas, instrumentos... Por otro lado, comemos demasiado y hay que incluir omega-3. Por último, es fundamental cultivar nuestra vida social, porque la soledad y la depresión matan. Aunque deberíamos empezar a cuidarnos desde los tres años, la realidad es que nunca es tarde.