
David Solomon, el banquero DJ apaga la música
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Los accionistas de Goldman Sachs se hartan de la faceta musical de su CEO y le exigen que se centre en el banco, que le ha pagado 113 millones en cuatro añosSecciones
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Los accionistas de Goldman Sachs se hartan de la faceta musical de su CEO y le exigen que se centre en el banco, que le ha pagado 113 millones en cuatro añosSe puede ser un implacable banquero de inversión de día y un animado pinchadiscos de noche? Pues quizá sí, pero no en Wall Street. Y ... si no, que se lo pregunten a David Solomon (Hartsdale, Nueva York, 1962), el consejero delegado de Goldman Sachs, que ha tenido que apagar la mesa de mezclas y colgar los cascos porque su curiosa afición no le hacía ninguna gracia a los mercados.
En opinión de los accionistas de la entidad, Solomon, miembro privilegiado del 1% (en realidad, el 0,1%, en honor a la precisión) que maneja los hilos del mundo, llevaba unos años rindiendo más en las pistas de baile que en el parqué de la bolsa. Desde que dirige Goldman Sachs, el valor de mercado del banco ha crecido de los 88.000 millones de dólares hasta los 124.000, unas cifras que parecen brillantes, pero que palidecen frente a los resultados de su competidor histórico, Morgan Stanley, que en el mismo periodo ha pasado de 81.000 millones a 164.000. Es decir, Morgan ha adelantado por la derecha a Goldman, y eso, en un sector en el que no importa solo lo que gane uno, sino también lo que consiga el rival, ha encendido todas las alarmas de los poderosos propietarios del banco.
Hasta el año pasado, DJ D Sol, que así se hacía llamar Solomon al subirse al escenario, compatibilizó sin demasiadas quejas sus dos trabajos. De hecho, su faceta de 'pincha' incluso le servía para ganar cierto prestigio 'cool' entre sus adinerados colegas, que veían cómo ese hombre serio (y temible) de los despachos se codeaba horas más tarde con grandes estrellas en las salas de Manhattan, Miami y Bahamas, o en el glamuroso Lollapalooza de Chicago, donde compartió escenario con Metallica y Dua Lipa. Destacado representante de la EDM (Electronic Dance Music), el mismo estilo en el que triunfan Daft Punk, Tïesto y David Guetta, DJ D Sol se interesó por el 'dance' hace una década, mientras cerraba un trato financiero con un casino de Las Vegas.
«Al principio, pensé: '¿Puedo hacer esto? ¿No puedo? ¿Por qué no debería hacerlo? ¿Porque soy consejero delegado?'», recordaba, sobre sus inicios en la música en una entrevista a la revista Fortune en 2019. En este tiempo ha logrado 600.000 oyentes mensuales en Spotify, ha mezclado éxitos de Jennifer Lopez y Withney Houston y ha publicado canciones como 'Dreaming' ('Soñando'), 'Don't Stop' ('No pares') o 'Future in your hands' ('El futuro en tus manos'). Pero esta vez, parece que otros han decidido su futuro por él.
Tras un año sin aparecer en ningún cartel -Lollapalooza 2022 fue su última actuación-, los fans (y los inversores) comenzaron a preguntarse este verano qué había ocurrido con DJ D Sol. La respuesta se la dieron al Financial Times desde el propio banco: «La música no era una distracción para David, pero la atención de los medios de comunicación sí era una distracción». Y aunque la frase pretendía eximir de responsabilidad al CEO, la realidad es que Solomon se había visto envuelto en algunas polémicas relacionadas con su pasatiempo. Por ejemplo, en 2019 actuó en el popular, y desfasado, Tomorrowland de Bélgica, famoso no solo por los grupos que allí actúan, sino también por la cantidad de droga que circula. O en 2020, cuando tuvo que disculparse ante el consejo del banco por una actuación en los Hamptons, el lugar de veraneo preferido por los ricos de Nueva York, en lo peor de la pandemia, mientras el resto de los mortales estaba sometido a severas medidas de distancia social por la Covid-19.
Todo lo que ingresaba Solomon como DJ lo donaba a obras de caridad, probablemente porque su salario en Goldman Sachs le resultaba suficiente para mantener un elevado nivel de vida. En el periodo 2018-2022, el banquero ingresó 119 millones de dólares (113 millones de euros) como consejero delegado de la entidad. Además, disfruta de todos los privilegios de un cargo como ese: lo primero que hizo tras ser nombrado primer ejecutivo fue pedir un jet privado. El argumento, desde su punto de vista, no podía ser más racional: perdía en desplazamientos buena parte de su valioso tiempo.
Aunque Solomon ha dedicado a la filantropía el dinero que ganaba como DJ, en las finanzas se le considera un hombre despiadado. El banco acaba de anunciar el despido de 3.000 trabajadores, el mayor ajuste desde la Gran Recesión, pese a haber ganado 11.261 millones de dólares en 2022. Pero la cifra es un 47,95% menor que la del año anterior, y los resultados de este 2023 se presentan aún más oscuros, por las subidas de los tipos de interés, la resaca del colapso del Sillicon Valley Bank en marzo o el aumento de las regulaciones a la banca en todo el mundo. Además, Goldman Sachs se enfrenta a algunos retos particulares: su fallida entrada en el sector de la banca minorista, el fracaso de la estrategia de conceder créditos personales o las tarjetas de crédito que sacó junto a General Motors y Apple, que tampoco han funcionado.
Poca gente conoce tan bien Goldman Sachs como Solomon, que entró en el banco hace cuatro décadas como analista y regresó a la cumbre de la entidad como hijo pródigo hace un lustro. Ahora gestiona inversiones por valor de 2,5 billones de euros, motivo más que suficiente, a juicio de los accionistas, para que su consejero delegado acabe la fiesta.
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