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¿Tiene sentido cortar un árbol de casi 30 metros de altura, 60 años de vida y cinco toneladas de peso para adornar la plaza de San Pedro del Vaticano con motivo de la Navidad? Esa es la pregunta que se hacen algunos vecinos del ... valle alpino de Ledro, ubicado en el Trentino, al norte de Italia, de donde procede el abeto rojo que lucirá durante las próximas fiestas en la plaza que marca el centro de la cristiandad.
Aunque fue cortado el pasado lunes y estaba siendo colocado este viernes con la ayuda de una enorme grúa, de manera que pueda estar preparado con toda la decoración para el 7 de diciembre, cuando se encenderá la iluminación, no cesa la polémica por este ejemplo de «práctica consumista para un uso efímero por meros fines publicitarios» y para hacerse «algunos ridículos selfies», como puede leerse en la petición a través de Internet lanzada para intentar convencer al Papa Francisco de que ponga fin a esta tradición.
El Vaticano respondió a la controversia asegurando que recurrir al abeto rojo del valle de Ledro resulta «ecológicamente responsable», porque el espacio que dejará el ejemplar permitirá «un natural recambio durante las próximas décadas» de la masa arbórea. La Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano recordó que el bosque de esa zona del Trentino cuenta con el certificado Pefc, que garantiza la sostenibilidad de la gestión forestal. El ejemplar elegido para decorar la plaza de San Pedro del Vaticano forma parte de un grupo de árboles que debían ser igualmente cortados, destacó este organismo, que ya en otras ocasiones tuvo que afrontar controversias similares por este motivo. Cada año es un municipio distinto, tanto de Italia como de otros países europeos, el que regala al Vaticano un abeto de grandes dimensiones para las fiestas navideñas, lo que le brinda una gran visibilidad internacional y la esperanza de que pueda convertirse en una meta turística.
El alcalde de Ledro, Renato Girardi, aseguró que son solo unos pocos vecinos que no representan a la mayoría quienes están detrás de esta polémica. «Aquí estamos todos contentos. Somos unas 600 personas del pueblo que iremos al Vaticano para participar en la ceremonia del encendido de las luces. Será un viaje de comunidad para todos. No me esperaba una maldad así. Están echando a perder una fiesta solo por una planta», lamentó. A quien le pregunta si esta tradición resulta contraria a la defensa de la ecología que Jorge Mario Bergoglio plantea en su encíclica 'Laudato si', promulgada en 2015, el alcalde le responde que «no existe ningún problema», porque el abeto rojo iba a ser cortado igualmente. «Tenemos un sistema de cultivación de nuestros bosques muy atento. Cada año cortamos entre 5.000 y 6.000 metros cúbicos de los más de 8.000 que tenemos disponibles. ¿Por qué tomársela con un árbol que iba a ser destinado al aserradero?».
La polémica también es económica, porque el municipio de Ledro va a gastar 60.000 euros en esta iniciativa. Con ese dinero se cubre tanto el corte y el transporte del abeto como el viaje de la comitiva y de una banda de música a Roma para participar en la ceremonia de inauguración del 7 de diciembre.
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