Muchas maneras de investigar el cáncer

«Encontraremos el talón de Aquiles a todos los tumores, incluido al de páncreas», auguraba el jefe de Oncología de Valdecilla en febrero, en la Jornada de Pacientes de Cantabria y Asturias que organizó la Asociación Española contra el Cáncer. Para que se cumpla este pronóstico, que es compartido por la comunidad científica, hace falta investigación básica, clínica, etc.; hacen falta investigadores, redes de trabajo, estrategias, financiación.

En la UC tratan de mantener en equilibrio esas cinco variables: compiten en convocatorias relevantes, arman equipos, tejen redes internacionales para compartir conocimiento. Aunque es complicado en muchas ocasiones, mantienen activos proyectos y líneas de investigación sobre el cáncer en grupos, departamentos e institutos. En este artículo hablaremos con una selección de estos equipos que posibilitan el conocimiento sobre un complejo conjunto de patologías.

Piero Crespo es el director del Ibbtec, el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria, y uno de los científicos con mayor proyección en la investigación del cáncer. ¿En qué trabajan ahora él y su equipo, en qué quieren trabajar en el futuro? Crespo y los suyos buscan «nuevas dianas moleculares para tratar tumores con mutaciones en la ruta de señalización 'RAS-ERK'». ¿Por qué? «Aproximadamente el 30% de los cánceres portan dichas mutaciones y son particularmente frecuentes en melanoma y cáncer de páncreas y colorrectal. La novedad de nuestra estrategia es que pretendemos inhibir las señales 'RAS-ERK' aberrantes bloqueando las interacciones moleculares que se dan entre los componentes de la ruta, en vez de bloquear sus actividades directamente, como se venía haciendo hasta la fecha», explica Crespo. En este sentido, están abriendo dos nuevas vías de investigación. «Estamos empezando a estudiar como la ruta 'RAS-ERK' regula una familia de genes esenciales durante el desarrollo embrionario, los genes HOX, que también tiene implicación en cáncer», indica Crespo, «y esto lo estamos haciendo en colaboración con el grupo de Marian Ros, experta internacional en estos genes. También estamos empezando a estudiar como las señales 'RAS-ERK' se regulan por 'RNAs'».

Crespo ha señalado ya una de las claves de la investigación, que es el establecimiento de redes de trabajo. El director del Ibbtec comenta que su grupo tiene «un amplio entramado de colaboraciones con grupos en EE. UU., Europa, Japón; además de otros grupos españoles. Además, pertenece al Centro de Investigación en Red en Oncología del Instituto Carlos III, que incluye a los fundamentales grupos de investigación sobre el cáncer de España».

¿Hay redes que potencien el trabajo y la investigación sobre el cáncer? No todas las respuestas son positivas. Por ejemplo, José Luis Fernández Luna echa en falta más colaboración: «Sería deseable una mayor interrelación de los grupos vinculados a la investigación en cáncer en Cantabria ya que tenemos grandes investigadores en oncología clínica y experimental en la UC, el Ibbtec y el Idival (Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla)».

Él y su grupo trabajan en poryectos ligados a la identificación de células tumorales como marcador de enfermedad metastásica. «El objetivo es identificar a las células que se desprenden del tumor primario y entran en la sangre, desde donde se propagan a otras zonas del cuerpo para desarrollar un tumor secundario (metástasis). Con una simple extracción de sangre seríamos capaces de distinguir a las células tumorales del resto», indica Fernández Luna. Además de identificarlas, la idea es aislar esas células para su análisis genético «del que se puede obtener información para el manejo clínico del paciente (medicina personalizada)», indica el investigador, y añade: «Nuestro principal interés es aprovechar las características ópticas de las células tumorales y detectarlas para su identificación, diferenciándolas así de otros tipos celulares». Para ello, el grupo de Óptica de la UC y el de Dianas Terapéuticas en Cáncer (Idival), en colaboración con IK4-Tekniker, desarrollan un biosensor para diferenciar tipos celulares e identificar las células tumorales.

Uno de sus siguientes pasos irá en el mismo sentido. Una vez identificadas las células tumorales, quieren desarrollar un sistema de aislamiento de células individuales, vivas y sin manipular, «que nos permita obtener toda la información biológica y genética de estas células». Para ello, colaboran con centros y empresas biotecnológicas especializadas. Otra de las líneas en las que han depositado gran confianza es la 'inmunotermoterapia dirigida'. ¿Qué es? «El uso de nanoestructuras diseñadas 'a la carta' para dirigir el calor de forma específica a las células tumorales y destruirlas, sin dañar el tejido sano adyacente». Para enfrentar esteproyecto, cuentan con la ayuda de especialistas del Imperial College London y de la Universidad de Liverpool.

Veamos más frentes: está el el grupo de investigación 'Melatonina y Cáncer Mamario' del catedrático Samuel Cos. Centran su labor en las acciones de la melatonina, «principal hormona sintetizada en la glándula pineal, sobre la génesis y el desarrollo de tumores mamarios hormono-dependientes». Sus líneas de investigación aluden, por tanto, a las capacidades de la melatonina y, entre otras, están la modulación de la actividad de algunos enzimas que intervienen en la síntesis de estrógenos a nivel tumoral; la de modificar la sensibilidad de las células tumorales mamarias a la acción de la radioterapia, o el estudio de los efectos de la melatonina sobre los cambios moleculares inducidos por la quimioterapia usada para tratarel cáncer mamario.

¿Y qué líneas quieren abrir? «Últimamente estamos intentando iniciar una investigación más traslacional, intentando corroborar los resultados que hemos obtenido en cultivos celulares o en tumores mamarios inducidos en ratones, en estudios con muestras de células tumorales mamarias humanas», explica Cos. Lo harán en colaboración con los servicios de Citología, Anatomía Patológica y Oncología de Valdecilla.

El equipo de Mónica López Fanárraga posa en la fotografia que ilustra este reportaje. Pertenecen al Idival y trabajan en nanomedicina contra el cáncer. «Diseñamos unos dispositivos del tamaño de los virus sintéticos que transportan fármacos y otras terapias antitumorales hasta el interior de las células del cáncer y que liberan una vez allí, para matar a estas células desde dentro y de forma específica», explica. Hace un par de años, sus investigaciones mostraron cómo los nanotubos de carbono de pared múltiple pueden desencadenar efectos 'antitumorales', específicamente en los melanomas malignos.

Más. En el grupo de Dolores Delgado sobre Control Transcripcional en Células Cancerosas (Ibbtec) tienen tres líneas de trabajo:«Uno de los equipos estudia las funciones moleculares de dos oncogenes que están frecuentemente mutados en cáncer, usando como modelo líneas celulares de leucemia o linfoma. Otra línea estudia las alteraciones del ADN implicadas en el desarrollo tumoral (en este momento en cáncer de pulmón y páncreas), para mejorar diagnóstico y tratamiento. Y una tercera línea traslacional se centra en la aplicación de mecanismos moleculares para el diagnóstico y tratamiento de cánceres agresivos de la piel», expone.

Su idea es extender sus estudios a otras muestras de tumores, hacerlo en colaboración con hematólogos y oncólogos. «También queremos utilizar modelos de investigación donde testar nuestras hipótesis y resultados, que nos acerquen a impulsar nuevos ensayos clínicos en pacientes con cáncer».

Delgado colabora con grupos de todo el mundo. Lo mismo le ocurre a Fernando Calvo que dirige un grupo de investigación que estudia el papel del microambiente tumoral en cáncer. «El microambiente tumoral, compuesto de células no cancerosas (por ejemplo células inmunes, endoteliales o fibroblastos) y moléculas de la matriz extracelular, puede participar en muchos procesos claves en cáncer, incluyendo su inicio, desarrollo, diseminación y resistencia a terapias. Investigamos el contexto multicelular de los tumores sólidos para entender los mecanismos moleculares que regulan la progresión y diseminación del cáncer, centrándonos principalmente en cáncer de mama, de colon y de ovarios», explica.

Recientemente Calvo y su equipo publicaban en 'Nature Communications' sus hallazgos sobre los procesos que regulan la activación patológica de los fibroblastos asociados al cáncer (los CAFs) y su contribución al desarrollo tumoral. Estos resultados podrían ayudar a identificar a pacientes que van a desarrollar la enfermedad más rápido. ¿Y ahora? «Ahora estudiamos cómo otros procesos característicos del cáncer, como puede ser el estrés celular, afectan a los CAFs. A su vez, nos interesa encontrar tratamientos que sean capaces de revertir la actividad patológica de los CAFs hacia comportamientos menos agresivos o incluso supresores de cáncer». Para ello, y entre otras cosas, investigan un panel de distintos compuestos como potenciales estrategias 'antiCAF'. Además de mantener vivos sus proyectos previos, informa Calvo, también les interesa estudiar el papel de los CAFs en el desarrollo de resistencia a tratamientos.

En la UC también se investiga el cáncer desde el análisis genómico (Ignacio Varela, Ibbtec), la inmunopatología (Jesús Merino, Medicina), o la fotónica (José M. López-Higuera), entre otros. Todo suma.

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