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-¿Qué radiografía realizaría de la Universidad española a día de hoy?
-Creo que en general el nivel de las universidades españolas es positivo. Es cierto que nuestro país sigue muy lejos de los puestos de cabeza en los rankings internacionales que miden el ... nivel de las universidades, pero considero que los alumnos españoles salen igual de preparados que sus homólogos europeos. Aún así, creo que todavía tenemos que mejorar en algunos aspectos, como es el caso de la metodología enfocada a la salida laboral del alumno, algo que sí que cuidan en otros países. Este es el objetivo fundamental que nos hemos fijado en CESINE. Pensar siempre en la empleabilidad del estudiante. Así hemos logrado que el 94% de nuestros alumnos de grado hayan encontrado trabajo, y en el caso del posgrado está cerca del 98%. La enseñanza puede ser además una oportunidad para España. Países de nuestro entorno como el Reino Unido o Irlanda son estados donde la educación es un activo muy relevante en su PIB, siendo un 5,70% y 5,30% respectivamente. España apenas llega al 4%.
-¿Es la Universidad suficientemente autocrítica?
-Prefiero pensar en que, como todo en la vida, tenemos margen de mejora. Es importante marcarse retos y sobreponerse a las dificultades. Si no lo hacemos caemos en la autocomplacencia, y siempre viene bien hacer autocrítica. Como decía antes, ninguna universidad española aparece entre las 100 primeras del mundo. Ni tampoco solemos estar ente las 200 primeras. En el ranking de Shanghai este año solo ha conseguido colarse una, la de Barcelona, algo que no corresponde a un país como España, que está entre las 15 mayores potencias económicas mundiales según el FMI. Debemos hacer una reflexión profunda de por qué un país como el nuestro tiene una y un país como Bélgica, mucho más pequeño, tiene cuatro.
-¿Cree que la Universidad y los trabajos que realiza para las instituciones (como el último caso del Metrotus) son objeto de críticas abusivas o injustas o entran dentro de lo razonable?
-Las críticas constructivas ayudan a mejorar. Creo que el grado de las críticas se suelen corresponden con la repercusión mediática que han tenido y cómo han incidido en la vida de los ciudadanos. Aún así, considero que también son casos aislados.
-¿Cuáles cree que son las claves y mejoras que deben guiar la Nueva Ley de Universidades que los ectores han solicitado al ministro Pedro Duque?
-En mi opinión pondría el foco en países cuya comunidad universitaria es relevante. Adaptaría la ley educativa para una mayor flexibilidad y creatividad fijándome en países con probada reputación en el ámbito de la educación superior como Reino Unido, Irlanda o Estados Unidos. No se trata de encorsetarnos, se trata de, mediante medidas de control correctamente aplicadas, darnos libertad para posicionarnos en el ámbito de la excelencia académica. No debemos olvidar dar importancia a determinados aspectos que tienen los primeros puestos en los rankings de universidades. Por ejemplo la internacionalización y la empleabilidad. Son dos características que se tienen muy en cuenta a la hora de elaborar dichas listas y en las que tenemos que mejorar mucho. En España atraemos muchos Erasmus. Somos el primero, pero curiosamente muy pocos alumnos internacionales optan por hacer aquí un curso completo. Nuestro nivel de internacionalización es peor que el que tienen Grecia, Portugal, Italia o Suecia a pesar de ser el español la segunda lengua más hablada del mundo. En CESINE hemos trabajado y mejorado esos puntos, llegando a la empleabilidad que he apuntado antes y acuerdos con universidades extranjeras para que sus alumnos estudien en Santander.
-¿En qué medida los casos de Isabel Montón, Pablo Casado y Cristina Cifuentes, o el cuestionamiento de la tesis de Pedro Sánchez, han puesto en peligro la credibilidad, el prestigio y la imagen de la universidad española?
-No creo que se haya puesto en peligro la credibilidad y el prestigio de la universidad española, aunque sí que es cierto que ha podido afectar a la imagen. En nuestro caso el aumento de alumnos tanto nacionales como internacionales ha sido una constante durante estos últimos años, lo que refleja que no se ha visto dañado su credibilidad. A las universidades las tienen que expandir o reducir los alumnos. Una buena universidad, es aquella que realmente ofrece un valor añadido importante a sus alumnos,que se adapta a las necesidades del mercado laboral y que apuesta decididamente por la empleabilidad, la internacionalización, la innovación y el autoempleo.
-¿No cree que es necesario modificar los mecanismos de control dentro de la universidad para evitar casos así? ¿Introducir quizás mecanismos más eficientes?
-Creo que estamos hablando de casos aislados y no se debe dudar de las universidades españolas. En todas ellas hay herramientas antiplagio y los avances tecnológicos han ayudado a adoptar nuevas medidas de seguridad. Aún así siempre es positivo añadir nuevos controles que nos ayuden en esta tarea, sobre todo nuevos programas informáticos más avanzados que sean realmente eficaces y que no se convierta en un trámite burocrático más. Sí existen sistemas suficientes para el control de calidad, lo que hay que hacer es aplicarlos.
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