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Vermú de domingo ·
Dice que la imaginación es el mejor aperitivo para ponerse a tono y opina que los juguetes eróticos «son la cebolla de la comida. ¿Los necesitas? No. Pero te dan saborazo»Secciones
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Alba Povedano
Vermú de domingo ·
Dice que la imaginación es el mejor aperitivo para ponerse a tono y opina que los juguetes eróticos «son la cebolla de la comida. ¿Los necesitas? No. Pero te dan saborazo»«Amores humanos, amores a solas / qué bello mi cuerpo, qué bellas las olas / qué forma más simple y antigua de amar», cantaba Rocío Jurado. Pero, a pesar de que la chipionera ya celebrara la masturbación femenina hace casi medio siglo, los amores a solas ... de las mujeres han seguido siendo tabú. Para conseguir que dejen de serlo, desde 1995 se dedica el mes de mayo a la masturbación femenina. «Nos permite conocernos más, descubrir nuestro cuerpo y saber qué prácticas nos pueden gustar más para poder explicárselas a la persona con quien vayamos a tener un encuentro sexual, además de reducir el estrés, los dolores menstruales, mejorar el sueño, la autoestima, la piel… todo son beneficios», dice Alba Povedano, psicóloga especialista en educación sexual y encargada de una de las tiendas eróticas Amantis. Hablemos de sexo.
-¿Cuál es el mejor aperitivo para ponerse a tono?
-Como en toda previa, lo más importante son unas buenas miradas, una buena conversación, el ponerte en situación, las indirectas, el imaginar…
-Siempre ha habido muchos tabúes en torno a la masturbación femenina.
-Es que la cultura judeocristiana en la que vivimos ha penalizado muchísimo todo lo que tiene que ver con la sexualidad, sobre todo el papel de la mujer, que tiene que llegar casta y pura al matrimonio y que solamente está hecha para tener hijos e hijas. Por eso, reivindicar que este cuerpo es mío, que yo hago con él lo que quiero es difícil que cale, ya que el otro mensaje ha calado mucho más, y erradicarlo es muy complicado. La sociedad aún es patriarcal, y eso influye muchísimo en el ámbito sexual: mientras que los hombres siempre han tenido más libertad para hablar de cómo se masturban o de cómo tienen el pene, las mujeres han de esconder todo lo concerniente a su sexualidad. Porque no hablamos solo de masturbación, sino de las menstruaciones, de hablar de nuestros propios genitales, de cualquier tipo de dolencia…
-Todavía escondemos las compresas.
-O en el instituto, que pedías los tampones en secreto, como si fuera droga. O todas las burlas que hay en torno a la menstruación. ¿Por qué, si es algo que nos pasa una vez al mes y que ni siquiera podemos evitar?
-Hace unos días se cumplieron 25 años de 'Sexo en Nueva York', la primera serie donde se hablaba abiertamente de masturbación femenina y de juguetes sexuales. ¿Hubo un antes y un después a partir de ahí?
-Yo creo que sí, y también nos ayudó a tener más curiosidad y a desmitificar algunas creencias dentro de la sexualidad femenina. Además, es de las pocas series que hablan de ello, porque el resto no ha hecho más que empeorar la situación: hay muchísimo machismo y misoginia en muchísimas series.
-¿Los hombres se sienten amenazados por el uso de juguetes sexuales por parte de las mujeres? Sobre todo, tras el 'boom' del succionador del clítoris.
-Es que ese 'boom' dio protagonismo al clítoris ¡por fin! La sexualidad había sido siempre muy coitocentrista, se le daba mucha importancia a la penetración y, de repente, se le da protagonismo al clítoris. Y sí, hay muchos hombres que se sienten amenazados, como si les quitaran el protagonismo de sus penes, de sus cuerpos. Yo siempre les digo a esos hombres que no lo vean como un enemigo, que lo vean como un aliado, que también pueden jugar con el succionador con su pareja. Al final, se trata de pasarlo bien, no de sustituir a nadie: no creo que haya ninguna mujer que, por mucho que haya probado con un succionador, quiera reemplazar a su pareja si tiene buena sexualidad con ella. Nada sustituye a un humano, a un olor, a un tocar, a un sentir, a unas miradas. Los juguetes son la cebolla de la comida. ¿Los necesitas? No. Pero te dan saborazo. Como la sal.
-Dice que nada sustituye a un humano, pero hay estudios que afirman que muchos jóvenes prefieren mantener sexo en solitario antes que con otras personas. ¿A qué se debe?
-Primero, a las nuevas tecnologías y a los estímulos rápidos que te proporcionan. También a la presión que puedes tener cuando quieres compartir con otra persona, porque, al final, ahí entran tus seguridades o inseguridades para relacionarte con el otro, las expectativas que puedas tener. Además, tienes que gestionar según qué tipo de emociones, porque la sociedad cada vez es más pobre emocionalmente: a través de las pantallas vamos perdiendo esa conexión con los seres humanos, la capacidad de relacionarnos.
-Le confieso que, la única vez que entré en un sex-shop, no supe para qué servían el 75% de las cosas.
-Suele pasar.
-Nos faltan conocimientos.
-Pero no solo a nivel de tienda erótica, sino a nivel de educación sexual. Es normal que, si yo ni siquiera conozco mi cuerpo, no sepa para qué sirven los juguetes. Aparte del tabú que existe sobre las tiendas eróticas, que si son un lugar con luces rojas de neón, con todo escondido y demás. Ahora, en cambio, son tiendas abiertas, luminosas, y ya no están solo esos juguetes hechos pensando en el hombre y en lo más visual, también hay muchos juguetes muy pequeñitos hechos para genitales y para estimular cualquier parte del cuerpo.
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