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Al multimillonario de Wall Street, un inversor inmobiliario y de capital riesgo, le encantan la cultura y la lengua españolas. Hasta el punto de que las promociona en la universidad en la que estudió. RC
El granjero que se creía de sangre azul

El granjero que se creía de sangre azul

Duke Buchan III, el embajador de Trump en España tras inflar de dólares su carrera presidencial, adora el polo y cultivar tomates

icíar ochoa de olano

Domingo, 13 de agosto 2017, 08:48

Cuando rebobina se recuerda fatalmente ‘encarolinado’. «Crecí en una granja del condado rural de Vance (Carolina del Norte), entre dos poblaciones que sumaban trescientos vecinos en total, y estaba obsesionado con todo lo relacionado con mi Estado. Las paredes, las cortinas y la alfombra ... de mi habitación eran azul Carolina. Mi camisa y mis calcetines favoritos. Hasta creía que mi sangre era de ese color. Mi primer perro se llamó ‘Tar heel’ (el apodo con el que el país conoce a los oriundos de ese territorio) y mi canción favorita era ‘Carolina in my mind’». Sin salir de su plantación familiar y del opresivo índigo, los tomos de una enciclopedia universal se encargarían de filtrarle el mundo con su irresistible amalgama de tonalidades. Aquellas fotos pequeñas y saturadas serían suficientes para que el adolescente Richard Duke Buchan se conjurara para echar un vistazo más allá del Atlántico. Sus profesores de español en Secundaria, dos cubanos, le marcarían el destino en el mapa con un espontáneo «¿por qué no vas a pasar un verano a Valencia y así practicas el idioma?». Duke Buchan III, como se hace llamar a sus 54 años, regresaría a la granja azul chapurreando, incluso, un poco de catalán.

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