Secciones
Servicios
Destacamos
Celestino J. Vinagre
Jueves, 6 de junio 2024, 16:34
«Con lo que estamos logrando sacar a la luz estamos interpretando mejor la cultura tartésica desde la periferia, en el Valle del Guadiana, que desde el propio núcleo, el Valle del Guadalquivir». El arqueólogo Sebastián Celestino suelta la reflexión sobre la cultura considerada la ... primera del mundo occidental y sobre la que hay más dudas que certezas, mientras los medios de comunicación se apiñan alrededor de dos mesas repletas de objetos encontrados entre la curiosidad y el interés periodístico por informar qué se ha encontrado en la sexta campaña de excavación en el yacimiento de Casas del Turuñuelo, en el término de Guareña. «Parece que en cada campaña debemos encontrar grandes sorpresas pero lo cierto es que en esta también las hemos hallado», refrenda el codirector, junto al también extremeña Esther Rodríguez, del proyecto Construyendo Tarteso mientras los ojos de los comparecientes a la rueda de prensa en pleno campo no dejan de mirar a las mesas.
Detrás de ellas, como si fuera una imagen de postal, tras una valla, se percibe la imagen de la puerta este, la localización deseada, la más importante de un edificio que se está convirtiendo en bastante más que un ya de por si imponente túmlo. Y nuevas estancias delante de esa entrada que revelan una zona artesanal/comercial en el Turuñuelo en la que se han apreciado hornos alfareros y para cocción de alimentos.
Porque la sexta campaña en Casas del Turuñuelo, por resumir, sigue cumpliendo con las expectativas de una de las maravillas de la arqueología mundial a la que le queda aún más de la mitad del terreno por excavar. Unas 200 piezas de barro, de distinto tamaño y utilidad: una ánfora que seguramente se usó para almacenar aceite, vasos, platos, algunos deliciosamente decorados, y hasta una cantimplora. La puerta este, el objetivo claro de esta campaña de excavación que ha durado tres meses. Y una placa de pizarra con un grabado que, a simple vista, apenas se percibe pero que también, como las esculturas con rostros humanos halladas el año pasado, son realmente singulares. De los siglos VI o V antes de Cristo.
Se trata de una placa de unos 20 centímetros, grabada en sus dos caras. En esta pieza de pizarra se combinan, ha relatado Rodríguez, tres guerreros, uno yaciente. Los primeros indicios apuntan a que este grabado único en la arqueología peninsular servía de apoyo al artesano a la hora de grabar motivos en piezas de oro, marfil o madera.
«Se trataría de una pieza de orfebre. Nos acerca al conocimiento de los procesos artesanales en Tarteso, invisibles hasta el momento, y nos permite completar nuestro conocimiento acerca de la vestimenta, el armamento o los tocados de los personales representados. Hay muchos detalles.
Esta pieza única ha aparecido en una de las estancias situadas justo delante de la entrada este al edificio, ya descubierta. A ella se accede tras un doble escalón y presenta un muro de 4 metros de espesor. Se llega tras pasar un patio pavimentado de pizarra y un pequeño entramado de calles. Este corredor separa el cuerpo principal del edificio con un conjunto de estancias en las que se han podido recuperar interesantes materiales y objetos. «Estas estancias se pueden considerar que dibujarían una zona de producción o área artesanal del edificio. Nos permitirá conocer los procesos productivos de la I Edad de Hierro en el suroeste peninsular», apunta el equipo investigador de Casas del Turuñuelo.
Se han excavado cuatro espacios en los que se han recuperado 200 piezas cerámicas, algunas muy pequeñas, diversas herramientas de hierro, un lote de marfiles o un conjunto de pesas de telar en proceso de fabricación que ponen de nuevo la existencia de una artesanía textil en este enclave.
Los hallazgos arqueológicos del yacimiento extremeño en los últimos años son extraordinarios. El Turuñuelo desveló el ritual del mayor sacrificio de animales del Mediterráneo occidental y de allí salieron los primeros rostros de s, presentados el año pasado. Las piezas están siendo restauradas en Madrid y se expondrán en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz.
El proyecto Construyendo Tarteso lo ejecuta el Instituto de Arqueología de Mérida, en el que están el Gobierno, a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura. Esta mañana, la consejera de Educación, Mercedes Vaquera, ha dicho que el yacimiento de Guareña «todavía nos tiene que dar muchas más sorpresas», a la vez que ha dicho que todo el dinero público invertido en el mismo -también lo ha puesto la Diputación de Badajoz- es un dinero «muy bien invertido y rentabilizado».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.