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Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Jueves, 26 de octubre 2023, 11:22
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de San Sebastián investiga el caso de la víctima de maltrato que se encuentra en paradero desconocido desde que el sábado salió junto a su bebé del centro de acogida en el que residían, presuntamente para dar un ... paseo. Según ha podido confirmar este periódico, el recurso foral para víctimas de violencia machista avisó previamente de su salida a la Ertzaintza, tal y como el centro y la comisaría de la zona tienen acordado por la condición de alto riesgo de la víctima con respecto a su pareja y padre de la niña, de 10 meses. Sin embargo, sobre las cinco de la tarde, y en circunstancias que están siendo investigadas, la mujer salió del centro sin protección. Poco después las cámaras de videovigilancia del municipio de Donostialdea en cuestión captaron a la mujer y a la niña siendo seguidas en el exterior por el presunto agresor -sobre el que pesaba una orden de alejamiento- y un amigo de este, con quienes terminaron subiéndose a un vehículo. En principio no opuso resistencia según las grabaciones, pero se desconoce si previamente había un plan de fuga acordado entre ambos o si esa tarde medió algún tipo de coacción o amenaza. Ese mismo día, el coche cruzó la muga hacia algún país europeo que por el momento se desconoce. Viajaban la pareja y su hija.
Tanto fuentes oficiales de la Diputación como del Departamento vasco de Seguridad defienden que el protocolo de protección de la joven, que había rechazado el servicio de escolta, «se ha cumplido», pero no se acaba de aclarar cómo pudo salir del centro sola. En teoría cada vez que tenía intención de salir a dar un paseo o realizar alguna compra se debía avisar de antemano desde el centro a la Ertzaintza. Fuentes forales afirman que el piso de acogida «siempre» ha comunicado cada una de sus salidas y que también lo hizo el día de autos, según concluyó la inspección interna realizada ayer tras haber trascendido los hechos. Era la única residente de la que debía informar de sus movimientos dado su máximo nivel de riesgo. El resto de víctimas tienen libertad para salir y entrar.
Desde el Departamento vasco de Seguridad señalan a este periódico que, a las 11.00 de la mañana, la comisaría que cubre la zona recibió un aviso de que la mujer iba a salir a las 15.00. Y por tanto, para esa hora fue desplegada la vigilancia pertinente. Según precisan, esa protección consiste en activar patrullas uniformadas y realizar labores de contravigilancia con agentes de paisano en los tres turnos, por las inmediaciones del centro de acogida foral para víctimas de violencia machista con escasos recursos. Según estas mismas fuentes, la mujer finalmente no sale del piso a las tres de la tarde. Y los agentes movilizados, tras confirmar que ella se encuentra en el interior del mismo, al cabo de «un rato», sin precisar el tiempo, se van.
Fuentes oficiales confirman que en la denuncia judicial consta que, a las 11.00, el centro avisó de una salida planificada a las 17.00 horas, con regreso a las 19.00. Desde Seguridad, según la información que les consta, apuntan que la salida se programó para las 15.00. Fuentes policiales mantienen que ni a las 15.00 ni a las 17.00 horas se llevó a cabo vigilancia alguna, y señalan que el jefe de grupos al frente de la comisaría ese día no dio la orden.
Por su parte, desde la consejería de Seguridad aseguran que Asuntos Internos de la Ertzaintza abrió ayer una investigación para esclarecer si hubo fallos en la protección de la mujer y de su bebé, tal como desveló ayer este periódico.
La agresión desencadenante. El hombre, de 26 años y de origen magrebí aunque residente en Gipuzkoa, tenía una orden de alejamiento e incomunicación con respecto a ella, de 20 años y procedente de un país del este de Europa. A raíz de una agresión sufrida hace algo más de un mes en su casa, el juzgado de la localidad en la que residían decretó el nivel especial de protección, el cuarto y más alto estipulado para estos casos, de los que en Euskadi hay contabilizados 75, únicamente 13 de ellos en Gipuzkoa. Según fuentes policiales, el suceso tuvo lugar cuando la joven se encontraba en compañía de una amiga, y el varón presuntamente se puso violento y la agarró del cuello. La otra chica grabó el episodio con su teléfono móvil. El hombre llegó incluso a morder a su hija de meses, aseguran las mismas fuentes.
La huida. Tras esta agresión, la mujer ingresó en un centro de acogida para víctimas de violencia machista con escasos recursos cuya competencia corresponde a la Diputación de Gipuzkoa. Llevaba menos de tres semanas en el mismo, pero las vigilancias preventivas comenzaron antes. Es un piso que dispone de una recepción con personal del centro y también de un videoportero. Aunque las mujeres puedan salir y entrar libremente, hay cierto «control» sobre sus movimientos.
El sábado, sobre las 17.00 horas, la joven desaparecida salió del piso. Seguridad asegura que «en ningún momento antes de los hechos» registrados ese día hubo constancia de que el hombre merodease por la zona, tras la revisión habitual y diaria de las cámaras de seguridad del piso y las situadas en el exterior. Varias fuentes consultadas confirman que en las grabaciones del día de autos revisadas tras la denuncia de la desaparición se aprecia a la mujer con su bebé en una sillita en el exterior del centro. Toman una calle cercana, donde se aprecia al agresor junto a otro varón. Se acercan a la mujer y a la pequeña, y ambas terminan subiéndose con los dos hombres en un Audi A3 de color negro. Se llega a distinguir que es la pareja quien conduce y el otro va de copiloto.
Llamada del agresor. Esa noche, el centro denuncia ante la Ertzain-tza que la mujer no regresó tras su salida. Ni a las 19.00 como tenía previsto ni tampoco después. La Policía autonómica ordena la búsqueda y captura del agresor y emprende la investigación policial. Según ha podido saber este periódico, el hombre de 26 años llama al centro y comunica que viaja en un coche rumbo a Madrid junto a su «familia». Fuentes policiales consideran que es una maniobra para tratar de despistarles. Y luego confirman que el coche ha cruzado a Francia.
El lunes, la denuncia llega al único juzgado de violencia machista de Gipuzkoa, que extiende la búsqueda de la pareja a todos los cuerpos policiales del espacio Schengen. El temor es que ambos, con el bebé, puedan salir de estos límites, donde finalizaría la colaboración policial europea.
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