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D. Burguera
Valencia
Viernes, 15 de noviembre 2024, 12:47
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, el principal responsable institucional señalado por la gestión política de la feroz DANA desatada el 29 de octubre sobre la Comunidad Valenciana que ha matado a más de 200 personas, se personó este viernes en su esperada comparecencia ... en el Parlamento autonómico para dar su versión de la catástrofe, qué hizo su Gobierno y qué pretende hacer de ahora en adelante. Tras la oleada de críticas recibidas por no haber enviado la alerta clave a los móviles de la ciudadanía hasta las 20:12 horas de aquel catastrófico día y por haber consumido parte del tiempo crítico en una comida con la periodista Maribel Vilaplana para ofrecerle la dirección de la televisión regional, Mazón quiso fijar el mensaje de su largo y prolijo discurso en varias ocasiones y de distintas maneras: «Llegamos tarde, pido disculpas». Una petición de perdón que no supuso una asunción exclusiva de responsabilidades. Antes al contrario.
En la tribuna de Les Corts, conmocionadas por la desgracia colectiva y cuyos parlamentarios iniciaron la sesión con un sepulcral minuto de silencio, el presidente valenciano desgranó una intervención de dos horas y media en la que acompañó su autocrítica por la tardanza en actuar con la atribución de una culpa esencial a la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica que aún encabeza Teresa Ribera: la de haber mantenido a la Generalitat aquella aciaga tarde en un «apagón informativo» precisamente también de dos horas y media sobre el incremento desmedido y acelerado del caudal en el barranco del Poyo, mientras el foco de la inquietud estaba centrado, además, en la presa de Forata que, finalmente y por fortuna, no quebró.
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Y en paralelo al reparto de responsabilidades, Mazón evidenció este viernes su determinación de sostener a partir de ahora su cuestionado Gobierno sobre su plan de reconstrucción, para el que el primer paso será la constitución de una nueva Vicepresidencia dedicada a esa titánica tarea y una Consellería de Emergencias específica. Un movimiento que el presidente valenciano, que acordó las líneas maestras de su discurso con Alberto Núñez Feijóo, acompañó del anuncio de una comisión de investigación y de un compromiso: no se va ahora, pero lo hará, renunciando a la reelección en las autonómicas previstas para 2027, si fracasa en el mandato de recuperar lo devastado por la DANA en su territorio.
Por su parte, la oposición criticó su actuación en diferentes grados. Mientras Vox, socio de Mazón hasta el pasado julio, consideró que el Consell lo hizo «muy mal» el 29 de octubre, el PSOE y Compromís reclamaron la dimisión del jefe del Consell, aunque los socialistas se ofrecieron a avalar un eventual Ejecutivo técnico hasta la convocatoria de otras elecciones si el PP prescinde de su barón valenciano.
Carlos Mazón
Presidente de la Comunidad Valenciana
La petición de disculpas de Mazón a la ciudadanía se extendieron a los fallos de los protocolos de todo el sistema, al tiempo que reconoció errores entre los que incluyó la eliminación de un mensaje suyo señalando que la DANA iba a rebajar su intensidad; un borrado que justificó porque la información «podía resultar confusa y quedaba obsoleta» ante la dramática evolución de los acontecimientos. En este sentido, no dejó de recalcar que las previsiones meteorológicas se quedaron cortas y que la brutal riada fue un fenómeno muy por encima de las previsiones, ante lo cual, todas las administraciones concernidas se vieron superadas.
La sesión eludió los brotes de crispación, pero sí fue un pleno tenso, espeso, grave y prolongado -seis horas de debate con un receso de una para comer-, en el que nadie estaba cómodo porque la situación no daba cabida al relajo en las formas ni en el fondo. El PP arropó al presidente con un par de aplausos, los únicos que se escucharon. Tras lamentar que algunas de las críticas recibidas -incluyendo ahí lo que consideró «ataques personales»- eran bulos malintencionados, Mazón llamó a mirar al futuro para encarar la reconstrucción, mientras el PSPV y Compromís interpretaban que su crédito político se ha agotado.
La insólita magnitud de la riada fue subrayada por el dirigente valenciano para destacar el modo en que los responsables públicos no reaccionaron a tiempo lo que, posteriormente, generó una sensación de abandono entre los damnificados. «El sistema no respondió como debería. Fallaron demasiadas cosas, falló el sistema entero ante un fenómeno de una magnitud insólita. Se hizo lo mejor que se pudo en la situación que se estaba y con los recursos que se tenía, pero fue insuficiente», se escudó, antes de asegurar que no pensaba «eludir ninguna responsabilidad» ni esconderse «detrás de trincheras competenciales». «Hacemos autocrítica. Hubo cosas que no se hicieron bien, y lo reconocemos para detectar los fallos y que nunca se vuelva a repetir. Nuestra obligación es dar la cara», remató, en medio del mutismo de la Cámara.
Mazón dijo ser consciente de que la confianza ciudadana en las instituciones se ha resentido y que ya no hay opción de «defraudar» ante una reconstrucción que se va a prolongar en el tiempo. «Quiero pedir disculpas a los que se sintieron abandonados porque los protocolos de ayuda no fueron suficientes. La catástrofe era tan colosal que superó nuestros protocolos. No es comparable con nada. La riada más grave en medio siglo», describió. «Soy consciente de que era necesaria una reacción más rápida, coordinada y explicada», remató una vez compartido «el dolor» de toda su comunidad.
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