
Saúl Jiménez Fortes | Torero
«El mejor homenaje que puedo hacerle a la vida es dedicarme a lo que me apasiona, el toro»Secciones
Servicios
Destacamos
Saúl Jiménez Fortes | Torero
«El mejor homenaje que puedo hacerle a la vida es dedicarme a lo que me apasiona, el toro»No es un gato, pero tiene tantas vidas como ellos. Saúl Jiménez Fortes (Málaga, 1 de enero de 1990), ha visto rasgado su cuello, heridos ... sus testículos (en Santander) y volvió a nacer un caluroso 16 de agosto, cuando un toro de Orive le atravesó la barbilla y le obligó a partir desde cero. Sereno, valiente y sin perder la fe en el sistema, el andaluz protagoniza ahora 'La Última Lidia', un documental que sienta ante la misma cámara a taurinos y antitaurinos en un intento de que la partida de póker acabe en tablas.
-Empecemos por la temporada actual, actúo por última vez el día 15 en Madridejos. ¿Cómo fue el festejo?
-Pues bueno, fue una corrida y un lote difícil, con bastantes complicaciones. Me sentí seguro, firme por las circunstancias y fue una tarde seria, aunque sin muchos resultados.
-Está siendo una temporada complicada a nivel de festejos. ¿Cómo la valora?
-En cuanto a lo artístico está siendo muy completa, pero en cuanto al número de festejos, la verdad, que ha sido una temporada complicada. Al final solo he toreado tres corridas, muy lejos de lo que uno quiere y cree. Pero bueno, espero que el año que viene pueda empezar antes y con más intensidad.
-Al final, ante esto solo queda apretar los dientes y trabajar
-Pues sí. Gestionar las cosas de diferente manera, conseguir más contratos y es lo que a mí me queda respecto a los apoderados. Con lo que a mí me influye más, sobre todo me corresponde, pues trabajar, seguir trabajando, seguir preparado y ya está.
Protagoniza el documental 'La Última Lidia'. ¿Está contento con el resultado final o esperaba otra cosa?
-Estoy muy contento, la verdad. Disfruté mucho del proceso, de conocer a gente de otro ámbito, de otro mundo, con acciones abiertas. Muy orgulloso de haberme lanzado a colaborar con ellos cuando me lo propusieron hace cuatro o cinco años. No es fácil muchas veces exponerse cuando te proponen algo que puede tener sus pros y sus contras. Pero al final mi carrera siempre ha sido de eso, de apostar fuerte, de exponerme. Y agradezco también que fueran muy honestos en cuanto a la proposición que en su día me hicieron, hacer un documental donde se viera la tauromaquia desde diferentes puntos de vista y que cada uno pudiera sacar, una vez visa la película, sus propias conclusiones.
-Junto a usted y junto a otros profesionales y aficionados del mundo del toro salen bastantes voces de antitaurinos. ¿Cree que las posturas pro y anti tienen un término medio?
-Sí. Al final el que es antitaurino lo tiene claro, es difícil hacerle cambiar de postura. Igual que hacerme yo antitaurino, sería difícil, pero ver el documental te hace cambiar de perspectiva. Creo que estamos más cerca de lo que pensamos, me he dado cuenta sobre todo por las personas que han trabajado en el documental, que evidentemente no todas eran taurinas. Había un poco de todo, gente más a favor y gente bastante en contra también, dentro de la parte técnica. Para ellos ha sido un antes y un después, el conocer muchos de los personajes que hemos participado. Porque han descubierto que el trasfondo de la tauromaquia es mucho más amplio y que al final hablamos de valores, hablamos de cultura, hablamos de sensibilidad, de arte. Hay muchas personas con las que he podido compartir ese proceso a las que realmente nos gustan las mismas cosas. Aunque con respecto al mundo del toro, a lo mejor pensábamos diferente, pero confluíamos en muchas cosas. Y eso creo que es lo realmente bonito.
-Cuando le toca a explicarle a alguien que son para usted los toros, ¿cómo lo hace?
-Lo mejor es experimentarlo, vivirlo. Ir a una ganadería, a una dehesa, ver el toro de cerca, ver el animal y comenzar con algo de su vida, una faena campera y luego ya que lo vean en la plaza. Creo que es algo sin juicio o, mejor dicho, sin prejuicio, es algo que gusta a la gran mayoría de las personas. Aunque no sean aficionadas, porque se junta una estética, una belleza, una emoción, igual que se crea en ballet o en otras obras. Entonces, yo lo llevaría a que lo experimentase. Y bueno, hay muchos de los argumentos que salen en el documental que creo que son muy contundentes en cuanto a lo que explica la tauromaquia en sí.
-¿Ha sabido hacer frente el mundo del toro al movimiento antitaurino o ha habido momentos en los que ha estado de soslayo?
-Ambas cosas. Creo que quizá en España concretamente nunca hemos tenido que defender la tauromaquia, porque ya de por si era algo tremendamente mayoritario. O hemos preferido mirarlo hacia otro lado, pensando que esa corriente no era tan alta y la verdad es que ha crecido mucho. También creo que no es tan mayoritaria como parece, que hay altavoces muy grandes y que al final la mayoría de la gente no es anti. Quizá estemos en un momento donde pueda estar más de moda estar en contra que estar a favor, pero yo soy optimista. Hay pocos espectáculos que puedan sostener 20 o 30 días de toros a 20.000 o 25.000 personas por día, eso pasa en Madrid Y cualquier otro espectáculo sería algo para abrir todos los telediarios.
-Comparte metraje con su madre, con Mari Fortes, también torera. Más allá de lo que ha supuesto para usted en la vida, ¿qué ha supuesto Mari Fortes para la tauromaquia?
-Fue una de las pioneras, sin lugar a dudas. Ella lo cuenta de una manera muy gráfica, como si se viese en una selva con un machete abriendo camino. Y creo que un poco ha sido su aportación al toreo y a la sociedad, ser fuente de inspiración para muchas mujeres y para muchos hombres también. Porque en el momento en el que ella eligió ser torea, es verdad que había bastante dificultad. Ella nunca se sentía en ese momento diferente a un hombre. Decía que simplemente quería ser toreo igual que los demás.
-Una de las frases que usted dice en el documental es que «el mejor homenaje que podía hacerle a la vida era dedicarla a lo que me apasionaba, el toro». ¿Tanto poder de atracción tiene que no se puede dejar?
-Es una pasión, una vocación. Realmente lo que digo en el documental es que si he tenido la fortuna de seguir vivo después de aquel percance tan grave que tuve, el mejor homenaje que podía hacer es dedicarme a lo que me apasiona. Y me parecía ingrato volver la cara después de ese percance y decir que lo que más me gusta ya no lo hago más porque es muy peligroso. Es como, bueno, entonces ¿para qué estar vivo? Si no es para vivir, no merece la pena. Es el trasfondo de decir, oye, pues, ¿qué es lo que más me apasiona? También lo veo como un gran reclamo que tengo hacia la sociedad, el de despertar muchas veces conciencias para que otras personas también vivan su vida con intensidad.
-¿Y de dónde se sacan las fuerzas para superar el miedo después de haber estado cerca de morir en las astas de un toro?
-Trabajando mucho la mentalidad, aceptando que tienes miedo. Creo que al final la aceptación es la herramienta más valiosa que he conocido. Durante mucho tiempo tuve pesadillas, es algo lógico, después de un shock traumático. El asimilarlo, normalizarlo, darle la importancia en su justa medida que tiene y sacar una previsión de ello. Pues lo que me ha hecho volver a torear con normalidad. Siempre dije que volvía a torear, ¿sabes? Ya hace ocho años de aquello y creo que soy mejor torero y mejor persona. Que he sacado conclusiones muy bonitas, tanto en lo personal como en lo profesional. Que me han hecho crecer mucho en mi forma de torear, siendo más coherente con mi forma de sentir el toreo. Personalmente me ayudó a valorar la familia, a valorar los amigos, a valorar muchas cosas. Detrás de una enfermedad, de una crisis, de cualquier momento duro que tenemos en la vida siempre hay un gran aprendizaje. Y detrás de un miedo, también. Solo hay que atravesarlo y mirar hacia adelante.
-¿Cree que es usted uno de los últimos exponentes de la verdad del toreo, de que en una plaza de toros se mata, se muere, se sufre y que la vida es efímera?
-No, hay muchísimos. Al final las cornadas no las he inventado yo, la pureza tampoco. Y va a seguir habiendo verdad en el toreo mientras haya toros bravos y toros valientes. Intento aportar mi granito de arena a la historia del toreo. Caminar lo más recto posible, porque así lo siento.
-Estuvo usted de novillero y ha estado varias de matador de toros. ¿Le dijo en Málaga a José María Garzón, empresario también de Santander, que le dejase un hueco para Cuatro Caminos en 2024?
-Pues sí, ojalá. La verdad es que en Málaga fue la cosa muy bien y creo que ha servido para recordar que sigo aquí, que sigo en buen momento. Le tengo mucho cariño a la ciudad de Santander y al público de Santander también. Estoy dispuesto a volver y yo creo que es posible, José María siempre ha apostado por mí, a ver si me hace ese huequito.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.