Memes para la posteridad

Antonia, que fue hija del boticario mayor del rey, consiguió que el director de la Biblioteca Nacional le concediera una sala anexa, pero con el compromiso de que no acudieran más de cinco o seis mujeres a la vez. Una limitación que disolvió de golpe la reina regente, María Cristina de Borbón, quien dio la orden tajante de permitir la entrada «no solo a doña Antonia Gutiérrez, sino a todas las demás mujeres que gusten concurrir».

La Biblioteca Nacional de España se ha modernizado mucho desde entonces. No solo equiparando el libre acceso a sus fondos, sino enriqueciéndolos de mucho más que libros. Una de sus últimas aportaciones es material 'on line' de todo tipo. La institución lleva casi una década pescando en ese gran océano que es internet. Mete la mano en el dominio .es y, gracias a un sofisticado 'software', extrae documentación aleatoria y también selectiva para preservarla por su valor histórico.

Porque dentro de varias décadas y siglos será enriquecedor saber cómo reaccionamos los españoles ante algunos asuntos trascendentales como las elecciones generales, los atentados de Barcelona o la abdicación del rey Juan Carlos I. Y eso, en las dos primeras décadas del siglo XXI, en muchas ocasiones se ha manifestado de formas tan insospechadas como un meme, una fotografía o un vídeo corto utilizados para hacer una broma o una crítica sobre un hecho determinado.

Quizá en 2128 no será muy relevante conocer que nos mofamos sin piedad de David de Gea por su estatuaria actuación en un Mundial de fútbol, pero sí puede resultar enriquecedor saber que los españoles se tomaron a chufla las amenazas de un yihadista llamado Yassin Ahram Pérez, quien, en realidad, en su pueblo cordobés, Alcolea, no era más que «el hijo de la Tomasa», motivo por el que su advertencia de que el ISIS iba a volver a por Al Ándalus provocó, más que pavor, un afilado sentido del humor expresado en memes de toda índole.

La Biblioteca Nacional comenzó a recoger material 'on line' en 2009. Desde entonces ha hecho tres grandes recopilaciones. La de 2017 duró dos meses y la de este año se completó en 42 días, en los que se han usado 70 arañas recolectoras con un límite de 150 megabytes por dominio, de manera que el 87% de los casi dos millones de dominios registrados por Red.es se hayan almacenado completos.

Hace unas semanas terminó la tercera recolección masiva que permite el depósito legal de material 'on line' con unos 50 TB de información -un terabyte tiene capacidad para almacenar 350 episodios de 'Los Simpson' o 250.000 canciones en MP3-, un incremento del 23% con respecto al anterior.

Al frente de este proyecto se encuentra Mar Pérez Morcillo, que empezó llevando las redes sociales de la Biblioteca y que, año a año, fue implicándose más en esta tarea hasta, desde hace tres ejercicios, emplearse únicamente en esta función. La responsable explicó a 'eldiario.es' el motivo de esta recopilación: «Las bibliotecas han guardado a lo largo de su ya larguísima historia documentos de todo tipo, sobre variados soportes y de distinto contenido, lo que ha servido para tener una imagen de la sociedad, la historia y la cultura de cada momento. Precisamente el carácter efímero de la información en internet da más valor a su archivado. Es imposible guardarlo todo, desde luego, pero cuanto más seamos capaces de guardar más fidedigna será la imagen que podamos ofrecer en el futuro de cómo era nuestro mundo hoy».

La Biblioteca Nacional de España ingresó en 2013 en el Consorcio Internacional para la Preservación de Internet (IIPC por sus siglas en inglés), un organismo creado en 2003 en la Biblioteca Nacional de Francia que se dedica a mejorar las herramientas, estándares y prácticas de archivado web en el mundo.

La gran biblioteca española, sin experiencia en este ámbito, confió en la empresa Internet Archive, una organización pionera en el archivado web, para documentar el dominio .es. A partir de 2014 se usa un sistema llamado Netarchive Suite, un paquete de 'software' de código abierto desarrollado por la Biblioteca Nacional de Dinamarca que ya usaban en Francia, Austria y Suecia. Y de internet rescatan memes, pero también tuits, blogs, webs, cuentas oficiales, noticias...

Un contenido impensable que ahora comparte espacio con incunables, manuscritos, estampas, dibujos, fotografías, grabaciones sonoras, partituras... La Biblioteca Nacional de España fue fundada a finales de 1711 y abrió sus puertas en marzo de 1712 como Real Biblioteca Pública. Por un privilegio real, precedente del actual depósito legal, los impresores debían depositar un ejemplar de los libros impresos en España. En 1836 dejó de ser propiedad de la Corona y pasó a depender del Ministerio de la Gobernación, ya con el nombre de Biblioteca Nacional.

No solo contiene libros, sino cualquier manifestación del patrimonio cultural o artístico producido en España. Como una vasta colección sobre rock nacional con vinilos, documentales, cintas de casete, cedés o carteles de conciertos. Los fondos musicales de la Biblioteca Nacional, de hecho, forman la colección más importante de España y una de las más relevantes del mundo. Ahí es posible encontrar el original del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, que se estrenó en 1940, portadas de partituras pintadas por Dalí, vídeos caseros de boda o un recopilatorio de bailes regionales con muestras de tela de los trajes típicos.

Y se ha colgado en internet el contenido de cinco mil rollos de pianola. Se conservan todos los formatos y hay obras que se pueden encontrar en una partitura, cilindro de cera, DVD, disco de pizarra, vinilo, cedé y rollo de pianola. Ahora es la era de internet y la hemeroteca digital y la biblioteca hispánica tienen millones de descargas cada año. Pasado y presente en la Biblioteca Nacional.