Casi la mitad de las diócesis entraron en déficit en 2020

El informe anual refleja un descenso significativo de la actividad celebrativa en el año del confinamiento, una caída que Argüello atribuyó al cierre de los templos «en temporada alta celebraciones, como la Semana Santa, la primera comunión, las bodas y las confirmaciones». «No solo estuvimos cerrados varios meses, sino que las iglesias se abrieron con grandes limitaciones de aforo y con el legítimo miedo a la asistencia», argumentó, al tiempo que reconoció que existe una « disminución en la serie histórica que también tiene que ver con la secularización».

El portavoz de los obispos destacó que las actividades socio-sanitarias y asistenciales que desplegó la Iglesia generaron un valor que se cifra en 589,6 millones de euros, el doble de lo que recibe la institución a través de la asignación tributaria.

Según los prelados, la acción que desarrolla la Iglesia con sus 2.419 centros concertados supone un ahorro al Estado de 3.985 millones de euros, al escolarizar a más de un millón y medio de alumnos.

En ese año de 2020 los contribuyentes destinaron a la Iglesia 297 millones de euros, lo que representa la segunda cifra más alta desde que se instituyó la asignación tributaria.

La labor social de carácter eclesial se intensificó con motivo de la pandemia. La Iglesia puso en marcha 680 nuevas acciones a raíz de la covid. De ese modo, más de cuatro millones de personas fueron atendidas en centros asistenciales y sanitarios.

La directora de la Oficina de Transparencia, Ester Martín, aseguró que, según consta en la memoria, los sacerdotes, religiosos y seglares dedicaron más de 41 millones de horas a la actividad pastoral de la Iglesia, en forma de acompañamiento, catequesis, formación o celebraciones.

Por añadidura, la institución dedicó más de 52 millones de euros a 471 proyectos de construcción, conservación y rehabilitación del patrimonio. En los últimos ocho años ha empleado 511 millones de euros en el cuidado y conservación del patrimonio.