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Ainhoa de las Heras
Bilbao
Martes, 11 de marzo 2025, 12:20
Un hombre de 76 años, identificado como M.G.S., ha fallecido en el hospital once días después de que fuera arrollado por un joven ... en patinete eléctrico, que se dio a la fuga, en Baracaldo, según han informado fuentes familiares. Se trata de la primera víctima mortal que ha trascendido en el País Vasco por atropello de uno de estos vehículos de movilidad personal, cuya regulación aún sufre importantes lagunas. Los accidentes se han disparado en los últimos años por el uso masivo de estos aparatos. Sólo en 2023 hubo 300 percances y 12 muertos en España, la mayoría en Cataluña. La Ertzaintza investiga el suceso como un «homicidio por imprudencia» y busca al presunto autor de los hechos, que aún no ha podido ser identificado. La familia solicita la colaboración ciudadana para ayudar a la investigación y pide que si alguien presenció el incidente y puede aportar algún dato, que lo comunique ante la Policía autonómica.
El siniestro se produjo el pasado jueves, día 20 de febrero, aunque el peatón falleció días después en el hospital de Cruces a causa de las lesiones sufridas. Casado, padre de tres hijos y con cinco nietos, el hombre empezaba a notar síntomas de deterioro cognitivo, aunque se encontraba ágil y seguía desarrollando una vida normal. De hecho, aquel día había salido a dar un paseo por la mañana, como acostumbraba a hacer a diario. Solía dar una vuelta por el barrio, bajaba hasta la zona de Megapark y de regreso tomaba algo con su mujer en alguno de los bares cercanos a su casa. El atropello debió de registrarse alrededor de la una del mediodía, cuando volvía ya por la cuesta de Beteluribidea. Justo en este tramo termina un bidegorri, por lo que el patinete debió de continuar por la acera, pese a estar prohibido, por donde subía caminando M.G.S.
Una vecina fue testigo de los hechos, aunque no llegó a ver el momento de atropello. Según ha declarado ante la Ertzaintza, cruzaba un paso de cebra cuando pasó junto a ella un joven en patinete quejándose: «¡Puto viejo!», le escuchó pronunciar. Al girarse para ver lo que había ocurrido, observó a un señor mayor tirado en el suelo. Supuso que aquel chico le había arrollado a su paso y le llamó la atención. «¿Cómo le dejas ahí tirado?», le espetó. «Por mí, como si se muere», le contestó, giró hacia izquierda y siguió su marcha. Según la descripción aportada por la mujer ante los investigadores, era un joven «delgado y vestido con una sudadera de color granate. Llevaba el choto puesto».
Dos vecinas del bloque donde vivía la víctima llegaban en ese momento en coche y vieron un gran revuelo en torno a una persona tumbada en la acera. Al acercarse, comprobaron que era M.G.S., al que conocían. Dejaron el coche en el garaje y fueron a auxiliarle. El hombre se había levantado por su propio pie y se apoyó como pudo en la pared. En un primer momento, no quiso que llamaran a una ambulancia, pero como el dolor que sufría en el costado era cada vez más fuerte, creyó conveniente acercarse hasta el cercano hospital de Cruces, cuenta El Correo.
Estas dos mujeres le llevaron hasta Urgencias. El hombre presentaba fractura de clavícula y de cuatro costillas. Ellas mismas avisaron a la esposa del herido desde su teléfono de lo que había pasado. Pasó la noche en un box de evolución y al día siguiente, el 21 de febrero, le dieron el alta y le mandaron a casa. Los médicos le recomendaron reposo. Su familia veía, sin embargo, que cada día estaba peor. Finalmente, al cabo de una semana y cuando ya no aguantaba los dolores, volvieron a trasladarle al hospital. Presentaba una infección y los médicos valoraron ingresarle en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), aunque optaron por dejarle en planta con un tratamiento de antibióticos. Dada la gravedad de su estado, el paciente sufrió una sepsis y falleció en la madrugada del lunes, día 3, al martes, 4 de marzo.
Los hijos del fallecido, muy afectados por una «muerte tan dura e inesperada», acudieron a la comisaría de la Ertzaintza en Sestao a presentar una denuncia por los hechos. Los agentes han abierto una investigación y han tomado declaración a la vecina que vio cómo escapaba el conductor del patinete y a las dos mujeres que trasladaron al peatón a Cruces, entre otros posibles testigos de los hechos. También han buscado cámaras que pudieran haber tomado imágenes del individuo.
«A mi padre ya no nos lo van a devolver, pero a mi madre le atormenta cómo ha sido. Al menos que no vuelva a pasar. Y que regulen el uso de los patinetes», reclaman. «Te puedes equivocar, pero es inconcebible que un joven pille a un señor mayor y le deje ahí tirado».
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