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DM.
Viernes, 17 de julio 2020, 10:00
- ¿Cómo cree que va a influir la crisis del Covid-19 en el mundo rural? ¿Cree que habrá cambios en la forma de ver el entorno rural por parte de la sociedad en general?
El impacto de dicha crisis no sólo está siendo desigual entre el mundo urbano y rural sino que además los nuevos rebrotes se están extendiendo mucho más en los centros metropolitanos más grandes que en áreas menos densamente pobladas, incluso cuando las cifras se ajustan per cápita en regiones como Cantabria.
Las personas además se están mudando de los principales lugares de concentración, como las ciudades, a aquellas zonas menos densamente pobladas. Si bien las ciudades pueden ser los centros económicos que impulsan las economías nacionales, el sector público no debe pasar por alto la difícil situación de las áreas rurales y las áreas periurbanas, aquellas que se encuentran al margen de las ciudades.
Entornos urbanos, como ciudades y pueblos, requieren un enfoque particular, pero, al mismo tiempo y no más tarde, es necesario aplicar enfoques específicos y matizados para un entorno periurbano y rural. Eso significa el rastreo de contactos además de conocer cómo se mueven las personas y dónde van, y comprender cómo estas comunidades rurales y periurbanas se ven afectadas por el movimiento de personas que alguna vez estuvieron en las ciudades y ahora han regresado al mundo rural y ahí Cantabria cuenta con una ventaja fundamental.
Una de las preocupaciones sobre dichas áreas rurales es que si contraemos el virus, entonces podemos ser menos capaces de tratarlo porque existen menos centros sanitarios (públicos y privados), además de que los residentes en estas áreas suelen tener edades avanzadas y son grupos vulnerables a la enfermedad. Destacar la importancia de que los grupos comunitarios utilicen métodos digitales para comunicarse entre sí y el papel que puede mantener el contacto en línea para contrarrestar los sentimientos de aislamiento y otros problemas de salud mental durante el cierre, enfatizando la necesidad de buenas conexiones de banda ancha y teléfonos móviles.
Puede haber un cambio en los hábitos de compra para favorecer los bienes locales y los sitios turísticos, así como la producción de pequeñas empresas locales y productores primarios. Por ejemplo, en términos de turismo, los destinos superpoblados pueden experimentar altas reducciones en los flujos turísticos, mientras que los destinos rurales más pequeños pueden volverse más populares y, por eso, ha cambiado ya la manera de percibir el entorno rural por parte de la sociedad hacia una visión mucho más positiva que antes.
- ¿Qué le parece que se haya creado una vicepresidencia para abordar el reto demográfico?
Más allá de esa cuestión política que tendrá que ser expresada en términos de voluntades efectivas para implementar políticas y asignarles presupuesto es necesario abordar todos aquellos aspectos que deben ser tratados en estos próximos años. Parte de esa hoja de ruta que además debería actualizase en esta era postCovid19 se publicó el año pasado en el BOC a modo de recomendaciones de un conjunto de colegas universitarios desde la Estrategia frente al Reto Demográfico de Cantabria 2019-2025.
De este modo, las empresas de ámbito rural y los residentes en esas zonas también se han enfrentado a varias presiones, incluidas las que surgen de la pandemia y las medidas de contención asociadas. En mi modesta opinión, las regiones rurales han sido particularmente vulnerables porque tienen una gran parte de la población que está en mayor riesgo de enfermedades graves, especialmente ancianos y pobres aunque han superado con éxito este particular test de stress que ha supuesto el Covid19; porque su economía está mucho menos diversificada; porque cuentan con una alta proporción de trabajadores en trabajos esenciales (agricultura, procesamiento de alimentos, etc.) junto con una capacidad limitada para realizar estos trabajos desde casa, lo que hace que el teletrabajo y el distanciamiento social sean mucho más difíciles de implementar; porque los ingresos y ahorros más bajos pueden haber obligado a la población rural a continuar trabajando y / o no visitar el hospital cuando sea necesario; porque en el mundo rural los centros de salud generalmente no son adecuados para tratar con COVID-19 (es decir, falta de UCI y médicos con habilidades especializadas) o existe una mayor distancia para acceder a hospitales, centros de pruebas, etc.; y porque en las zonas rurales existe una gran brecha digital, con menor accesibilidad a internet (tanto en cobertura como en velocidad de conexión) y menos personas con dispositivos adecuados así como habilidades requeridas para usarlos, siendo así necesario mejorar estos aspectos en dicho mundo rural.
- ¿La repoblación es una oportunidad para mejorar la vida de las personas?
La pandemia de coronavirus ha cambiado esa especie de idea «negativa o perteneciente a otra época» del medio rural, donde desde mediados del siglo pasado había una visión que apuntaba a que lo ideal era vivir en las ciudades, lo que ha ido diezmando la población en las pequeñas localidades. En esta era postcovid19 dicho «complejo de inferioridad» se ve superado ahora, cuando «muchos se plantean que la calidad de vida es más elevada en el mundo rural».
La pandemia ha hecho percibir que las áreas rurales ofrecen un refugio seguro contra el virus, dada su menor densidad de población, tal y como se ha podido observar recientemente en Cantabria y en el hecho de que en los decretos de desescalada hubiese inicialmente medidas más flexibles de desonfinamiento y liberación de actividades en dicho mundo rural. Esto ha motivado a algunos urbanitas a buscar cobijo en el campo aunque, en realidad, las zonas rurales son extremadamente vulnerables a las crisis de salud pública de cualquier tipo, ya que sus poblaciones están más envejecidas y sus servicios de salud son más frágiles y, a menudo, no pueden atender suficientemente a dicha población local.
Lo realmente positivo es que con la pandemia del coronavirus surge una mirada más amplia del entorno y sus posibilidades, a la otra Cantabria, la rural y olvidada, como eventual solución a la crisis. Desde luego es extremadamente interesante que esas zonas rurales, muchas en franco aislamiento y deterioro, podrían ser la alternativa a los descalabros previsibles y ya tangibles en la economía puesto que actualmente están rezagadas por falta de tecnología, medios de transporte y empleos.
En las últimas semanas han tomado más valor la agroecología, las energías renovables y la denominada «economía de proximidad». Además, se ha puesto de manifiesto la necesidad de extender la banda ancha a todos los rincones, al intensificarse prácticas de teletrabajo y educación a distancia, de ahí que la inversión selectiva en las zonas rurales desde luego es de un gran valor pues los resultados son evidentes.
- ¿Las empresas privadas cree que deben tener un papel importante en este tema?
Con los hábitos cambiantes y una mayor disposición a adoptar herramientas digitales, los operadores gubernamentales pero especialmente el referente a las empresas privadas pueden aumentar las inversiones para obtener sus beneficios potenciales. Así, en las zonas rurales la mayor conectividad de los servicios puede desbloquear aún más las oportunidades de trabajo, las sinergias y la integración regional entre las zonas rurales y sus alrededores.
Por lo tanto, el brote de COVID-19 puede incentivar el crecimiento de nuevas empresas y empleos que ofrecen soluciones digitales y conectan ciudades y áreas rurales de una manera más integrada. Debido a la alta concentración de empleos en grandes áreas urbanas, el uso de redes remotas distribuidas podría aumentar los vínculos entre las zonas rurales y urbanas. Este concepto también refleja un cambio continuo en los métodos de trabajo: de los trabajadores tradicionales basados en la oficina, a métodos más flexibles que incluyen trabajar en el hogar, trabajar en diferentes y múltiples zonas horarias y trabajadores nómadas (trabajadores remotos que viajan por diferentes lugares), por lo que se necesita que las empresas privadas sean más agiles y organizadas al adaptarse a ese entorno cambiante que es el mundo rural.
- ¿Para usted que debería tener un Territorio Rural Inteligente?
Un medio rural que sea inteligente necesita de un nuevo modelo de desarrollo que además de subsanar las carencias en servicios e infraestructuras esenciales y en la actividad económica generadora de empleo local, coloque a dicho medio rural en la primera línea de la lucha contra el cambio climático. Es el momento de actuar sobre el modelo de desarrollo y sobre el enfoque de la solución: es hora del desarrollo sostenible e inteligente del medio rural y convertir así nuestros municipios en Territorios Rurales Inteligentes.
Aunque en Cantabria no nos afecta igual que en otras zonas, en el conjunto del medio rural español existe una brecha grande de servicios con respecto al medio urbano, sobre todo en las zonas de montaña, y en las provincias con mayor problema de despoblación. Falta de servicios públicos cercanos a los domicilios y falta de transporte público adecuado. Junto a ello el envejecimiento de la población rural, y, sobre todo, la falta de oportunidades económicas y empleo para los más jóvenes, poniendo en compromiso el relevo generacional, y el futuro de muchos pueblos.
Dos binomios frente a frente surgen en este caso como son la digitalización y sostenibilidad para afrontar las carencias en los servicios y la falta de empleo. Así, el medio rural como escenario de un modelo de desarrollo sostenible basado en la innovación, en el que las nuevas tecnologías van a permitir servicios impensables hasta hace muy poco, que a su vez generarán nuevas posibilidades de trabajo.
Digitalización y sostenibilidad también como gran oportunidad para que el sector agro-ganadero mantenga su imprescindible presencia en el medio rural como motor económico, gestor del territorio y fijador de población, potenciando el valor ambiental de la producción agrícola y ganadera, la protección de la biodiversidad, y la resiliencia frente al cambio climático.
Por ello es básico tener en cuenta diferentes aspectos tales como, Economía y modelo productivo: marco de financiación de proyectos, modelo fiscal, emprendimiento, sector primario, empleo.
Servicios y movilidad: sanidad, educación, política social, transporte, infraestructuras.
Transición ecológica y medio ambiente: energías renovables, gestión de residuos, gestión forestal, agricultura ecológica, recursos hídricos.
Cultura, turismo y ocio: patrimonio material e inmaterial, identidad territorial, agroturismo, enoturismo y gastro-turismo, ecoturismo.
- ¿Cuál es, en su opinión, el mayor obstáculo hoy en día para que la población pueda vivir y trabajar en los pueblos?
Las áreas rurales se caracterizan por la dispersión de los núcleos urbanos, la baja densidad de la población y el envejecimiento demográfico que puede quizás para algunos entenderse como cierta falta de dinamismo y adaptación a estos nuevos tiempos. Por consiguiente, estos factores constituyen una barrera en la implantación de servicios en el medio rural y limitan su acceso. Asimismo, configuran una realidad específica que plantea retos a la calidad de vida. También a la igualdad de oportunidades de las personas que viven en el entorno rural.
Digitalización y sostenibilidad son los nuevos paradigmas de desarrollo que cobran especial importancia como elementos clave de la reconstrucción tras la crisis del coronavirus.
Un ejemplo sería la creación de un sistema de redes de intercambio entre los núcleos urbanos y las zonas rurales. Puede suponer un gran cambio. Las personas podrían teletrabajar desde unos municipios que, por demanda, tienen unos precios de vivienda más bajos. Estos trabajadores a distancia que buscarían un ritmo de vida más tranquilo serían los primeros en «colonizar» los pueblos con una densidad de población mucho menor. Igualmente, se plantea también el rescate de la actividad económica y empleo, con especial mención a la atracción de turismo internacional o la propia educación online que pueda seguirse desde el mundo rural.
- ¿Cree que ha llegado el momento de mejorar aspectos como la sostenibilidad, la digitalización y la innovación en el mundo rural?
La rápida ampliación de la telemedicina durante la pandemia de COVID-19 puede tener implicaciones a largo plazo para el acceso a la atención de subespecialidades para las personas que viven en comunidades rurales. A medida que más proveedores estén capacitados y más prácticas estén equipadas con infraestructura de telemedicina, es probable que estos servicios continúen ofreciéndose más allá de la pandemia.
La telemedicina puede ofrecer varios beneficios para la salud rural, incluyendo (1) proporcionar un acceso ampliado a los servicios, (2) fomentar la integración de la atención primaria rural y los servicios de subespecialidades remotas, y (3) permitir una gestión de la atención más efectiva.
La expansión de los servicios de salud mental, en particular, puede ser beneficiosa para las comunidades rurales, ya que las muertes por suicidio, drogas y alcohol ocurren a tasas más altas en las comunidades rurales en comparación con las urbanas, sin embargo, sigue habiendo una escasez de proveedores de salud mental en las zonas rurales.
Para que la telemedicina se implemente con éxito en las zonas rurales, será necesario abordar adecuadamente la cobertura y el reembolso, la licencia, el acceso a Internet y la privacidad y seguridad. Dada la rápida transición a la telemedicina por parte de los grandes centros médicos durante la pandemia de COVID-19, estos son problemas que las compañías de seguros y los responsables políticos abordan activamente. Un mayor acceso a la atención de subespecialidades para personas en áreas rurales a través de telemedicina puede ser una consecuencia inesperada de la pandemia de COVID-19.
Otro tipo de propuestas podrían ser por ejemplo la implementación de un Fondo de Banda Ancha para apoyar el acceso universal a internet, mejorar el aprendizaje a distancia y los servicios electrónicos de atención médica; el fortalecimiento de la infraestructura digital con enfoque en las industrias de estrategia 5G; las plataformas educativas de calidad a través de espacios educativos específicos en radio y TV o el garantizar la infraestructura educativa en línea para las escuelas además de la adopción de plataformas de gobierno «rural» electrónico.
- Por las consecuencias del Covid-19, ¿qué retos observa que se plantean en esta nueva situación?
A mi juicio las áreas principales a abordar serán:
-Acelerar las inversiones en infraestructura digital y el ecosistema de apoyo para aumentar la adopción de herramientas digitales en las zonas rurales.
-Fomentar la adopción de servicios remotos mediante una mejor adaptación de las normas nacionales a las especificidades de las comunidades rurales, la capacitación de maestros y profesionales de la salud para adoptar formas remotas de prestación de servicios.
-Brindar asistencia financiera y técnica para apoyar proyectos de innovación social y basados en la comunidad que tengan como objetivo proteger a los ciudadanos más vulnerables en las zonas rurales, incluidos los ancianos y los migrantes.
-Incluya criterios de sostenibilidad en las acciones de recuperación de COVID-19 para que también contribuyan a la resiliencia a largo plazo al abordar el cambio climático y la transición ecológica.
-Apoyar la resiliencia de las comunidades rurales mejorando las redes de solidaridad social que cumplen con los estándares básicos de vida de los ciudadanos vulnerables en las áreas rurales.
En todos estos procesos, será clave la participación ciudadana en la toma de decisiones. A modo de ejemplo, en abril de 2020, el parlamento francés lanzó una plataforma para recopilar la opinión de los ciudadanos sobre el mundo posterior a COVID-19 con diferentes preguntas centradas en salud, trabajo, consumo, solidaridad, educación, democracia, iniciativas locales, Europa en el mundo, evaluación de bienes comunes, financiación y distribución de recursos.
Aquí en España, una iniciativa llamada «Hackaton Rural», presentada en un evento online, reunió a varias partes interesadas que compartieron sus iniciativas para abordar las consecuencias económicas de COVID-19 en las regiones rurales, aportando ideas que buscan encontrar soluciones en la España rural. Este tipo de iniciativas además de la colaboración de lo rural con la innovación e investigación que diseñamos desde la Universidad y centros de investigación regional así como empresas transmisoras de conocimiento creo que es clave de cara a estos años 20.
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