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El día a día de Guissona, el refugio español para los ucranianos

Tras el estallido de la guerra, ante un éxodo de refugiados sin precedentes en Europa, Guissona no podía quedarse impasible. Se convierte en refugio también para numerosas familias, que son acogidas en casa de familiares o viviendas vacías de vecinos del pueblo. Hasta el momento, el Ayuntamiento ha contabilizado 182 personas refugiadas -83 familiares, 103 adultos y 79 menores- incrementándose la comunidad ucraniana hasta 1.247 residentes.

Sábado, 19 de marzo 2022, 07:28

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Veronica llegó este fin de semana junto a sus dos hijos y la mujer de su padre en avión. Una voluntaria consiguió el piso donde se alojan. Asisten por primera vez al taller de arte que ha organizado la Fundación Santacreu para las familias recién llegadas.

Eva Parey
Veronica llegó este fin de semana junto a sus dos hijos y la mujer de su padre en avión. Una voluntaria consiguió el piso donde se alojan. Asisten por primera vez al taller de arte que ha organizado la Fundación Santacreu para las familias recién llegadas.
Veronica llegó este fin de semana junto a sus dos hijos y la mujer de su padre en avión. Una voluntaria consiguió el piso donde se alojan. Asisten por primera vez al taller de arte que ha organizado la Fundación Santacreu para las familias recién llegadas.

En el año 2010 Guissona era el municipio catalán con mayor población inmigrante, superando el 50% de su población. Entonces la comunidad ucraniana ya superaba el millar, 1.069 habitantes del total de 6.568. Mikoslava también trabajó en Bon Area durante tres años hasta que decidió pasarse al sector de la restauración. Su hermana vino de visita con sus hijos antes de que estallara la guerra el 24 de febrero, y ha decidido quedarse.

Eva Parey
En el año 2010 Guissona era el municipio catalán con mayor población inmigrante, superando el 50% de su población. Entonces la comunidad ucraniana ya superaba el millar, 1.069 habitantes del total de 6.568. Mikoslava también trabajó en Bon Area durante tres años hasta que decidió pasarse al sector de la restauración. Su hermana vino de visita con sus hijos antes de que estallara la guerra el 24 de febrero, y ha decidido quedarse.
En el año 2010 Guissona era el municipio catalán con mayor población inmigrante, superando el 50% de su población. Entonces la comunidad ucraniana ya superaba el millar, 1.069 habitantes del total de 6.568. Mikoslava también trabajó en Bon Area durante tres años hasta que decidió pasarse al sector de la restauración. Su hermana vino de visita con sus hijos antes de que estallara la guerra el 24 de febrero, y ha decidido quedarse.

Natali montó una tienda de ropa hace 4 años. Su marido llegó hace 17 años con un precontrato de la empresa Bon Area. El fin de semana pasado llegó su nuera y nieto, a los que acoge en su casa. Esta semana ha calzado en uno de los maniquíes del escaparate una camiseta amarilla con el mensaje de No a la Guerra. La semana que viene la cambiará por la camiseta que muestra en color azul de la bandera de Ucrania, con un mensaje de reivindicación contundente.

Eva Parey
Natali montó una tienda de ropa hace 4 años. Su marido llegó hace 17 años con un precontrato de la empresa Bon Area. El fin de semana pasado llegó su nuera y nieto, a los que acoge en su casa. Esta semana ha calzado en uno de los maniquíes del escaparate una camiseta amarilla con el mensaje de No a la Guerra. La semana que viene la cambiará por la camiseta que muestra en color azul de la bandera de Ucrania, con un mensaje de reivindicación contundente.
Natali montó una tienda de ropa hace 4 años. Su marido llegó hace 17 años con un precontrato de la empresa Bon Area. El fin de semana pasado llegó su nuera y nieto, a los que acoge en su casa. Esta semana ha calzado en uno de los maniquíes del escaparate una camiseta amarilla con el mensaje de No a la Guerra. La semana que viene la cambiará por la camiseta que muestra en color azul de la bandera de Ucrania, con un mensaje de reivindicación contundente.
Fotos: La pequeña Ucrania española
Fotos: La pequeña Ucrania española

Sergey, más conocido como Sergi, la versión catalana de su nombre, está empadronando a la hermana de su cuñado, Marina, que ha llegado el fin de semana en avión. Él llegó hace 16 años con un precontrato de trabajo de la empresa Bon Area, donde sigue trabajando a día de hoy.

Eva Parey
Sergey, más conocido como Sergi, la versión catalana de su nombre, está empadronando a la hermana de su cuñado, Marina, que ha llegado el fin de semana en avión. Él llegó hace 16 años con un precontrato de trabajo de la empresa Bon Area, donde sigue trabajando a día de hoy.
Sergey, más conocido como Sergi, la versión catalana de su nombre, está empadronando a la hermana de su cuñado, Marina, que ha llegado el fin de semana en avión. Él llegó hace 16 años con un precontrato de trabajo de la empresa Bon Area, donde sigue trabajando a día de hoy.

Sofía de 11 años, juega con su prima recién llegada Natalia, en la plaza del Ayuntamiento mientras su padre Sergey la empadrona a ella, junto a su hermano y madre en su casa.

Eva Parey
Sofía de 11 años, juega con su prima recién llegada Natalia, en la plaza del Ayuntamiento mientras su padre Sergey la empadrona a ella, junto a su hermano y madre en su casa.
Sofía de 11 años, juega con su prima recién llegada Natalia, en la plaza del Ayuntamiento mientras su padre Sergey la empadrona a ella, junto a su hermano y madre en su casa.

Desde que estalló la guerra la comunidad ucraniana se reúne cada tarde a las 18h en la Iglesia de Santa Maria de Guissona para rezar por sus compatriotas y el fin de la guerra.

Eva Parey
Desde que estalló la guerra la comunidad ucraniana se reúne cada tarde a las 18h en la Iglesia de Santa Maria de Guissona para rezar por sus compatriotas y el fin de la guerra.
Desde que estalló la guerra la comunidad ucraniana se reúne cada tarde a las 18h en la Iglesia de Santa Maria de Guissona para rezar por sus compatriotas y el fin de la guerra.

Nina (a la izquierda), junto a su hija Adelia, llegaron hace dos semanas en un autocar de línea regular que une Ucrania con Barcelona con parada en Guissona. Su hermana Angelika las acoge en su casa junto a su hija Ilona y su marido. En la imagen, las tres se dirigen al colegio Mestre Ramon Estadella i Torradeflot a recoger a Ilona, la hija de Angelika.

Eva Parey
Nina (a la izquierda), junto a su hija Adelia, llegaron hace dos semanas en un autocar de línea regular que une Ucrania con Barcelona con parada en Guissona. Su hermana Angelika las acoge en su casa junto a su hija Ilona y su marido. En la imagen, las tres se dirigen al colegio Mestre Ramon Estadella i Torradeflot a recoger a Ilona, la hija de Angelika.
Nina (a la izquierda), junto a su hija Adelia, llegaron hace dos semanas en un autocar de línea regular que une Ucrania con Barcelona con parada en Guissona. Su hermana Angelika las acoge en su casa junto a su hija Ilona y su marido. En la imagen, las tres se dirigen al colegio Mestre Ramon Estadella i Torradeflot a recoger a Ilona, la hija de Angelika.

Nicola es el representante de la Asociación Eslava Oriental de la Segarra. Desde que estalló la guerra el 24 de febrero, su locutorio y tienda de comestibles del Este de Europa, se ha convertido en la sede de atención a la comunidad ucraniana y de recogida de enseres, comida y medicamentos para enviarlos a Ucrania. En la imagen Nicola atiende a dos refugiadas recién llegadas a Guissona el fin de semana anterior.

Eva Parey
Nicola es el representante de la Asociación Eslava Oriental de la Segarra. Desde que estalló la guerra el 24 de febrero, su locutorio y tienda de comestibles del Este de Europa, se ha convertido en la sede de atención a la comunidad ucraniana y de recogida de enseres, comida y medicamentos para enviarlos a Ucrania. En la imagen Nicola atiende a dos refugiadas recién llegadas a Guissona el fin de semana anterior.
Nicola es el representante de la Asociación Eslava Oriental de la Segarra. Desde que estalló la guerra el 24 de febrero, su locutorio y tienda de comestibles del Este de Europa, se ha convertido en la sede de atención a la comunidad ucraniana y de recogida de enseres, comida y medicamentos para enviarlos a Ucrania. En la imagen Nicola atiende a dos refugiadas recién llegadas a Guissona el fin de semana anterior.

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