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La Comunidad Valenciana cerrará durante las navidades. Es la primera en anunciarlo, junto a un paquete de medidas muy restrictivas para estas fiertas.El pasado 26 de noviembre el ministro de Sanidad aseguró tajante ante en el Congreso que «no habría 17 navidades diferentes». ... Sin embargo, la promesa de Salvador Illa lleva camino de no cumplirse. La autorización el miércoles del Gobierno a que las comunidades endurezcan las medidas para las fiestas que ya se habían pactado en el Consejo de Interterritorial del Sistema Nacional de Salud del 2 de diciembre desembocó el día de después en un verdadero guirigay con las 19 administraciones territoriales anunciando por su cuenta nuevas medidas, negando cambios, aplazando anuncios o, simplemente, aguardando a que la situación se aclare antes de mover ficha y decidir si encierran a sus habitantes o les vetan los grandes encuentros de familiares.
La luz verde a las administraciones autonómicas a endurecer medidas para tratar de frenar el repunte provocado por el puente de diciembre desató las dudas en todo el país y cuanto menos dividió a España en tres partes. Por un lado, las comunidades que han rechazado de una manera más o menos rotunda recoger el ofrecimiento de Sanidad, con Madrid a la cabeza, y que insisten en que no se van a cerrar. Otro grupo lo componen las autonomías que ya han reconocido que estudian seriamente endurecer las restricciones como única fórmula efectiva para evitar que el aumento de la incidencia actual acabe desbocado tras las vacaciones. Y hay un tercer conjunto de ejecutivos regionales que, a pesar de que el tiempo apremia, se inclina por no precipitarse con unas medidas que podrían tener que volver a endurecerse si la pandemia todavía empeora más o relajarse en el poco probable caso de la que la transmisión comience a bajar.
La Comunidad Valenciana fue la única que este jueves movió ficha para endurecer sus medidas. Solo permitirá el regreso de los residentes y no se podrá salir de la comunidad, además de mantener el cierre perimetral hasta el 15 de enero. Se adelanta el toque de queda a las 23:00 horas y, en Nochebuena y Navidad, solo se podrán juntar un máximo de seis personas. «Es doloroso tener que restringir aún más la Navidad, pero es lo que toca, por prudencia, por seguridad y por responsabilidad», indicó el presidente valenciano, Ximo Puig.
Hasta el anuncio de las medidas valencianas, solo Canarias se había atrevido a endurecer sus disposiciones. El Ejecutivo insular ordenó el miércoles perimetrar la isla de Tenerife y restringir a seis los comensales de dos unidades familiares las cenas de Navidad. Todo ello, en una comunidad con menor incidencia acumulada de España pero que en los últimos días ha visto como se disparaba la transmisión a cotas desconocidas en la segunda ola. Cataluña aplazó a hoy su decisión sobre las medidas a tomar tras un duro debate dentro del Govern.
La Xunta de Galicia se ha abierto a tomar medidas más restrictivas. En Aragón también dejaron abierta la puerta a restringir los movimientos y reuniones, lo mismo que en el País Vasco. El resto de regiones están en ese grupo que espera a que las próximas horas o días aclaren más el panorama antes de tener que desdecirse una vez más.
En el lado contrario, la única comunidad que hasta el momento ha sido categórica es Madrid. Isabel Díaz Ayuso fue la primera en rechazar este jueves de forma tajante el ofrecimiento de Sanidad. No habrá perimetración en Madrid ni cierre de hostelería o comercio pase lo que pase y a pesar de que el crecimiento de la incidencia ha hecho que la comunidad sea ya la segunda región con más incidencia. Un nuevo cerrojazo, según Ayuso, «arruinaría» todavía más a la región y, particularmente, a la hostelería.
Madrid fue la más tajante pero no la única autonomía que no ha recogido el guante ofrecido por el Gobierno central para endurecer las medidas. Al menos otras cinco regiones ya han anunciado, aunque con menos contundencia que, por el momento, rechazan más endurecimiento.
Cantabria, con muchas más cautelas que Madrid, también hizo público este jueves que mantiene el cierre perimetral durante las navidades, aunque permitirá la entrada entre el 23 de diciembre y el 6 de enero a los que tengan residencia o familia en la región.
En Andalucía, la Junta dejó claro que mantiene inalterados sus planes de desescalada. Lo mismo ocurre en Extremadura, que mantiene su intención de dejar viajar y reuniones de hasta diez siempre y cuando la incidencia no pase de 250 casos. El Gobierno de Asturias, por ahora, no se plantea cambios si la situación no va a mucho peor. Murcia también está en el bloque de autonomías que no se encierran por el momento. Castilla y León se limitó a hacer un listado de nuevas directrices, pero se negó a ir más allá este jueves.
En cualquier caso, todos los Gobiernos regionales, que saben que cualquier limitación adicional sobre la movilidad o los contactos será una decisión muy dolorosa para sus habitantes en unas fechas tan señaladas, miran de reojo hasta dónde están dispuestas a llegar las comunidades vecinas para no pecar por exceso o por defecto y convertirse en el blanco de las iras de sus vecinos por el agravio comparativo.
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