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Nuevo ministro de Sanidad, pero ningún avance en la regulación del cannabis medicinal. En su primera intervención ante el Pleno del Congreso, José Manuel Miñones ha asegurado este miércoles que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) «sigue trabajando» en la elaboración del ... informe que concretará el uso del cannabis terapéutico en España, pero no ha ofrecido ninguna fecha concreta para su publicación. Este documento acumula ya tres meses de retraso respecto a los plazos acordados por la Comisión de Sanidad del Congreso.
En su respuesta a una pregunta oral de la diputada del PNV Josune Gorospe, Miñones ha apuntado que la Aemps «trabaja en el encaje» del cannabis medicinal en los ámbitos de «la seguridad y la eficacia». «En la elaboración de ese informe la Aemps está analizando la literatura científica, pero también las normativas de otros países para poder establecer la modalidad que mejor se adapte a las necesidades de los pacientes y también al sistema regulatorio español», ha explicado.
El marco normativo actual «establece que la fabricación, exportación, importación, distribución, comercio, uso y posesión de estupefacientes debe limitarse a ese fin médico que todos buscamos», ha continuado Miñones, que en sus primeras palabras había hecho una apelación al acuerdo como eje de su mandato. «Cuentan con este ministro con diálogo y más diálogo para construir un futuro mejor», ha aseverado.
Pero en su respuesta inicial, Miñones también ha afirmado que la información de la que se dispone sobre el cannabis medicinal es «insuficiente». «En la actualidad existen ciertos medicamentos que ya contienen preparados de cannabis debidamente autorizados y accesibles para los pacientes, para el alivio de la espasticidad, la esclerosis múltiple o el tratamiento de la epilepsia. Por desgracia, para otras muchas enfermedades, no podemos recomendar su uso y por lo tanto, lo que debemos hacer es ir de la mano de la evidencia científica para encontrar el equilibro entre beneficio y riesgo», ha destacado el titular de Sanidad, que es farmacéutico de formación.
«Es el tercer ministro al que en esta legislatura le pregunto por el cannabis medicinal», ha subrayado, por su parte, Gorospe, pero la contestación inicial del ministro la ha dejado, en sus propias palabras, «helada». «Yo pensaba que iba a dar una patada hacia adelante, a ver si se agota la legislatura y seguimos sin hacer nada, pero su respuesta es una regresión a una posición que está avanzada en el trabajo que se hizo en la subcomisión y en el compromiso que distintos representantes de su Gobierno han manifestado aquí», ha argumentado Gorospe.
«¿Cómo que no hay una evidencia científica? Ese trabajo con los expertos se hizo en la comisión. Esto no es una PLN (proposición no de ley), sino un mandato de esta cámara. Deje ya de marear la perdiz y dé a los pacientes del Estado las mismas oportunidades que tienen los pacientes de otros países», ha recalcado la diputada.
Para los pacientes, el discurso de Miñones ha sido «terrible». «No entendemos cómo puede decir que no existe evidencia científica mientras España está duplicando la producción de cannabis medicinal que se exporta a otros países, pero no para los pacientes de aquí», arguye Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español de Cannabis Medicinal.
Con el apoyo del PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, PNV y PDeCAT, la abstención de ERC y Bildu, que reclamaban un texto más ambicioso, y el voto en contra del PP y Vox, la Comisión de Sanidad aprobó el 28 de junio una resolución que daba al ministerio seis meses para elaborar un informe que concretara los usos del cannabis medicinal. El plazo concluyó la última semana de diciembre y desde entonces, los partidos que más impulsaron la resolución, con el PNV a la cabeza, y los pacientes, han presionado a Sanidad para que cumpliera el mandato. Pero la respuesta de la Aemps, el órgano encargado de redactar el informe, no ha cambiado: «Seguimos trabajando».
El texto aprobado por la subcomisión contemplaba que también los enfermos oncológicos, junto a los pacientes de esclerosis múltiple, de algunas formas de epilepsia y quienes sufran náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia, endometriosis, dolor oncológico y dolor crónico no oncológico (incluido el dolor neuropático), pudieran tratarse con cannabis medicinal. La subcomisión permitía el uso de extractos o preparados estandarizados del cannabis (aceites, inhalados o farmacológicos), productos que también podrán estar disponibles para otras indicaciones terapéuticas si lo avalan los estudios médicos.
Los encargados de prescribir las fórmulas magistrales cannábicas serían solo los médicos, tanto de la sanidad pública como de la privada, y se recomendaba que la dispensación se produjera en las farmacias de los hospitales y en los centros de salud, aunque se planteaba que se pudiera hacer también en las farmacias comunitarias (las de la calle) si están preparadas.
Además, el documento estipulaba la utilización de las sumidades floridas (flor del cannabis) únicamente para desarrollar proyectos experimentales. Este método de cannabis por inhalación ('de rescate') ofrece efectos más rápidos que la vía oral.
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