Secciones
Servicios
Destacamos
javier guillenea
Jueves, 22 de febrero 2018, 07:46
Los titulares daban motivos más que sobrados para imaginar un futuro próximo sin calvos, con la humanidad entera agitando sus rizos al viento, las fábricas de champú multiplicando sus beneficios sin cesar y los peluqueros conduciendo maseratis. ‘Las patatas de McDonald’s podrían ser una ... solución para la calvicie’, decían las noticias, y uno se imaginaba a millones de personas con gorras para proteger su piel desnuda del frío haciendo cola en las hamburgueserías para pedir lo que sea pero con triple ración de patatas sin escurrir, por favor, es que me gusta que chorree el aceite.
Al parecer, el dimetilpolisiloxano, una sustancia química empleada en McDonald’s para mejorar las prestaciones del aceite a la hora de freír patatas, podría tener efectos maravillosos para evitar no solo la pérdida de cabello sino para regenerarlo. El origen de la noticia fue el experimento de un grupo de científicos japoneses que habían desarrollado ‘in vitro’ gérmenes de folículos pilosos. Estos pelos, colocados en chips de dimetilpolisiloxano, fueron implantados con éxito en ratones. Se abrió así un nuevo camino hacia la mejora de técnicas médicas de regeneración del cabello, pero hubo quien hizo sus propias reflexiones y llegó a la errónea conclusión de que comer las patatas del McDonald’s es la solución ideal para lucir una abundante pelambrera.
Lo que era el resultado de una investigación científica se convirtió por obra y gracia de los titulares en un crecepelo milagroso, en una de esas noticias falsas sobre la salud que circulan y se multiplican por internet como folículos pilosos bañados en dimetilpolisiloxano. Son bulos a v
ces inofensivos pero en ocasiones peligrosos, como los que lanzaron en televisión la presentadora Mariló Montero cuando dijo que «el aroma de limón puede prevenir el cáncer», o Javier Cárdenas, que vinculó las vacunas con el autismo.
Ante «la inacción de las instituciones», profesionales de la salud han comenzado a abrir páginas en internet para intentar detener la expansión de bulos. La última en aparecer ha sido la plataforma Saludsinbulos.com, que nace, según explica su coordinador, Carlos Mateos, con la difícil misión de «detectar y desmontar las informaciones falsas que circulan por las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea».
No es tarea sencilla. Es complicado luchar contra un enemigo «que se multiplica con muchísima rapidez» y del que en la inmensa mayoría de los casos se desconoce su autor. «Hay muchos bulos que se generan por intereses económicos para hacer ‘spam’ comercial o desprestigiar a un competidor», afirma Carlos Mateos. Este es el caso de las empresas de trasplantes capilares que propagan el rumor de que algunos tratamientos contra la caída del cabello podrían causar cáncer. Los autores también pueden ser personas en busca de protagonismo, conspiranoicos ligados a las pseudociencias, famosos deseosos de notoriedad o internautas que simplemente quieren ver hasta dónde llega su mentira. Son muchos y están por todas partes.
Tener un par de dolores y buscar su origen en internet es todo uno. Lo malo es cuando el paciente se tropieza con alguna de las incontables páginas de medicinas alternativas que pululan por las redes.
Para evitar riesgos han surgido iniciativas como portal.hospitalclinic.org, en colaboración con la fundación BBVA, que pondrá a disposición de los usuarios información avalada por 200 profesionales médicos y de enfermería.
La web, presentada ayer mismo, busca fomentar la figura del paciente empoderado, capaz de participar activamente en el proceso y control de su enfermedad.
La plataforma SaludSinBulos se nutre del trabajo altruista de una red de colaboradores formada por profesionales sanitarios, representantes de asociaciones de pacientes y periodistas especializados en salud. Estos cazabulos ayudan a erradicar las noticias falsas de la red y a contribuir a la difusión de una información de salud de calidad.
Uno de estos colaboradores es Marian García, doctora en Farmacia, nutricionista y autora del blog Boticaria García, en el que ha desmontado numerosos bulos de salud. «Cuando vamos al médico o al farmacéutico desconfiamos de él y le hacemos mil preguntas pero estamos dispuestos a comer cualquier hierba que nos hayan recomendado en WhatsApp», asegura. «Creemos cualquier cosa que salga en internet, por eso es importante que los profesionales de la salud entren en las redes sociales para desmontar los bulos», explica la boticaria.
En Silicon Valley, Estados Unidos, se ha puesto de moda beber agua recogida directamente de manantiales que se envasa y distribuye sin ser tratada ni filtrada a precios bastante más elevados que la mineral. Según dicen por allí, este agua cruda, además de proporcionar energía y paz, previene de los supuestos efectos nocivos del cloro y el flúor. La realidad es que el agua no tratada puede estar contaminada con bacterias, virus y parásitos. Los tratamientos para potabilizarla evitan enfermedades como la diarrea, el cólera, la disentería, la fiebre amarilla o la poliomelitis, como bien saben en los países donde el agua del grifo no existe.
Las áreas más susceptibles de producir noticias falsas son la oncología, la nutrición, la pediatría y la dermatología estética. Y las vacunas, una de las que más bulos generan.
Un bulo que circula por las redes desde hace una década advierte de que hay antigripales que provocan hemorragias cerebrales porque contienen fenilpropanolamina. Algo de cierto sí que hay en este bulo, que tiene como origen una nota informativa del Ministerio de Salud de Brasil, que en 2000 retiró varios medicamentos con dosis elevadas de fenilpropanolamina ante el riesgo no muy elevado de que provocara hemorragias cerebrales en mujeres jóvenes. En aquel entonces en España solo existían dos antigripales con ese compuesto y la autorización para la comercialización de uno de ellos fue anulada a petición del propio laboratorio en 2010. El que queda tiene dosis muy bajas de la sustancia estigmatizada.
«El gintonic, el nuevo remedio para la alergia», anunciaron en 2017 algunos medios de comunicación. Según esta información que llenó de esperanza a miles de alérgicos y a propietarios de coctelerías, un grupo de investigadores de la Universidad de Wisconsin había llegado a la conclusión de que bebidas como la ginebra y el vodka podían aliviar los síntomas de la alergia gracias a su bajo contenido de histamina. Marian García explica que este bulo tiene su origen en un artículo en el que se decía que los síntomas del asma o de la alergia pueden empeorar cuando se consume vino tinto o cerveza, que contienen histamina. El texto añadía que aguardientes como la ginebra o el vodka tienen menos histamina por lo que afectan menos a los alérgicos. De ahí a decir que un gintonic es bueno para la salud hay un mundo.
Los bulos carecen de fecha de publicación y están redactados de la manera más atemporal posible. Son anónimos, no citan fuentes fiables y tampoco están firmados, para soslayar posibles repercusiones legales.
Normalmente contienen una petición de reenvío para alertar a otras personas, evitar la mala suerte, burlar a la muerte o con cualquier otro motivo. El interés oculto de esta petición es captar direcciones IP, crear bases de datos, realizar posteriores campañas de ‘spam’ o difundir la información falsa.
La cantante Chenoa reveló en febrero en un programa de televisión que aplicarse en la vagina yogur natural es bueno para reactivar la flora vaginal «cuando tienes un bajón de defensas». Este sistema, mitad remedio natural, mitad bulo, tiene algo de sentido ya que los yogures son alimentos altos en probióticos, es decir, bacterias beneficiosas para la salud, pero no está demostrado científicamente que sean capaces de tratar o prevenir la vaginosis bacteriana.
Una de las alertas que han asomado por WhatsApp es la que asegura que el paracetamol contiene el virus machupo, encargado de transmitir la fiebre hemorrágica. El mensaje, que ha circulado por numerosos países, sostiene que el virus, «uno de los más peligrosos del mundo», aparece camuflado en el paracetamol p-500. Los farmacéuticos e incluso la Policía han desmentido rotundamente este rumor. El machupo no puede sobrevivir en ambientes secos como el de un comprimido de paracetamol.
Todavía se propaga por las redes sociales la noticia de que el prestigioso hospital estadounidense Johns Hopkins ha admitido que la quimioterapia es una equivocación. En un supuesto mensaje a la opinión pública, el centro señalaba que terapias como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia no tienen efecto contra el cáncer y recomendaba escoger una variedad de estrategias de dieta. El hospital se vio obligado a desmentir esta información en un comunicado en el que recordó que estas terapias sí funcionan. «La evidencia está en los millones de sobrevivientes del cáncer en los Estados Unidos que hoy están vivos gracias a ellas». Pese a este desmentido, el bulo sigue en circulación.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.