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Colapso. Un trabajador de una planta de tratamiento de residuos plásticos de Shenyang, al noreste de China, trata de abrirse paso entre un océano de envases. EFE
La undécima plaga

La undécima plaga

El plante de China a ser el vertedero del planeta arranca por fin de Bruselas su primer plan para reducir los residuos de plástico. «Si no cambiamos nuestras políticas, nos puede matar», admite la Comisión Europea

icíar ochoa de olano

Lunes, 29 de enero 2018, 07:38

Con sus casi 1.400 millones de consumidores, China es un devorador insaciable de materia prima. En la década de los ochenta, cuando algunas de ... ellas empezaban a escasear, comenzó a importar residuos sólidos de otros países. El negocio resultaba redondo para el receptor, que se aseguraba un suministro constante de materiales baratos, y también para los proveedores, que montaban sus desperdicios en un barco y les decían adiós. Con los años, el Gran Dragón se convirtió en el mayor vertedero del planeta. En 2016, el último año del que se tienen datos oficiales, compró 45 millones de toneladas de chatarra, papel usado y plástico por valor de algo más de 14.000 millones de euros. A costa, eso sí, de infligirse un colosal daño ambiental. A su incapacidad para tratar los desperdicios sin contaminar se unía el envío de grandes cantidades de residuos sucios, tóxicos y sin seleccionar. El Gobierno de Beijing acaba de plantarse. La creciente presión pública le ha empujado a cerrar sus puertas a los desechos extranjeros.

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