«Volví con el pecho estupendo, pero me dejaron sin ningún diente»

Recuerda que le pusieron seis jeringuillas de anestesia, y que cuando despertó ya no tenía dientes y le habían colocado dos implantes. «Me pidieron que volviera en cuatro meses», explica. Pero a su regreso sólo encontró una dentadura postiza enorme, «como un zapato del 45, porque cuando me tomaron las medidas para hacérmela tenía la boca hinchada».

Maribel volvió a España desesperada, con 2.800 euros menos en su bolsillo y una historia para no dormir que llegó a oídos de una clínica dental de Gijón. Y el equipo de Laserdental se puso manos a la obra para devolverle la sonrisa, «Le tengo que besar los pies. Sólo he tenido que pagar mis gastos. Se han hecho cargo de todo», celebra.

El gerente de la clínica «nunca había visto algo así», y asumió el caso de Maribel como un reto. Tras un mes recabando información, los expertos diseñaron el plan para colocarle en dos días una protesis con estabilidad «y que pudiera volver a sonreír, hablar y comer». Y así lo hizo, porque tras 9 horas con el equipo «se fue a cenar un cachopo».

En el centro, que cuenta con un área de Medicina estética, han visto «otras barbaridades» con sello de Turquía, «donde tienen una visión muy diferente a la nuestra en cuanto a conceptos sanitarios como la esterilización». Es el caso de un paciente de León que tras dos injertos capilares tiene la zona donante destrozada y la receptora casi sin pelo. «Intentaremos repoblar su cabeza con pelo del pecho y la espalda, que tiene bastante».